
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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sábado, 31 de enero de 2009
La lucha por la lucidez.

La Psicología de la religión 1.

William James: Define religión, como “aquello que inspira sentimientos serios, graves y solemnes”; esta definición deja de lado los aspectos sociales e institucionales del hecho religioso. Hoy, se habla más bien de todo cuanto para los hombres “encierra una relación con algo sobrehumano y supramundano”. Corrientes actuales de la Nueva Era y la psicología transpersonal ponen el tema otra vez sobre la mesa. Las fronteras entre lo profano y lo religioso están poco delimitadas.
Erich Fromm: Es el representante de una psicología humanística, en la que toda trascendencia es eliminada al mismo tiempo que se mantiene la pretensión de encuadrarse en el campo de lo religioso.
La dificultad de la experiencia religiosa para ser comprendida y explicada racionalmente guarda también una íntima relación con el carácter totalizador que dicha experiencia posee en relación con el conjunto de la personalidad: globalidad e intensidad energética. Moviliza en todos los niveles: afectivo, cognitivos, éticos y sociales. Probablemente ninguna otra institución cultural sea capaz de implicar al conjunto de la personalidad con la globalidad y la intensidad con que lo hace la experiencia religiosa.
Por eso, el hecho religioso parece exigir un afrontamiento necesariamente multidisciplinar. Tener en cuanta además las implicaciones personales que dificultan la comprensión objetiva del fenómeno. Estudiamos personas, más que ideas.
La psicología, por ello, no se pronuncia nunca, o no debe pronunciarse, sobre el objeto trascendente de la creencia religiosa. Fija tan solo su atención en la variedad de comportamientos a la que esa creencia da lugar.
2- La experiencia religiosa: ¿innata o derivada? La religión es un fenómeno tan universal en espacio y tiempo que obligaría a pensar que el ser humano es religioso por naturaleza, y que, quieras o no, desemboca en la religión o en sucedáneos de ella. Otros consideran a la religión como una dimensión específica de un período del desarrollo humano que estaría llamado a ser superado si es que se pretende alcanzar cierto grado de autonomía y madurez humana.
Frente a estas tendencias opuestas, y tal vez condicionadas, en la actualidad se tiende a considerar la experiencia religiosa como expresión de una “disponibilidad genérica” que puede ser activada o no, dependiendo esencialmente de factores de orden psico-existencial. Es decir tiene un carácter psíquico no específico., puede o no activarse, sin que ello suponga avance o retroceso en el desarrollo y madurez personal.
Algunos elementos fundamentales en la constitución del sujeto humano:
-Puede elaborar de un modo simbólico sus aspiraciones básicas.
- La aspiración más radical que le constituye es la de llegar a ser reconocido por otro.
-La experiencia religiosa podría surgir como un modo particular, aunque no necesario, de elaboración simbólica de la propia dinámica personal.
- Otros sistemas simbólicos diferentes pueden estructurar la posición de un sujeto ante la vida, ante sí mismo y ante los demás.
- Para algunos no existe una necesidad específica de la religión en la persona humana. La persona no nace, sino que se hace religiosa.
- El ser humano no es por naturaleza un ser religioso. La falta de esa dimensión no supone limitación o mutilación de una dimensión esencial de su ser.
jueves, 29 de enero de 2009
El misterio de la vida.

martes, 27 de enero de 2009
El cáliz de la vida.

Teoría de la oración.

lunes, 26 de enero de 2009
Salmos de cumpleaños.

domingo, 25 de enero de 2009
San Pablo, la Unidad, la Iglesia.

viernes, 23 de enero de 2009
Gracias, Henri.

Bases para el diálogo: H.Nouwen, sobre T.Merton.

miércoles, 21 de enero de 2009
Tiempo.

martes, 20 de enero de 2009
Acerca de Karl Barth.

1- La excepcional recuperación del Verbum Domini, “desencadenando” la Palabra, que estaba prisionera de la teología liberal de sus maestros.
2- El “recentramiento” cristológico de la teología, también para liberar al verdadero Dios, el Dios Bíblico, por definición el “Totalmente Otro”, de las trabas religiosas, existenciales y pietistas.
3- El compromiso en la acción política, en sentido elevado y distinto, y particularmente (aunque no sólo) del lado de la “Iglesia confesora” alemana, anulando la extendida dicotomía entre Iglesia y mundo (Los dos reinos).
Todo lo anterior fue expresado en un sentido majestuoso, con frecuencia bello, e incluso poético, a menudo polémico, pero con humor. Y más aun, con una especie de alma “mística”, frecuentemente desatendida, y que quizá el mismo Barth negaría. No obstante otros teólogos y cristianos de su tiempo lo definieron como un místico. Esa “huella” mística está presente en sus escritos, que evidencian su fuerte experiencia de Dios, y avalan su propia conducta profética frente a diversas formas de idolatría y su compromiso, que fue también político.
Tuvo que enfrentar al nazismo, que le privó de su cátedra; enseñó en Basilea hasta 1962. Escribió muchísimo, y estuvo comprometido con el movimiento ecuménico; fue enviado como observador de su comunidad eclesial al Concilio Vaticano II, y se encontró con Pablo VI. Murió el 10 de diciembre de 1968, a los 82 años (el mismo día que murió Thomas Merton). Hans Küng, en el discurso conmemorativo pronunciado en la Catedral de Basilea, lo definió como “Doctor utriusque theologiae”, es decir, doctor de teología protestante y católica. Lector incansable, Thomas Merton conoció la obra de Karl Barth, la leyó, y la comenta en varios pasajes de “Conjeturas de un espectador culpable".
lunes, 19 de enero de 2009
El sueño de Karl Barth.
domingo, 18 de enero de 2009
Orar por la unidad de los cristianos.
sábado, 17 de enero de 2009
Vivir con esperanza.

jueves, 15 de enero de 2009
Diálogo y apertura.

martes, 13 de enero de 2009
Libros.
lunes, 12 de enero de 2009
Psicología y espiritualidad, 5.

Henri Nouwen estuvo dos años, entre 1964 y 1966, en la Clínica Menninger, luego de haber pedido a su obispo, recién ordenado, estudiar psicología. Estuvo en Nimega primero, y de ahí fue a Estados Unidos, Kansas, donde pudo estudiar las raíces freudianas de la psicología y sus derivados modernos, desde Karen Horney hasta Gordon Allport, profundizando además en el vínculo entre psicología y religión. Sus intereses eran más pastorales que académicos desde el principio, y Nouwen supo ir integrando la psicología al discurso teológico, hasta desarrollar una espiritualidad cristiana de claro talante humanista, que parte del conocimiento profundo de la persona, y que le convirtió en un poderoso comunicador. Pero al mismo tiempo que escribía y enseñaba, Henri vivía sus propios conflictos interiores y sus propias luchas en relación con su personalidad. Su proceso de enseñanza, asesoramiento y escritura, que hizo tanto bien a otras personas, era al mismo tiempo su propio camino de sanación e integración. “Él creía que Cristo ofrece continuamente un canal creativo de curación, una fuente de energía en la lucha por dar a luz, con el poder del Espíritu, un mundo marcado por la justicia y el amor”.
Nouwen parte del modelo de Cristo, que hizo de su cuerpo clavado en la cruz el medio de liberación de la humanidad, la puerta de una nueva vida. Así, proclama que los pastores en su vocación están llamados no sólo a velar por el bien de las ovejas que se han encomendado, sino a convertir sus propias heridas en importante fuente de sanación. Están llamados a ser “sanadores heridos”. Habla de alienación, de distanciamiento, de aislamiento y de soledad. El modo de vida cristiano no elimina la soledad, sino que la protege y la valora como un don precioso. La comprensión profunda de los propios dolores y heridas permite al ministro convertir su debilidad en fuerza y ofrecer la propia existencia como fuente de curación.
En otro de sus libros, escribió: “El gran reto es vivir con la ayuda de tus heridas, en lugar de limitarte a pensar en ellas. Tu corazón es más grande que tus heridas”. (“La voz interior del amor”. 1996). El ministro vive su llamado en un mundo desestructurado, y para una generación desarraigada, de los que él mismo forma parte en alguna medida. Está llamado a ejercer su ministerio a favor del hombre sin esperanzas, y esto sólo puede realizarlo cabalmente, con pasión y autenticidad, si encuentra la fuerza de su mensaje en su propia búsqueda, sus propias luchas, sus propias heridas. “Ningún ministro puede guardar oculta su propia experiencia de vida a aquellos a los que quiere ayudar”.
En este aspecto, Nouwen habla también de interiorización y de hospitalidad, de compartir el propio camino y de asumir positivamente la inevitable soledad del ministerio consagrado (Soledad personal y soledad profesional). Sólo reconciliado consigo mismo, puede el ministro ser reconciliador. En un mundo en que su papel es a menudo menospreciado ha de poner unos cimientos firmes en relación con la aceptación y la confianza. Por supuesto, no se trata de una especie de “exhibicionismo espiritual”: hacer de las propias heridas una fuente de curación para otros no es compartir de modo superficial los dolores propios, sino un constante deseo de ver el sufrimiento de uno mismo como surgiendo del fondo de la condición humana que todos compartimos.
En otras palabras, el ministro ha de ser como un “hogar”, acogedor para otros, capaz de perdón y comprensión.
viernes, 9 de enero de 2009
Ausente.
miércoles, 7 de enero de 2009
Psicología y espiritualidad 4.

1- “Un ministerio creativo”. PPC, 2000. (Escrito en1971)
2- “El sanador herido”. PPC, 2008. (Escrito en 1972)
Nouwen utiliza un lenguaje menos psicologista que Anselm Grün; su saber psicológico está, a mi juicio, más integrado en lo teológico y lo espiritual, pero quien lee estas páginas comprende que es desde una comprensión de la persona humana y de su psiquismo que se está construyendo el discurso y proponiendo acciones pastorales concretas. Otros libros de Nouwen intentan lo mismo, desde perspectivas algo diversas: “Intimidad: ensayos de psicología pastoral” (1969), “Signos de vida: intimidad, fecundidad y éxtasis” (1986); “En el nombre de Jesús: reflexiones sobre el liderazgo cristiano” (1989). En la medida en que Nouwen madura como escritor se ven menos las costuras en sus libros, y ya es menos explícito en lo psicológico, pero lo ha integrado de una manera particular... (Continuará)
martes, 6 de enero de 2009
Epifanía, camino de Dios.

Psicología y Espiritualidad 3.
Tres momentos tiene el desarrollo del libro:
1- Creer-Ver con empatía- Reinterpretar.
2- Amar-Aceptar con gusto-Transformar.
3- Alabar-Elogiar-Renombrar.
Para Grün la esencia de la fe consiste en una buena visión de la realidad: veo bien el mundo y lo reinterpreto enfocándolo hacia el ser bueno. Si considero que una cosa es buena y amable, entonces la acojo con gusto y la hago parte de mí, es decir “le doy un nuevo nombre”.
El amor deriva de la fe. Hay un vínculo entre creer, amar y alabar, que es para Grün la estructura fundamental del mensaje cristiano. La fe nos introduce en una nueva vida, una nueva forma de ver la realidad; el amor es la nueva conducta, y la alabanza, la expresión de un nuevo sentimiento existencial.
1- El creer supone reinterpretar la realidad, y hacerlo desde la bondad de Dios, creador y redentor. La Sagrada Escritura es en concreto un modelo de reinterpretación de la realidad. Este modelo de comprensión es un modelo de luz. Dios vio que era bueno, y envió a su Hijo para darnos vida. Creer significa asumir la mirada de Jesús sobe el mundo y sobre el prójimo. Como decía arriba: mirar con empatía, con bondad, con perdón. La fe reinterpreta todo, ve lo bueno que hay en el otro.
2- Cuando vemos algo con ojos nuevos, también lo abordamos de modo diferente. El modelo de interpretación de la fe lleva al modelo de comportamiento del amor. Si veo algo como bueno, lo acepto con gusto, lo cuido. La fe ve; el amor actúa. El amor no sólo trata bien, sino que hace bueno. Despierta a la vida lo bueno que la fe ha descubierto al reinterpretar la realidad. El amor transforma la realidad, así como la fe la reinterpreta.
3- La alabanza es la forma más auténtica de la existencia humana. Donde hay vida, hay alabanza.; la alabanza es esencial al ser humano. Ella cambia el nombre de las cosas. En la Escritura nombrar las cosas es de algún modo participar de su creación, recrear; cuando el amor nos hace alabar, estamos recreando la realidad, y al mismo tiempo haciendo crecer la fe y el amor Es una dinámica de crecimiento, de potenciación de lo mejor de nuestro ser.
Aquí hemos visto como hay un acercamiento a lo que significa la fe, entendida desde una dimensión particular, y como, utilizando categorías y conceptos de la psicología, podemos ayudar a comprender y vivir de otra manera lo que quizá era simplemente un sentimiento superficial o una costumbre exterior... (Continuará)
domingo, 4 de enero de 2009
Psicología y espiritualidad 2.
1- “Dimensiones de la fe”. Sal Terrae, Santander, 2006.
2- “La fe como nueva perspectiva”. Sal Terrae, Santander, 2006.
Aparecen aquí diversos acercamientos a la fe: La fe en las imágenes del lenguaje; la fe como confianza; la fe como nueva perspectiva; la fe como forma de trascender la realidad; la fe como camino hacia el Yo verdadero, y la fe en la eficacia de las palabras de Jesús. Como es evidente aparecen acá términos habituales de la psicología, y el modo de entender esas realidades también utiliza métodos propios de la ciencia de la psiquis humana como complemento. En el caso del lenguaje, Grün nos invita a que nos acerquemos a los dogmas teniendo en cuenta cuánto de nosotros hay en ellos, qué experiencias humanas propiciaron su definición. Afirma: “Los dogmas nos revelan quiénes somos en realidad, en qué consiste el misterio de nuestra vida, sí, el misterio de nuestra existencia redimida”. Los dogmas expresan experiencias profundas de fe, e interpretan nuestra existencia desde Dios. No cierran el camino, sólo apuntan la dirección en que debemos buscar. Los dogmas pueden revelarnos la verdad de nuestro ser y ayudarnos a vivir según este.
Otra dimensión para acercarnos a la fe es la confianza. Para Grün, además de un acercamiento bíblico o teológico a esta realidad, podemos pensar en lo que aporta al equilibrio de la persona la confianza como fundamento de su vida. En nuestro mundo es frecuente la angustia, el desasosiego, la desesperanza. Habla de cuatro formas fundamentales de miedo, según Riemann: el de la persona esquizoide, el de la persona histérica, el de la persona compulsiva y el de la persona depresiva. Estos generalmente se combinan en una buena parte de la humanidad, y pueden superarse fundamentalmente desde una posición de confianza ante la realidad. Esa confianza puede vivirse desde la fe como apertura generosa a Jesús, amigo y liberador.
La fe, además, es una manera muy concreta de ver y entender la vida. Siempre interpretamos lo que vivimos desde una perspectiva concreta. La fe es también eso para Grün: una perspectiva para comprender la realidad. Como desarrolla este tema en el siguiente libro que comentamos no vamos a ahondar más en este aspecto. Aquí utiliza las ideas del psicólogo austriaco Paul Watzlawick.
Para entender la fe como forma de trascender la realidad parte de las ideas de Abraham Maslow; según la psicología transpersonal hay diversos planos: el psicológico (El de las necesidades del ego), el del cuerpo, y el transpersonal, por el que accedo a mi Yo verdadero o Yo trascendente. Aquí combina también las ideas de Ken Wilber y de Roberto Assagioli, sobre la des-identificación. Habla de no identificarse con las propias emociones, deseos, anhelos y ofensas; se adquiere distancia respecto a ellas, no se deja dominar. Fijándonos en nuestro Yo verdadero, no es que nos desentendamos del problema, sino que ellos no constituyen el centro. Al mismo tiempo que nos desindentifican, nos identifican con nuestro Yo verdadero y trascendente, allí donde podemos identificarnos con Dios. Lo importante aquí es recogerse en el propio interior, para buscar a Dios allí y encontrar en Él el ser verdadero. Donde Dios está, somos realmente nosotros mismos, y comenzamos a entender nuestro misterio.
La fe es también por ello camino hacia el Yo verdadero. La fe no ignora el plano del yo, no se lo santa, sino que lo trasciende; ello no supone represión, sino liberación, voy más allá, más alto, y no me regodeo en lo que me angustia o me preocupa. Se trata de vivir una vida realmente nueva desde Cristo, en la que conseguimos la unidad de nuestro ser, nos reconciliamos con nosotros mismos y con nuestra realidad, además de crecer en solidaridad y compasión por los demás.
La fe es, definitivamente liberadora, porque nos invita a mirar más allá de lo inmediato, de lo transitorio. Las palabras de Jesús tienen un efecto liberador y sanador en nosotros. Apuntan siempre a lo realmente importante y pueden abrir las puertas cerradas de nuestra interioridad. Este, y los acercamientos anteriores a la fe, pueden ayudarnos a tener una comprensión más amplia y más profunda de lo que obra la Apertura a lo trascendente en nuestra vida... (Continuará)
sábado, 3 de enero de 2009
Psicología y espiritualidad 1.


En los últimos años la Psicología y la Espiritualidad han ido encontrando causes comunes de expresión, no solamente como ciencias autónomas que se ayudan mutuamente, sino en la expresión concreta de algunos autores contemporáneos de espiritualidad cristiana, que han estudiado la psicología y, superando prejuicios y sospechas mutuas, la han utilizado para ensanchar los horizontes de la espiritualidad, con un propósito pastoral concreto. Menciono dos en particular, cuyos títulos tienen amplia presencia en librerías de todo el mundo, y a los que reseñamos y citamos habitualmente en este blog: Henri Nouwen y Anselm Grün.
jueves, 1 de enero de 2009
FELIZ AÑO NUEVO!!!!!
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.