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jueves, 9 de abril de 2009

JESUS, NUEVO SACERDOCIO.


"Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, menos en el pecado". (Heb 4, 14)
“La verdad es que disto mucho de ser un monje o clérigo tal como debiera serlo. Mi vida es una gran confusión y mezcla de los semiconscientes subterfugios para rehuir la gracia y el deber. He hecho malamente todas las cosas. He despreciado grandes oportunidades. Mas mi infidelidad a Cristo, en vez de enloquecerme de desesperación, me impele a arrojarme más ciegamente en los brazos de Su misericordia”. (Thomas Merton)
“Esta será mi oración: que la cortina se descorra cada vez más, para que disminuya la servidumbre de los deseos que gravitan sobre mi vida, para que quede liberado y me acerque más al Señor en todas las misas que celebre. Que cada misa ilumine la oscuridad y sea un paso más hacia el cielo y la visión.
Que cada misa sea un enriquecimiento y una liberación para mi alma y para todas aquellas que, en los designios de Nuestra Señora, dependan de esas misas para llegar a la santidad y a la contemplación, para encontrar la libertad y la alegría”. (T. Merton, SJ, Página 221).

4 comentarios:

Dove dijo...

Yo también haré mía hoy esa misma oración : "que la cortina se descorra cada vez más, para que disminuya la servidumbre de los deseos que gravitan sobre mi vida, para que quede liberada y me acerque cada vez más al Señor..."
Gracias por acercarme una oración tan profunda. Un abrazo

Anónimo dijo...

Luz del desierto

Que la Luz de Cristo,el Crucificado-Resucitado nos transporte de transparencia en transparencia hasta el Resplandor de Amor Divino, que se nos cuela cada día por los resquicios de la historia. Os deseo una Pascua de Resurrección,una vida, llena de Luz.

Anónimo dijo...

Todos los sacerdotes ejercemos nuestro ministerio "con temor y temblor", porque sabemos que no somos gente especial, diferente, sino como los demás; en nuestra fragilidad se nos ha llamado a una misión, y nos sentimos poco capacitados para ella. Tal vez el que a menudo se nos vea como "superhombres" no nos ha hecho bien, ni ha dejado que se nos entienda de verdad. Por eso necesitamos orar mucho, ir siempre cerca de Jesús.

Anónimo dijo...

El jueves santo, día de la Cena del Señor, la Iglesia celebra tres realidades importantes de nuesta fe: la Eucaristía, el mandamiento del amor fraterno y el ministerio sacerdotal, o de servicio a los hermanos. Muy hermosa la oración de Merton, la hago mía.
Rodolfo.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.