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jueves, 27 de noviembre de 2008

Empezar a vivir por la fe.


El día 16 de noviembre Thomas Merton fue bautizado como católico en la Iglesia del Corpus Christi de Nueva York. Sus búsquedas espirituales le llevaron poco a poco a un encuentro que resultó esencial, y transformador. Pero la vida espiritual es dinamismo puro, es cambio, y esa búsqueda que iniciamos un día no termina núnca. Años después, en medio de otro proceso purificador y de maduración espiritual escribiría lo siguiente en su diario:


"Lo principal que me ha impactado hoy ante el Santísimo Sacramento ha sido que me he ocupado demasiado de la marcha de mi vida.

Me pongo en manos de Dios y me aparto de nuevo empeñado en leer absolutamente todo en pos de mis propias conclusiones. Con esa condición, me abandono a Él.

¿Consecuencia? Buscamos el bien, y vemos que encontramos perturbación. Decimos: !paz! !Paz!, !Y no hay paz!

Jesús, me pongo en Tus manos. Descanso en tu sabiduría, que ha dispuesto todas las cosas para mí. Te prometo dejar de bajarme de tus brazos para intentar caminar con mis propios pies, olvidando que y no estoy en el suelo ni cerca de él.

Ahora, por fin, permíteme empezar a vivir por la fe. Buscad primero, pues, el Reino de Dios"


16 de noviembre de 1947.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Santidad es dejar de mirarse un el ombligo y empezar a mirar hacia Dios y hacia el prójimo.

Anónimo dijo...

En el bautismo nacemos en Cristo, tenemos una vida nueva; pero no es suficiente nacer, luego hay que crecer, madurar.

Anónimo dijo...

Maravilloso y, sobre todo, coherente, sincero y valiente. Vivir por la fe la vida signifca, como Merton descubrió, optar por el cambio, redimirse de las cadenas de los convencionalismos, las opiniones ajenas, las relaciones vacias, las tiranías materialistas. La espiritualidad es activa, operante, valiente, busca el encuentro, y cuando lo halla no retrocede, actúa. Y cambia la vida, porque nosotros operamos el cambio, triunfamos sobre lo roto sustituyéndolo. Vivir la espiritualidad y la contemplación no es un refugio ni una herramienta intelectual en la que esconderse de fracasos personales, esto sería lamentable y poco razonable. Y utilizar la espiritualicad, usarla como vestuario para disfrazar nuestro verdadero vestuario vital, nuestra vida en contradicción con la verdad y el amor, sería cobarde y falso. La fe, la espiritualidad, la contemplación es la vida como comunión del interior y el exterior.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.