Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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sábado, 27 de febrero de 2010
COMUNIDAD ES AMOR
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
4 comentarios:
"Contemplación es presencia": no podría encontrar mejor definición. No obstante, si bien es cierto que suele vivirse en comunidad ( y supongo que así resultará más fácil), también puede hacerse en solitario. Soy laica, ni estoy en clausura ni aspiro a estarlo, pero Dios me concedió un carisma contemplativo, si es que puede llamarse así. Me lo "descubrió" el verano pasado un fraile trapense. Estoy, por ello, muy agradecida.
La realidad y el deseo, estas dos palabras forman el título de un maravilloso libro de Cernuda, considerado como la biografía espiritual del poeta. Y estas dos palabras son las que me sugiere la lectura unificada del fragmento anterior (“legalismos”) y éste que ahora nos dejas, Manuel, paginados correlativamente en la obra de Merton. Y me hace pensar en que cuando miramos, ¿qué parte de realidad y qué parte de deseo hay en lo que vemos? Sería necesario discernir, como primera medida, para después actuar y cambiar lo que se requiera para llegar a la verdadera identidad de nuestro yo y de las distintas comunidades a las que pertenecemos en nuestras vidas. Verdadero y real, como lo es afirmar que Dios se hace realidad en nuestro amor (como dice Merton en una de las líneas de este fragmento).
Comunidad no refiere necesariamente "comunidad religiosa", sino comunidad de fe o comunidad humana. Si alguien puede ser un contemplativo solitario es porque tiene el apoyo de otros, de lo contrario resulta imposible.
En cuanto a lo que comenta SAN, realidad y deseo van de la mano, se juntan y se funden constantemente; la realidad es deseo realizado, el deseo, realidad probable o futura.
Ya dijo alguien en una ocasion que Merton escribia de lo que queria vivir y al escribierlo empezaba a realizarlo
Acabo con la exhortacion de TERESA: "Tengan grandes deseos".
Manuel, que estupendo que termines tu comentario con una frase de Teresa. Creo que los grandes deseos y las grandes esperanzas son muy necesarios para vivir con entusiasmo, optimismo y confianza. Personalmente, procuro que nunca me abandonen. Y, desde luego, nada de ello es contradictorio o se opone a lo que he querido expresar al referirme a la realidad y al deseo. Siguiendo con la mencionada palabra, “desearía” que así se entendiera.
Desde luego, Manuel, que realidad y deseo van siempre de la mano, incluso diría que se funden en un abrazo. No puede ser de otra manera, porque el deseo siempre anhela una realidad. Es una pulsión emotiva hacia una realidad concreta. Y hay veces que la alcanza, la logra. Otras, indudablemente no, y realidad y deseo se disocian. Hay realidades pasadas y presentes que no responden a nuestros deseos, más bien todo lo contrario. Y sé, y asumo, que también las habrá en el futuro. Así lo veo yo.
Pero a lo que me refería, más bien, era a que a veces tenemos un deseo tan fuerte, tan radicalmente fundamentado, para se produzcan determinadas “realidades”, que puede influenciarnos en la manera de captar, de ver, lo que “ya es”.
De cualquier modo, es enriquecedor y saludable contrastar opiniones diferentes sobre cualquier asunto. Muchas gracias por dar la tuya, Manuel.
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