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lunes, 19 de abril de 2010

APEGOS ESPIRITUALES

“A veces los contemplativos piensan que tienen que encontrar todo el fin y la esencia de su vida en el recogimiento, la paz interior y el sentido de la presencia de Dios. Y se apegan a estas cosas. Pero el recogimiento es una cosa creada, lo mismo que un automóvil. El sentido de paz interior no es menos creado que una botella de vino. La conciencia experiencial de la presencia de Dios es verdaderamente una cosa tan creada como un vaso de cerveza. La única diferencia es que el recogimiento, la paz interior y el sentido de la presencia de Dios son placeres espirituales, y los otros son materiales. El apego a las cosas espirituales es, pues, un apego del mismo género que el amor desordenado a cualquier otra cosa. La imperfección puede ser más secreta y sutil, pero, desde un cierto punto de vista, ello sólo hace que sea más perjudicial, porque resulta más difícil reconocerla.
De ahí que muchos contemplativos nunca lleguen a ser grandes santos, nunca entren en íntima amistad con Dios, nunca encuentren una profunda participación en Sus inmensos gozos, porque se apegan a las pequeñas y miserables consolaciones que se dan a los principiantes en la vida contemplativa”.

Thomas Merton.
Nuevas semillas de contemplación, 216-217.

6 comentarios:

Edit dijo...

Cuan importante son estas palabras, Dios mío…!!!
No debemos temer a la adversidad, ni a las tormentas…
No debemos escapar al dolor ni a las preguntas que nos atraviesan…
No debemos anestesiar nuestro espíritu con consolaciones mezquinas…
Amar hasta que duela…
Amar aunque nos duela…
Amar mientras todo se nos niegue…
Amar aún cuando el espíritu se nos revele frío y seco…
Amar… hasta ser solo amor respirando.

Inés García, aci dijo...

Si miramos o contemplamos el mar con sentido de fe vamos aprendiendo muchas cosas, una de ellas es qué inmenso es Dios si el horizonte que vemos está allá lejos entonces Dios está más allá de lo que vemos siempre, otra es, si somos inmigrantes o descendientes de inmigrantes, que el desapego nos hace crecer si decidimos siempre caminar en la senda de la vida y la esperanza. En el silencio, la soledad y la oración frente al mar se descubren muchos de esos apegos espirituales de los que menciona aquí TM, maestro del desapego que nos vuelve libres. Lo mismo podemos decir cuando contemplamos y adoramos a Jesús Sacramentado en una iglesia. Y cuando servimos a nuestros hermanos con alegría y sencillez de corazón, Dios nos hace participar de su gozo. Y de muchas otras infinitas maneras Dios se muestra a cada persona cercano, contento de darse y de desapegarnos de todo y de todos por su gran amor.

San dijo...

Merton no se anda por las ramas, es directo y contundente exponiendo su pensamiento. Lo hace siempre, además, en el tono y la medida justos, en un estilo sin exaltaciones ni estridencias que suma credibilidad a sus argumentos. En el caso de este fragmento creo ofrece un muy acertado análisis evaluativo de lo que constituye la profunda radicalidad de la vida contemplativa, aplicable a la espiritualidad general. Una propuesta a soltarnos de las mil caras y nombres de los miedos, y a vivir el amor libre de Dios.

Anónimo dijo...

"El recogimiento es una cosa creada". Claro, lo único que no es creado es Dios, pero el auténtico recogimiento, que el ser humano no controla, es un don de Dios. A veces me pregunto si Merton tenía realmente idea de lo que estaba diciendo. Tenía una cierta ansia de ser "radical" y eso quizás a veces lo confundía.

Judith Reyes dijo...

Estupendo blog Manuel. Te deseo perseverancia en el camino.

Un abrazo cordial desde Santiago de Chile.

Zambullida dijo...

¡Qué ciertas son estas palabras! Uno se recoge, contempla ( yo siempre digo que en vez de contemplar, me dejo contemplar) y espera alcanzar el cielo y hay veces en las que el corazón se enciende y otras en las que ni frío ni calor. El amor a Dios, la oración no es una cuestión de sentimientos o sensaciones. Lo importante es estar ahí, se sienta o no se sienta y, como dice un amigo mío trapense, ponerse morenito.

El hombre tiene tendencia a apegarse a todo, sea espiritual o material, porque la incertidumbre, el no saber, lo mata. Así somos.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.