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viernes, 5 de septiembre de 2008

La única vida espiritual.



Ernesto Cardenal, poeta y místico, fue discípulo de Merton; de él hemos compartido textos en este blog. En esta ocasión es algo de “Vida Perdida”, primer tomo de sus memorias, donde cuenta de sus entrevistas con Merton, siendo novicio de Getsemaní.

“Otro desconcierto que me producía Merton era que en la Dirección Espiritual que despertaba en mí cada semana mucha expectativa, por el increíble privilegio de poder recibir las enseñanzas de un maestro de vida contemplativa, famoso mundialmente, y que yo había leído y venerado por tantos años, el restringido tiempo que teníamos él lo ocupaba en hablar de cosas no espirituales. Semana a semana yo esperaba las grandes enseñanzas místicas, y él hablaba de Nicaragua, me preguntaba de Somoza y los otros dictadores latinoamericanos, los poetas nicaragüenses, las selvas del río San Juan donde vivía Coronel Urtecho; me contaba de sus amigos de Columbia, Robert Lax, que parece que era su mejor amigo y que sería muy divertido porque con sólo empezar a mencionarlo ya él se estaba riendo.; Mark Van Doren, su profesor de Columbia; o me preguntaba qué estaba leyendo yo en ese momento, o me hablaba de sus lecturas, que eran muchas. Al acabarse el tiempo me preguntaba si tenía algún problema espiritual. Generalmente yo decía que no, porque generalmente no tenía ninguno. Si tenía alguno, por ejemplo el que me abrumaban las distracciones en el coro, me lo resolvía en pocas palabras, y yo quedaba en paz.
Pero yo salía con un sentimiento de frustración. Una vez más mi precioso tiempo de enseñanza espiritual con Thomas Merton se había desperdiciado. Acabado el noviciado yo ya no volvería a tener ningún contacto con él. ¿Pero cómo decirle que yo deseaba una dirección espiritual mejor aprovechada?”.


“Poco a poco fui entendiendo. Cuando me hablaba de la fundación me decía que la vida contemplativa era algo muy sencillo, que no debía tener complicaciones. La vida del contemplativo era simplemente vivir, como el pez en el agua. ¿Hay algo más natural que el pez en el agua? También me fui dando cuenta de que yo había llegado al monasterio creyendo que para ser contemplativo tenía que renunciar a todo lo que yo había sido: al interés por mi país, por la política de Nicaragua y América Latina, los dictadores, el imperialismo, mis amigos, los libros, todo. El que él en su dirección espiritual me hablara de todo esto era una enseñanza espiritual. Sin decirme nunca que me enseñaba la vida espiritual. Al final resultó que me enseñó a ser como él, en quien la vida espiritual no estaba no estaba separada de ningún otro interés humano. Lo que Merton me enseñó, y que no hubiera podido aprender de la mística clásica, es que mi vida era la única “vida espiritual” que yo podía tener y no otra. Y que Dios me quería que yo fuera tal como era y no otro”.
(Páginas 173-174

1 comentario:

mj dijo...

Es precioso lo que aprendio este hombre al lado de Thomas M. no???
Dios nos quiere tal y como somos...
Bueno es lo mejor que me llevo hoy, ya lo sabía, pero es bueno recordarlo...
Un abrazo enorme
MJ

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.