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sábado, 27 de febrero de 2010

COMUNIDAD ES AMOR

“Decir comunidad es decir amor. Y la contemplación no es una ocupación individualista, es algo que tiene lugar dentro de un contexto cultural. Una comunidad es un lugar donde ser contemplativo, para quienes desean serlo, es mas fácil que en cualquier otra parte. Pero una comunidad no es únicamente un medio. Es también un fin. Cada uno de nosotros tiene un fin personal y un fin comunal. Unidad y diversidad. Una comunidad es un fin. Luego, en el seno de esa comunidad, las personas tienen una variedad de funciones.
Si amamos, es ese amor que en la comunidad nos tenemos los unos a los otros el que nos hace ser a la vez contemplativos. Porque nosotros amamos, Dios esta presente. Contemplación es presencia. La presencia de ese amor entre nosotros es a la vez la presencia de Dios para cada uno de nosotros. Y es en la comunidad donde Dios esta presente y se hace realidad a través de nuestro amor. Amor a Dios, amor al prójimo. Alabando a Dios conjuntamente, alabando a Dios individualmente. Buscando conjuntamente a Dios, buscando a Dios individualmente” (61).
"Los Manantiales de la contemplacion", TM.

4 comentarios:

Zambullida dijo...

"Contemplación es presencia": no podría encontrar mejor definición. No obstante, si bien es cierto que suele vivirse en comunidad ( y supongo que así resultará más fácil), también puede hacerse en solitario. Soy laica, ni estoy en clausura ni aspiro a estarlo, pero Dios me concedió un carisma contemplativo, si es que puede llamarse así. Me lo "descubrió" el verano pasado un fraile trapense. Estoy, por ello, muy agradecida.

San dijo...

La realidad y el deseo, estas dos palabras forman el título de un maravilloso libro de Cernuda, considerado como la biografía espiritual del poeta. Y estas dos palabras son las que me sugiere la lectura unificada del fragmento anterior (“legalismos”) y éste que ahora nos dejas, Manuel, paginados correlativamente en la obra de Merton. Y me hace pensar en que cuando miramos, ¿qué parte de realidad y qué parte de deseo hay en lo que vemos? Sería necesario discernir, como primera medida, para después actuar y cambiar lo que se requiera para llegar a la verdadera identidad de nuestro yo y de las distintas comunidades a las que pertenecemos en nuestras vidas. Verdadero y real, como lo es afirmar que Dios se hace realidad en nuestro amor (como dice Merton en una de las líneas de este fragmento).

Manuel dijo...

Comunidad no refiere necesariamente "comunidad religiosa", sino comunidad de fe o comunidad humana. Si alguien puede ser un contemplativo solitario es porque tiene el apoyo de otros, de lo contrario resulta imposible.
En cuanto a lo que comenta SAN, realidad y deseo van de la mano, se juntan y se funden constantemente; la realidad es deseo realizado, el deseo, realidad probable o futura.
Ya dijo alguien en una ocasion que Merton escribia de lo que queria vivir y al escribierlo empezaba a realizarlo
Acabo con la exhortacion de TERESA: "Tengan grandes deseos".

San dijo...

Manuel, que estupendo que termines tu comentario con una frase de Teresa. Creo que los grandes deseos y las grandes esperanzas son muy necesarios para vivir con entusiasmo, optimismo y confianza. Personalmente, procuro que nunca me abandonen. Y, desde luego, nada de ello es contradictorio o se opone a lo que he querido expresar al referirme a la realidad y al deseo. Siguiendo con la mencionada palabra, “desearía” que así se entendiera.
Desde luego, Manuel, que realidad y deseo van siempre de la mano, incluso diría que se funden en un abrazo. No puede ser de otra manera, porque el deseo siempre anhela una realidad. Es una pulsión emotiva hacia una realidad concreta. Y hay veces que la alcanza, la logra. Otras, indudablemente no, y realidad y deseo se disocian. Hay realidades pasadas y presentes que no responden a nuestros deseos, más bien todo lo contrario. Y sé, y asumo, que también las habrá en el futuro. Así lo veo yo.
Pero a lo que me refería, más bien, era a que a veces tenemos un deseo tan fuerte, tan radicalmente fundamentado, para se produzcan determinadas “realidades”, que puede influenciarnos en la manera de captar, de ver, lo que “ya es”.
De cualquier modo, es enriquecedor y saludable contrastar opiniones diferentes sobre cualquier asunto. Muchas gracias por dar la tuya, Manuel.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.