Seguidores

viernes, 22 de abril de 2011

HIJOS DE ESTA TIERRA, RESUCITADOS

Desde el centro del mundo,
en el que Él se adentró hasta morir,
construyen las nuevas fuerzas
una tierra transfigurada.

En lo más profundo de toda realidad
ya han sido vencidas
la banalidad,
el pecado,
la muerte...

Pero se requiere todavía
ese pequeño tiempo
que llamamos historia después de Cristo
hasta que en todas partes,
y no sólo en su cuerpo,
se deje ver lo que ya ha acontecido realmente.

Porque Él no comenzó
a curar, a salvar y a transfigurar
el mundo en los síntomas de la superficie,
sino en las raíces más internas.

Nosotros, gente de superficie,
pensamos que no ha pasado nada.

Porque aún siguen corriendo las aguas del sufrimiento y de la culpa,
suponemos que aún no se las ha vencido
en el manantial del que brotan.

Porque la maldad sigue trazando arrugas
en el rostro de la tierra
deducimos que en el corazón más profundo de la realidad
ha muerto el amor.

Pero todo es apariencia,
aunque la tomemos
por la realidad de la vida...

Resucitado, está en el esfuerzo anónimo
de todas las criaturas que sin saberlo se esfuerzan por participar
en la glorificación de su cuerpo.
Está en cada lágrima y en cada muerte como el júbilo y vida escondidos
que vencen cuando parecen morir.

Por eso nosotros, hijos de esta tierra,
tenemos que amarla.
Aunque sea todavía terrible
y nos torture con su penuria
y su sometimiento a la muerte.

KARL RAHNER.

4 comentarios:

Manuel dijo...

El texto que aquí comparto llegó a mi manos por medio de un amigo del blog, al que agradezco mucho este regalo. Alguno pensará que me he adelantado al publicarlo hoy viernes santo, pero estuve leyendo un texto de Barth,y me motivó su propuesta de que nuestra celebración de la muerte de Cristo debería estar acompañada de los cantos gozosos de la Resurrección. Si separamos una y otra cosa nuestra celebración no es realmente cristiana.

Gizatar dijo...

¡ Feliz Pascua de Resurrección !

San dijo...

Que, por Cristo y en Él, todos experimentemos existencialmente que la vida y el amor tienen para nosotros la última palabra, que todos nos sintamos vivos y ya resucitados en esta tierra. Precioso texto de Rahner.
Concuerdo con tu comentario, Manuel. Y con la propuesta de Barth, del que hay un libro publicado en Sal Terrae, “Instantes”, del que se pueden sacar muy positivas reflexiones, desde mi punto de vista.

Anónimo dijo...

Que la Resurrección sea un hecho en nustras vidas.
Salir del sepulcro es nuestra tarea diaria, cada uno en su nivel, después de una puerta abierta se abre otra hasta que al final se logra la ascensión. Una nueva dimensión en el aquí y ahora.



Grácias.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.