No puedo dejar de leer a Merton. En los últimos días he tenido algunos problemas con el manejo de este blog y no he podido tenerle actualizado en el modo habitual; espero que mis amigos y amigos de esta casa virtual sean comprensivos y no dejen de tenerme presente siempre en el corazón y en sus oraciones. Pero mientras vivo, trabajo, leo y lucho (la vida es lucha siempre) no he dejado de leer a Thomas Merton. Cada mañana, cuando voy a la capilla del convento a rezar el oficio de Laúdes con la comunidad, llevo conmigo también algún libro de Merton (casi siempre el mismo durante cierto tiempo) y dedico unos minutos a conversar interiormente con él. Esta “amistad espiritual” ha sido siempre beneficiosa para mí. Porque esta cercanía me mantiene despierto: “La fidelidad exige una crítica constante”; así lo dice Merton, y he asumido este modo de vivir la fe, ser fiel en el constante cuestionamiento de lo que soy. “Está creciendo en mí una inmensa satisfacción con cuanto es aceptado como verdad de manera meramente pasiva, sin lucha ni examen. La fe, sin duda alguna, no es pasiva ni una evasión”. Esto no hace, por supuesto mi vida más fácil, pero sí más auténtica, más libre, más vida. Con los años he ido aceptando mi “singularidad” con paz y agradecimiento, he aceptado que la posesión de muchas virtudes puede significar apenas luchar por ellas, aunque nunca alcancemos la meta que nos proponemos. “La Verdad es un Camino y una Persona, y un Camino y una Persona tienen que ser encontrados y seguidos. La Verdad debe ser vivida. De hecho, no existen fórmulas sencillas que basten de una vez para siempre”.
Como Merton, también yo quiero ser parte de todo, “como si la existencia misma tuviera un carácter celestial”, y tratar de “ir a la raíz: la unión con Dios”. Pero al mismo tiempo vivimos en un tiempo y espacio concretos, en un mundo egoísta y violento: “Como el resto del mundo, vivimos bajo la bomba”, aun siendo un consagrado con ciertas “ventajas” para hacer el camino de Dios, y “no es en absoluto fácil hacer un acto de fe en que todo en la historia está en manos de Dios”.
Leer a Merton siempre me ayuda. Me ayuda a perseverar, a seguir, a no rendirme y a rendirme a Dios. “Y únicamente si voy a donde debo ir puedo ser de alguna utilidad para el mundo”.
3 comentarios:
querido manuel,
los amigos de este espacio, seguimos teniendote muy presente; en el recuerdo y la oración. Esta amiga al menos...y sé que muchos más también.
Gracias por lo que compartís, me gusta cuando alguno de los textos de Merton que nos regalas van matizados de tu propia experiencia de camino.
Gracias de verdad! Un abrazo.
P.manuel,
es cierto Merton nos hace amigos en el Señor, gracias por seguir adelante con el blog, un saludo y mi oración,
Inés
Te entiendo, te comprendo y te siento cercano en tu reflexión.
Te cojo prestada alguna de tus frases...
Un saludo muy cordial
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