Seguidores

sábado, 13 de febrero de 2010

CAMBIAR O GANAR?

Si todo el mundo acatara todas las directivas oficiales de la Curia Romana en todo sentido y todo momento no habría progreso posible. No tendría objeto alguno haber celebrado un Concilio, ningún sentido que hayamos tenido un papa como Juan XXIII. Al mismo tiempo, sin embargo es preciso proceder con cautela y respeto. Los problemas aparecen cuando las personas pretenden poner en tela de juicio todas las cosas, cuando lo que se quiere no es pura y simplemente cambiar sino también ganar. Acreditarse todos los triunfos no es bueno. No se trata de un juego para ganarle de mano a la Curia o a las autoridades. No pretendemos ganar tantos a nuestro favor. Solo tenemos que hacer lo que Dios quiere que hagamos. Si podemos llegar a ver clara esa diferencia, eso es todo lo que a las autoridades les interesa. Gran parte de este otro aspecto del problema reside en la necesidad de salvar las apariencias. Si se esta hostigando e insultando abiertamente a las autoridades, estas trataran, por supuesto, de dejar a salvo su dignidad. Pero si actuamos de manera considerada y de buena fe, no tendremos que soportar demasiadas molestias. Las personas con autoridad son lo bastante sensibles como para percibir la diferencia. Yo hago lo mío con toda tranquilidad, diciendo toda clase de cosas abiertamente revulsivas que a mucha gente no le gusta oír. Pero ellos conmigo no se van a meter, porque no estoy atacándolos a ellos. Estoy diciendo simplemente lo que debo decir. No estoy desafiando ni provocando a nadie” (49).

Thomas Merton
"Los Manantiales de la contemplacion"

4 comentarios:

Inés García, aci dijo...

He leído el libro "Los manantiales de la contemplación", en este libro TM habla a un grupo de monjas, les da un retiro en el monasterio de Getsemaní, y el libro recopila sus charlas.

"No pretendemos ganar tantos a nuestro favor. Solo tenemos que hacer lo que Dios quiere que hagamos".TM

Me llama la atención la sinceridad con la que expone su punto de vista a las monjas. Pienso que esta actitud es lo que ayuda más para ir cambiando las cosas que "simplemente" hay que cambiar, o decir lo que "simplemente" hay que decir en el compartir dentro de nuestras comunidades eclesiales.

El discernimiento en la oración es una tarea de cada día si queremos decir o hacer lo que conviene en cada circunstancia, más aún, si se trata de temas peliagudos. Los Concilios son unas de esas oportunidades que se dan en la historia para cambiar desde el fondo las cosas de la Iglesia, que Dios quiere que se cambien.

San dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maria de los Angeles dijo...

Lo que aqui dice Merton es para practicar en la vida diaria, sin necesidad de ser monje o religioso, para ser persona, decir sin atacar, tranquilamente, aunque sea revulsivo.
Un abrazo y gracias!

San dijo...

Muy buena la interrogación, Manuel. Creo que, cuando un cambio supone una mejora, una evolución positiva, se gana siempre. En el sentido de crecer, no de vencer. Es decir que, en esos casos, estos dos verbos no establecen una disyuntiva, sino todo lo contrario, conjugan copulativamente ambas acciones. Pienso que por este camino va Merton y todos los que, con buena voluntad, demandan mejorar o cambiar: por el camino de la voluntad de Dios para el hombre: el Amor, la Libertad y la Salvación.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.