AMPLIAR EN: Conjeturas..., 196-197. También Diario II, 69-70.
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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miércoles, 30 de marzo de 2011
JULIANA DE NORWICH
AMPLIAR EN: Conjeturas..., 196-197. También Diario II, 69-70.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
2 comentarios:
Cuando nos resulta fascinante, un descubrimiento puede ser el regalo más hermoso, porque nos sensibiliza, nos acerca, y abre más, al presentimiento del Misterio. Algo así debió ser para Merton el hallazgo de la luz de Juliana.
“Julián es sin duda una de las voces cristianas más notables. Cada vez se agranda más ante mis ojos, según tengo más años, y mientras que en otros tiempos andaba loco por San Juan de la Cruz, ahora no lo aceptaría a cambio de Julián aunque me dieran el mundo y las Indias y todos los místicos españoles envueltos en un mismo paquete. Creo que Julián de Norwich es, con Newman, la mayor figura teológica inglesa. Lo es de veras, pues razona por su experiencia del centro substancial del gran misterio cristiano de la Redención. Da su experiencia y sus deducciones claramente por separado. Y la experiencia, desde luego, no es nada meramente subjetivo. Es el misterio objetivo de Cristo según ella lo capta, con la mente y la formación de una mujer inglesa del siglo XIV. Y esa Inglaterra del siglo XIV es y siempre ha sido para mí un mundo de luz, pues casi he vivido en ella”.
(Semillas de destrucción”, 244)
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