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sábado, 9 de octubre de 2010

ASOMBROSA AMISTAD

En estos días estoy elucubrando teorías personales acerca de la amistad. Y sin embargo hay algo mágico, extraño, indescriptible, en mi relación con Thomas Merton. Esta “amistad” espiritual, tan real, me ha dado tanto y me sigue dando que no sabría describir los mecanismos por los que leerle una y otra vez, a menudo los mismos textos, pone tanta luz dentro de mí. Estoy leyendo a Dürckheim todavía, ahora “El maestro interior”, y en su descripción del “maestro” veo a TM. Su experiencia personal me acompaña en cada jornada, y mi encuentro con Jesús viene siempre a través de su experiencia, que no sustituye la mía, no, para nada. Pero es como cuando uno puede compartir con otro amigo su aventura, y es tan bueno contar y escuchar al mismo tiempo la del otro. En fin, esta entrada no tiene otra razón que volver a contarles el ASOMBRO con que vivo mi relación con TM

4 comentarios:

tarihiatzi dijo...

Gracias por compartir, estoy conociendo a TM, ¡parece mentira! ¿verdad?, y realmente es...no encuentro las palabras, gracias por éste blog,¡ánimo!.
"¡Oh Dios! Somos uno contigo....."
Paz y Bien

Anónimo dijo...

Me encontré con uno de sus libros hace varios años y me dije: "Este hombre me gusta"
A pesar de las diferencias, conecto y sí, a veces busco sus libros o escritos como el agua. Siempre encuentro algo de luz. Creo que fue una persona que nunca dejó de buscar, de abrirse...
Hablaba en uno de sus libros, "Dirección espiritual..." del uso sano y frecuente de la meditación como medio para mantener un contacto vital con nuestra vocación y nuestra vida...Me quedé con la siguiente frase durante semanas y espero no olvidarla:

"La disciplina es muy importante y sin ella jamás sería posible una meditación sería. Pero tiene que ser la disciplina "de uno mismo", no una rutina impuesta mecánicamente desde fuera" (p.11)

Gregorio Dávila de Tena dijo...

Suelo leer este blog con frecuencia y me gusta los textos que dejan de TM y otros autores.
No sé si conocen el libro "Vida en el amor" de Ernesto Cardenal.
El prólogo lo escribió TM, ya que Cardenal estuvo de novicio con él.
Tanto el prólogo como el libro son una maravilla.

San dijo...

Creo que casi todo lo que tiene auténtico valor en la experiencia vital de cada uno de nosotros, lo podríamos calificar como asombroso, mágico, indescriptible, misterioso. Y una de esos valores reales es la amistad. Pienso, además, que la capacidad de asombro es uno de los grandes regalos que nos hace la vida, Manuel. Afortunados los que seguimos soñando y asombrándonos.
Decía Merton: “Hay gente que uno conoce en los libros o en la vida a quienes uno no observa, ni conoce ni encuentra meramente. Una profunda resonancia del propio ser se establece inmediatamente con el ser entero del otro”.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.