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viernes, 15 de enero de 2010

MERTON Y CUBA

He dicho siempre que el legado espiritual y humanista de Thomas Merton puede constituir un aporte importante al devenir histórico salvifico de los cubanos; el hecho de que su historia personal estuviera, de diversas maneras, vinculada a esta tierra y a su gente, es un factor que puede servir de estimulo para el acercamiento de su figura a nuestra realidad concreta, a nuestra Iglesia y, en general, a la cultura, la poesía y la política que se hace en la isla. Hace tiempo, en una de mis visitas al santuario de El Cobre, donde se venera la venerada imagen de la Virgen de la Caridad, Patrona de Cuba, me pregunté y pregunté la razón por la que allí no hubiera ninguna referencia al paso de Merton, figura reconocida internacionalmente, por ese lugar.


Ahora he sabido que un próximo numero del tabloide “La Jiribilla” estará dedicado al monje trapense norteamericano, y me ha parecido una idea excelente, pues contribuirá en darle a conocer entre nuestra gente, mas allá del pequeño circulo de intelectuales entre los que suele ser popular. Fui invitado además a escribir algo en ese numero, aunque lamentablemente esa invitación llego tarde a mis manos y ya no creo tenga tiempo para hacerlo, pero por lo que puede saber la preparación del dossier esta en buenas manos.

Merton era monje y sacerdote católico, pero antes y sobre todo fue un excelente ser humano, un sabio, con esa sabiduría particular y diferente que resulta de la combinación entre inteligencia, compasión y carisma. Supo mirar muy dentro de si, pero también mirar fuera, a su alrededor, y ver la puerta del Cielo en todas partes. Su legado, humanista, monástico, espiritual, es también político, cultural, literario y ecuménico.

El próximo día 31 de enero se cumplen 95 años de su nacimiento, y en 5 años mas serán cien, buena oportunidad para difundir su mensaje, compartir su testimonio vital, y reconocerlo como uno de esos maestros invisibles que acompañan y animan nuestro camino de fe. El propósito de este blog sigue siendo el mismo, darle a conocer, y ya entramos en nuestro cuarto año de existencia; aprovecho para agradecer a todos los que me leen, amigas y amigos, y cuyos comentarios, mensajes y sugerencias, estimulan este proyecto.

Nuestras vidas, como velas, expresan
Este símbolo sencillo:
Llora como nuestra vida corporal,
Dulce obra de abejas,
Endulza el mundo, con tu lento sacrificio.
Y esta será nuestra alabanza:
Que por nuestra feliz ofrenda,
La voluntad de nuestro Padre
Nos encendió y consumió como una parábola”. (TM)

1 comentario:

San dijo...

Me alegro en tu alegría por la posibilidad de difundir a Merton a través de la revista que citas, Manuel. Es una lástima que te haya llegado tarde la invitación a participar, realizarías una muy buena contribución al dossier.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.