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jueves, 28 de agosto de 2008

Merton: El camino de la paz.

Hace poco tiempo comentamos acá un libro de Merton que hablaba acerca de la paz, libro censurado, polémico; algún texto también he compartido sobre el tema. Ahora, este resumen tomado de un libro de María Luisa López Laguna, que recomiendo para quien busque un resumen sobre la vida y obra de TM.
La raíz de la guerra es el miedo.

Es el título del capítulo 9 de uno de sus primeros libros, “Semillas de Contemplación”, escrito siendo Merton un joven monje todavía, en 1949. Probablemente es el primer escrito publicado que toma someramente el tema de la guerra, en un libro totalmente dedicado a temas espirituales; eso dice ya mucho de cómo vivía latente en él el problema y cuánto se interrogaba en el por qué de las guerras. Resumo brevemente sus ideas principales.
En este libro afirma Merton que la raíz de toda guerra está en el miedo: no tanto el miedo que los hombres se tienen mutuamente, sino el miedo que tienen a todo. No es porque no confíen unos en otros, es que no se fían de sí mismos. No pueden confiar en nadie porque han dejado de creer en Dios.

“¿Quieres terminar las guerras pidiendo a los hombres que confíen en hombres en quienes evidentemente no pueden confiar? ¡No!, enséñales a amar a Dios y confiar en Él. Entonces ellos podrán amar a los hombres en quienes no pueden confiar, podrán vivir en paz con ellos, confiando en Dios”.

Sigue un breve análisis de lo que no es la paz. No basta la ausencia de lucha, ni es la paz la tranquilidad que no se basa en la justicia y respeto a la dignidad del otro. Ni consiste en pasarlo bien ignorando o atrofiando la percepción de los problemas reales.
Resumiendo, la paz no es:
- Tranquilidad para explotar a otros sin represalias o ingerencias.
- Libertad para engañarse y robarse mutuamente sin interrupción.
- Devorar los bienes de la tierra sin verse obligado a alimentar a quienes trabajan para obtenerlos.
- Ausencia de violencia física que pueda ensombrecer el seguir el apetito animal de placer y comodidad.

Estas sencillas y breves reflexiones de su primer libro, son ampliadas y desarrolladas considerablemente al reeditarlo doce años más tarde con el nombre de Nuevas semillas de contemplación. Conserva el mismo título para ese capítulo, que en este libro es el 16, y ahonda en la visión de que las semillas de la guerra se esconden en nuestro propio corazón, en nuestra falta de amor y en la idolatría del falso yo que quiere imponerse sobre los falsos yo de los demás. Ese capítulo 16 lo envió al periódico The Catholic Worker quien lo publicó como artículo en el otoño de 1961. La publicación de este escrito marca la inicial y definitiva entrada de Merton en su posición pública contra la guerra.
Le llegó un día una carta con el siguiente slogan en el matasello: “The USA army, key to peace” (El ejército de USA, llave para la paz). Y escribe en su diario el siguiente comentario:

“Ningún ejercito es clave para la paz, ni el de USA, ni el soviético, ni ninguno. Ningún gran ejército tiene la llave de nada que no sea la guerra. El poder no tiene nada que ver con la paz. Cuanto más aumentan los hombres el poder militar más violan la paz y la destruyen”.

Tomado de: “Thomas Merton, una vida con horizonte”.
María Luisa López Laguna.
Ediciones San Pío X. 1998.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy actuales los textos de Merton referidos a la Paz, pues ahora mismo vuelven a resonar los cañones en muchas partes del mundo y vuelven los ecos de la guerra fría entre Rusia y occidente. Claro que no hay guerra que ayude a la paz, y estuve leyendo lo que publicó antes del libro censurado de Merton. Este maestro no era un contemplativo "ausente", sino muy presente en el mundo en que vivía su vocación.
Mark Sanchez.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.