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miércoles, 8 de abril de 2009

Para hablar de Cristo.


"Cada mañana trato de estudiar el capítulo sexto del Evangelio de San Juan. Es realmente maravilloso. No puedo estudiarlo. Me limito a permanecer inmovil y a intentar respirar.

Veo un pequeño lagarto negro, con la cola de un color azul metálico, remontando el amarillento muro de la iglesia, cerca del nicho donde la Florecita, con un mirar lleno de confianza y de ternura en sus ojos, me ofrece una rosa. Celebro la distracción porque ahora puedo respirar de nuevo y pensar un poco.

Es inútil emplear palabras grandielocuentes para hablar de Cristo. Y como parece que soy incapaz de referirme a Él en el lenguaje de un niño, he llegado a un punto en que apenas puedo decir nada acerca de Él. Todas mis palabras me llenan de verguenza.

De un capítulo del evangelio no cabe decir: es tremendo. llamar a la Biblia maravillosa es indecoroso, como lo sería decir: mi madre es una persona maravillosa. Y no se puede alabar a Cristo del modo en que se alaba a un mero ser humano. Se ha de caer rostro en tierra y suplicar misericordia. La única manera de hablar de Dios es "confesarle" o confesar la verguenza propia. Si Cristo es meramente interesante o meramente admirable para uno, ¿En qué se convertirá nuestra propia y miserable alma?

Por eso estoy cada vez más agradecido por el Oficio y los Salmos. La alabanza que estos le tributan es tan perfecta como neutral, y Dios me la concede para expresarme mejor que con cualquier otro lenguaje que yo pudiera idear por mí mismo.

¡Señor, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Si tengo toda la Iglesia clamando conmigo, existe alguna posibilidad de encontrar la paz en el sentimiento de que Dios, de alguna manera y despues de todo, recibe la alabanza de mis labios".


31 de agosto de 1949

"El signo de Jonás".

Thomas Merton.

4 comentarios:

Juan desde San Antonio dijo...

¡sí!

Manuel dijo...

Juan, ¿por qué no me escribes al correo?

Inés García, aci dijo...

El discurso del Pan de Vida en Jn6 lleva a Merton a la adoración, no puede estudiarlo sino que se limita a permanecer inmóvil y a intentar respirar, a orar quizás...luego se distrae con una lagartija, una rosa y la imágen de sta Teresita para seguir luego pensando y queriendo llegar a la sencillez y la pureza que no admite lenguaje más que el de los Salmos.
Es un maestro para los contemplativos, y para todos los que buscamos a Dios como podemos en medio del mundo, y que también lo contemplamos.
Mañana Jueves Santo toda la Iglesia participa de la Celebración de la Cena del Señor, esta entrada es como uno de esos tantos legados de la experiencia de Dios de Merton que da mucho consuelo espiritual por la fe y la entrega que demuestra, y por cómo lo dejó escrito...eso me asombra mucho, y ayuda a la preparación para los que pasamos por acá para seguir ahondando la fe en este misterio:Dios se hace Pan para la vida del mundo.
Gracias, Dios lo bendiga padre Manuel y a todos los amigos de T.M. Un saludo fraterno,
Inés

Anónimo dijo...

El contemplativo se adentra en el misterio progresivamente, y pasa del orgullo a la humildad; me gusta esa frase de Merton acerca del "confesar", dar testimonio siempre, con la propia vida.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.