
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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martes, 31 de marzo de 2009
La pobreza que quiero amar.

domingo, 29 de marzo de 2009
Granos de trigo.

El cuerpo que se es.

sábado, 28 de marzo de 2009
TM: segundo nacimiento.

miércoles, 25 de marzo de 2009
Dorothy Day 2.

martes, 24 de marzo de 2009
Dorothy Day.

Madurez humana y espiritual.

sábado, 21 de marzo de 2009
TM: Una simple fidelidad a su voluntad en la vida ordinaria.

viernes, 20 de marzo de 2009
Otra mirada sobre la santidad (final).

Pero los santos hacen más que ofrecemos un ejemplo edificante. Hay, en verdad, un aura de trascendencia y poder sagrado que rodea sus vidas. Esto tiene poco que ver con un muestrario de milagros, en el sentido tradicional. Tiene más relación con una cualidad del misterio que se ve reforzada sólo a través de sus idiosincrasias. Como las figuras en el vitral, los ilumina una fuente más allá de ellos mismos. De este modo, si les permitimos, nos ayudan a despertar a la comprensión de que nuestras vidas se hallan iluminadas por la misma fuente. Como observara el Cardenal Suhard, ser santo significa "vivir de una manera tal que no tendría sentido si Dios no existiera."
L0 que me ha sorprendido (de los santos) es el carácter inflexible de su compromiso, su voluntad para sacrificado todo por su vocación. Algunas veces, l0 que ahora los hace aparecer heroicos o admirables, en su momento y a los ojos de sus contemporáneos los volvió difíciles de tolerar. Esto también debe ser reconocido. La santidad no es sinónimo de "gentileza" o "bondad", en el sentido usual.
Por otra parte, qué humanos que son. A pesar de los efectos sobrenaturales con que las leyendas puedan adornarlos, lo que aparece una y otra vez, es su humanidad. Experimentaban dudas, debilidades, soledad, y miedo, al igual que todos nosotros. Pero finalmente sus vidas estaban organizadas alrededor de los principios más elevados: la capacidad humana para amar, para sacrificarse, y la generosidad. "Pureza de corazón" decía Kierkegaard, "es desear una sola cosa." Esta unidad de intención es una de las características que unen a muchas de estas figuras. Lo que no significa estar libres de la ambigüedad que vuelve difícil reducir cualquier vida a una sola significación o mensaje. Pero bajo la mirada de
la contemplación, hay algo que emerge a la superficie: sus faltas, debilidades o limitaciones, no son su mensaje esencial ni su legado.
¿Qué tenían en común? No se esforzaban por ser "santos." Quizás se dedicaron seriamente a la tarea de ser humanos, comprendiendo esta vocación en el sentido profundo reflejado en las viejas fórmulas del catecismo: "¿Quién nos ha creado? Dios nos creó. ¿Para qué nos creó Dios? Para conocerlo, amarlo y servirlo en esta vida y gozar de Él en la vida eterna."
No, los santos no son seres humanos perfectos. Pero a su propia manera particular, se volvieron auténticos seres humanos, dotados de la capacidad de despertar esta vocación en otros. A Dorothy Day, como ya he dicho, no le gustaba que la llamaran santa: "Cuando te llaman santa, significa, básicamente, que no debes ser tomada en serio." Este libro ofrece un argumento diferente: que llamar a alguien santo o santa, significa que su vida debe ser tomada con la mayor seriedad. Es una prueba de que el evangelio puede ser vivido".
miércoles, 18 de marzo de 2009
El deseo de ser más sencillo.

Como de costumbre, después de que uno de mis libros me haya sido leído a mí, me quedo con el deseo de ser más sencillo".
sábado, 14 de marzo de 2009
Libro de TM sobre la Eucaristía.

TESTIGOS.

viernes, 13 de marzo de 2009
Otra mirada sobre la santidad (5).

Los ejemplos previos de santidad tendían a enfatizar un ascetismo negador del mundo; hoy necesitamos ejemplos de disciplina y abnegación al servicio del mundo y solidarios con los sufrimientos humanos.
¿Existen santos que hablen a todas estas preocupaciones? Algunos, tal vez. Pero el desafío es recurrir, para nuestro camino, un camino que comienza en el punto en que se halla cada uno de nosotros, al testimonio parcial de muchos compañeros santos.
Estamos hechos de lo que admiramos. Pero en esto, como en cualquier otra búsqueda, es posible cultivar nuestro gusto. Resulta importante aprender a reconocer qué es bueno, a entrenar nuestros oídos a discernir la verdad, a honrar lo que es verdaderamente honorable, a elegir normas morales que estén más allá de nuestro fácil alcance".
miércoles, 11 de marzo de 2009
Notas para una biografía de Thomas Merton.

domingo, 8 de marzo de 2009
La propia santidad.

viernes, 6 de marzo de 2009
Leyendo a THOMAS MERTON.


jueves, 5 de marzo de 2009
Otra mirada sobre la santidad (4)

Luego están los que no son cristianos, como Gandhi, o el profeta judío Abraham Heschel, o incluso los moralistas no religiosos como Albert Camus, cuyo impacto en la espiritualidad y la ética cristianas, ha igualado, indiscutiblemente, el de cualquier cristiano ortodoxo de nuestro tiempo. Al incluirlos en una lista ampliada de "santos", mi intención no es de arrastrarlos por la fuerza al redil cristiano, sino apuntar en la dirección del Dios que (de acuerdo con san Juan) es "más amplio que nuestros corazones". Como Heschel escribió: "La Santidad no es monopolio de una religión o tradición en particular. Dondequiera que se obre de acuerdo con la voluntad de Dios, dondequiera que un pensamiento humano se dirija a Él, hay santidad."
La cuestión más molesta para algunos lectores, será la inclusión de algunos hombres y mujeres que no representan una norma común de santidad. Si este presenta un problema, es posible que surja de nuestra tendencia a igualar la santidad con la perfección moral. Es de notar que este tipo de ecuación era algo desconocido para los autores de las Escrituras. La mayoría de los héroes bíblicos, incluyendo a Abraham, Jacob, Moisés y David, están, de varias maneras, llenos de faltas. Lo mismo puede decirse de los discípulos más cercanos de Cristo. Y, sin embargo, Cristo mismo dijo que quienes daban de beber a un extranjero sediento o visitaban a un prisionero en la cárcel, eran bienaventurados. Es seguro que en la "comunión de los santos", los hay cuyas aparentes debilidades servían de disfraz a la grandeza espiritual interior, pero cuyo testimonio, sin embargo, fue redimido por una sola gran acción, algún don especial, o simplemente por la honestidad de sus intenciones. Estas vidas también traen algún mensaje acerca del desafío de la fe en nuestros tiempos".
Thomas Merton: Un mundo de paradojas.

lunes, 2 de marzo de 2009
Los ríos de la noche.

Otra mirada sobre la santidad (3)

La Iglesia no pretende que su lista o "canon" agote el número de santos reales. Hay incontables hombres y mujeres cuya santidad sólo Dios reconoce. La Iglesia los conmemora junto con los "santos oficiales", el 1 de noviembre, en la fiesta de Todos los Santos, de donde surge el título de este libro.
El proceso de "hacer santos" ha tenido una evolución considerable en los últimos dos mil años. En los primeros siglos, la canonización estaba, en gran parte, sujeta a la aclamación popular: eran las personas de la Iglesia local las que proclamaban que habían tenido a un santo en medio de ellas. A lo largo del tiempo esto fue reemplazado por un proceso burocrático y muy bien organizado, centralizado en el Vaticano. Hoy en día, antes de que una persona pueda ser declarada "beata" (beatificada) o declarada santa en forma oficial, sus vidas y escritos deben ser examinados a fin de encontrar evidencias de virtud heroica u ortodoxia doctrinaria; finalmente, se les debe acreditar algún milagro. Mientras este elaborado proceso subraya la solemnidad de las declaraciones de la iglesia, tiende a influenciar la selección de candidatos para la canonización. Si el canon de santos, especialmente en tiempos modernos, está superpoblado de miembros de las órdenes religiosas, esto refleja, en gran parte, el hecho de que tales congregaciones han tenido el tiempo y los recursos necesarios para invertir en un largo proceso de canonización. El proceso oficial ha sido notoriamente débil en promover ejemplos de santidad laica, ha tendido a reconocer las formas convencionales de piedad, y a evitar las figuras proféticas que incomodaban a las autoridades religiosas de su tiempo. Finalmente, el peso otorgado a los milagros tiende de tal manera a reforzar ese sentido de "otredad" de los santos, que contribuye a minar el poder de su ejemplo: "eran santos; no es lo mismo para nosotros...." (Continuará)
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.