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miércoles, 1 de septiembre de 2010

TM POR DENTRO

“Un abad visitante declaró en Capítulo que la vida contemplativa consiste en aferrarse a viva fuerza a una idea que uno tenía al entrar en el noviciado. Una afirmación increíble: quiero decir, es increíble que semejante persona haga en serio tal afirmación en semejante lugar. No pareció que nadie encontrara que tenía nada de raro. El mero concepto de esfuerzo lo justifica todo. No importa lo que uno haga con tal que trabaje en ello con toda su energía… casi iba a decir, que trabaje como un demonio”. (Conjeturas, 130)


“El jueves santo por la tarde, después de la Misa y Comunión vespertinas, estaba yo en el jardín del noviciado mirando los cielos grises y los cerros, cuando llegó detrás de mí el postulante colombiano y me dijo en español que sin duda la vista ofrecía inspiración poética, a lo cual asentí de buena gana. Hablamos un poco de climas, terremotos y demás, y de los “terribles despeñaderos” junto a ciertas carreteras de Colombia.
Luego, un momento después, dijo: ¿Por qué no se va usted de aquí, Padre Merton, a Sudamérica, para empezar una orden monástica completamente nueva, que atraiga más a los hombres de los tiempos modernos?
No le pude decir cuánto me gustaría probarlo, ni que imposible sería hacer tal intento sin dejar la Orden, y que imposible me sería intentar dejar la Orden”. (Conjeturas, 149)

1 comentario:

San dijo...

Siempre resulta muy interesante conocer el interior de personas que puedan enriquecer nuestro recorrido espiritual. Hay gente que nos aporta algo más importante que conocimientos, nos ofrece chispazos de sabiduría. Es el caso de TM.
En estas dos citas vemos algo, y podemos intuir algo más, “del Merton fechado a 1966”. Y es que a lo largo de su proceso existencial, Merton, como todo ser humano, tuvo una evolución interior, experimentó cambios en la visión de su yo y del mundo. Merton no es igual “por dentro” en 1950, que en el 60 o en el 66. Incluso en el 68, cuando murió, había dado un paso más en su evolución. Y no sabremos nunca cómo hubiera sido diez años después, por ejemplo. Teniendo en cuenta, además, el momento histórico tan especial que se vivió en esa década posterior en lo político, social y eclesial, y la sensibilidad humanista de Merton.
En cualquier caso, hay dos términos que Merton utiliza en estos fragmentos,” increíble” e “imposible”, que además de dar mucho juego, en sí mismos, para realizar sanos ejercicios “pensantes” en torno a esos conceptos, también me sirven para expresar algo que pienso ahora: es muy difícil de creer que se mantenga estático en su periplo vital y espiritual, y no es posible predecir cuáles van a ser y qué camino van a tomar esos cambios. Además, creo que el crecimiento es incompatible con la rigidez y el estatismo.
Y también, ¡imposibles de enumerar los sabores tan diversos que pueden extraerse a lecturas que tienen tanto y tan buen jugo!

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.