Esta llamarada brota de repente y se extingue en unos instantes... o en media hora. Mientras dura, gustamos un intenso placer que resulta a veces enganosamente elevado. Pero esta alegría se revela ocasionalmente en una cierta pesadez que pertenece al nivel de los sentidos y muestra bien lo que es: cruda emoción. Algunas veces puede tener incluso un efecto natural bueno. Una explosión de exuberancia espiritual puede animarnos en un día de fiesta, después de semanas de lucha y trabajo. Pero, generalmente, el efecto de esta conmoción no vale más que si fuera puramente natural. Cuando todo ha pasado, no tenemos más provecho que el que podríamos sacar de un par de copas de cava o un buen ejercicio de natación. En este sentido, es algo bueno.
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jueves, 9 de enero de 2014
LA FALSA LLAMA 2
Esta llamarada brota de repente y se extingue en unos instantes... o en media hora. Mientras dura, gustamos un intenso placer que resulta a veces enganosamente elevado. Pero esta alegría se revela ocasionalmente en una cierta pesadez que pertenece al nivel de los sentidos y muestra bien lo que es: cruda emoción. Algunas veces puede tener incluso un efecto natural bueno. Una explosión de exuberancia espiritual puede animarnos en un día de fiesta, después de semanas de lucha y trabajo. Pero, generalmente, el efecto de esta conmoción no vale más que si fuera puramente natural. Cuando todo ha pasado, no tenemos más provecho que el que podríamos sacar de un par de copas de cava o un buen ejercicio de natación. En este sentido, es algo bueno.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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