Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
Seguidores
martes, 5 de octubre de 2010
LA IGLESIA Y EL MUNDO
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
5 comentarios:
La iglesia, sea cual sea el credo, está en el mundo, tanto a nivel institucional como comunitario. En particular, la vinculación de la iglesia católica con el mundo ha llenado, llena y llenará páginas en artículos, ensayos, tratados, estudios, congresos, eventos y espacios de comunicación de todo tipo. Abordado desde muchas perspectivas y posicionamientos sociales y teológicos. Merton vivió un período histórico concreto de la iglesia, un momento dinámico que preludiaba importantes transformaciones. TM mantuvo la esperanza en que acontecieran cambios, y tuvo también intuiciones profundas y proféticas sobre la vida eclesial, sobre todo en orden a la reforma monástica. Han pasado décadas y han pasado muchas cosas en el mundo y en la iglesia.
La iglesia católica, para mí, es la comunidad de quienes se han comprometido con la causa de Jesucristo, y dan testimonio de un mensaje de esperanza para todos los hombres. Algo que parece tan sencillo se ha complicado, por diversas razones e intereses, a lo largo de la historia, llegándose a unas estructuras que, en algunos aspectos y actuaciones, se alejan de su fuente radical: el evangelio, noticia siempre buena y nueva; de esa manera se crean dependencias que se recompensan con ilusorias seguridades. Y, otras veces, además no se adecúan el tiempo presente y la antropología del hombre actual.
Tal vez fuera necesario que emprendiésemos un éxodo que, desde una cierta mentalidad y una manera de estar en el mundo inflexible e inmovilista, nos llevase a una iglesia que mirara con ojos de Jesús: sin dualismos, sin realidades sagradas y profanas, porque todo era para Él sacramento, Epifanía de Dios, revelación del Reino; toda la historia era para Él historia de salvación; nuestro Cristo no conjuga la pureza con el sexo, sino con un corazón bondadoso, generoso y misericordioso.
Y, sobre todo, una iglesia que fuese ejemplar seguidora del Jesús que nos confirmó la igualdad fundamental de todos los seres humanos, sin arrastrar el anacronismo de una comunidad organizada en base a un modelo estamental tripartito en cuanto a poderes, categorías, y “estados de perfección”: clero, religiosos y laicos. Jesús no creó clases, sino que las anuló todas.
Una comunidad fiel a Cristo, liberadora y fraterna. Una iglesia que sirva al hombre, ayudándole a ser auténticamente humano (Dios se funde, en Cristo, con toda la humanidad). Iglesia que apoye en el mundo la creación de una sociedad justa, plural, pacífica, respetuosa con la naturaleza, ecuménica, solidaria y fraterna.
Ésta es una de las múltiples miradas que, respecto a la manera de ser iglesia cristiana católica en el mundo, puede tener alguien que es y está en la iglesia, y la ama. Por supuesto, con respeto a las opiniones distintas. Y, como siempre, con gratitud a ti, Manuel, por este espacio abierto y tolerante; valores que, entre otros, te honran. Tienes un blog que está a la altura del hombre a quien está dedicado.
La iglesia está en el mundo a nivel institucional y comunitario. La vinculación de la iglesia católica con el mundo ha llenado, llena y llenará páginas en artículos, ensayos, tratados, estudios, congresos y espacios de comunicación de todo tipo. Desde muchas perspectivas y posicionamientos sociales y teológicos. Merton vivió un período histórico concreto de la iglesia, un momento dinámico que preludiaba importantes transformaciones. TM mantuvo la esperanza en que acontecerían esos cambios, y tuvo también intuiciones profundas y proféticas sobre la vida eclesial, sobre todo en orden a la reforma monástica. Han pasado décadas y han pasado muchas cosas en el mundo y en la iglesia.
La iglesia católica, para mí, es la comunidad de quienes se han comprometido con la causa de Jesucristo, y dan testimonio de un mensaje de esperanza para todos los hombres. Algo que parece tan sencillo se ha complicado, por diversas razones e intereses, a lo largo de la historia, llegándose a unas estructuras que, en algunos aspectos y actuaciones, se alejan de su fuente radical: el evangelio, noticia siempre buena y nueva; de esa manera se crean dependencias que se recompensan con ilusorias seguridades. Y, otras veces, además no se adecúan el tiempo presente y la antropología del hombre actual.
Tal vez fuera necesario que emprendiésemos un éxodo que, desde una cierta mentalidad y una manera de estar en el mundo inflexible e inmovilista, nos llevase a una iglesia que mirara con ojos de Jesús: sin dualismos, sin realidades sagradas y profanas, porque todo era para Él sacramento, Epifanía de Dios, revelación del Reino; toda la historia era para Él historia de salvación; nuestro Cristo no conjuga la pureza con el sexo, sino con un corazón bondadoso, generoso y misericordioso.
Y, sobre todo, una iglesia que fuese ejemplar seguidora del Jesús que nos confirmó la igualdad fundamental de todos los seres humanos, sin arrastrar el anacronismo de una comunidad organizada en base a un modelo estamental tripartito en cuanto a poderes, categorías, y “estados de perfección”: clero, religiosos y laicos. Jesús no creó clases, sino que las anuló todas.
Una comunidad fiel a Cristo, liberadora y fraterna, que sirva al hombre, ayudándole a ser auténticamente humano (Dios se funde, en Cristo, con toda la humanidad). Iglesia que apoye en el mundo la creación de una sociedad justa, plural, pacífica, respetuosa con la naturaleza, ecuménica, solidaria y fraterna.
Ésta es una de las múltiples miradas que puede tener alguien que es y está en la iglesia, y la ama. Por supuesto, con respeto a las opiniones distintas. Y, como siempre, con gratitud a ti, Manuel, por este espacio abierto y tolerante; valores que, entre otros, te honran. Tienes un blog que está a la altura del hombre a quien está dedicado.
No creo que depender de algo y de alguien sea el camino del evangelio, si Dios nos pide internamente que cambiemos la mirada y actuemos según su norma, que es el evangelio, así seremos auténticamente cristianos.
La Iglesia tiene casi 21 siglos de vida y en cada época sufrió diversos cambios y nuevas propuestas, generalmente estos cambios le llegaron a través de santos como Bernardo,Francisco,Teresa,Ignacio, ... y mucha gente común que los siguió, y hoy en pleno siglo XXI hay mucha gente común que anhela ese tipo de seguimiento: auténtico podría llamarlo, creo que en nuestro mundo para la Iglesia "hay muchos santos por ahí que son gente común", que no se hacen notar, pero que están.
Gracias p.Manuel, por compartir la fe en la Iglesia, Merton la tenía y con sus escritos nos la transmite.
Inés
Hay tres artículos de Leonardo Boff sobre la Iglesia y el mundo, recientemente publicados en varias páginas web, que se aprecian proféticos y esclaresedores. Son los titulados: “Dónde está la verdadera crisis de la Iglesia”, “Otro modo de ser Iglesia” y “Iglesia, una lectura teológica”.
Buen blog el suyo, Manuel.
La primera parte no la entiendo muy bien, la segunda creo que mejor, parece el amor de Jesús. Gracias por este blog, Manuel, a mi me ayuda y disfruto con él. Un abrazo
Publicar un comentario