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domingo, 4 de enero de 2009

Psicología y espiritualidad 2.

Los Libros de Anselm Grün: Los dos libros de este autor que reseñaremos son los siguientes:
1- “Dimensiones de la fe”. Sal Terrae, Santander, 2006.
2- “La fe como nueva perspectiva”. Sal Terrae, Santander, 2006.
El primer libro, “Dimensiones de la fe” se propone ofrecer, frente a ambigüedad de la oferta religiosa que abarrota el mercado hoy, unas pautas concretas que permitan un acercamiento a la fe que tenga como fundamento dimensiones concretas de la persona humana.
¿En qué consiste la fe? ¿Cómo vincularla con la experiencia cotidiana, con nuestra propia existencia? ¿Cómo vivir a partir de la fe?
Grün desarrolla en este libro algunos aspectos de la fe que ayudan a enraizar lo que creemos en elementos concretos de nuestra psicología profunda, fundamentalmente utilizando sus conocimientos de psicología transpersonal, y vinculándolos con la teología bíblica y la dogmática. La Psicología transpersonal se refiere a l plano situado más allá de lo psicológico, al plano del Yo transpersonal, al plano en el que nuestro verdadero Yo se encuentra inmerso en Dios. En la fe, trascendemos el plano del ego en el que normalmente vivimos y en el que nos vemos condicionados por nuestras necesidades de reconocimiento, éxito, cariño, dominio, poder, etc. Partiendo de aquí, Grün pretende ayudar a personas que tienen problemas con su fe; los dos problemas actuales más frecuentes son: o reducen la fe a unas cuantas ideas vagas e imprecisas que van al ritmo de la moda, o caen en posturas fundamentalistas. Pero Grün defiende el lugar de la duda en la fe, pues ella es expresión de que Dios siempre es mucho más de lo que pensamos y creemos, de cualquier imagen que podamos tener. A Dios se llega desde múltiples dimensiones, en las que podemos mejor abarcar el misterio. Asociar la psicología a la comprensión de la fe ayuda además a superar traumas y heridas y sanar nuestra interioridad.
Aparecen aquí diversos acercamientos a la fe: La fe en las imágenes del lenguaje; la fe como confianza; la fe como nueva perspectiva; la fe como forma de trascender la realidad; la fe como camino hacia el Yo verdadero, y la fe en la eficacia de las palabras de Jesús. Como es evidente aparecen acá términos habituales de la psicología, y el modo de entender esas realidades también utiliza métodos propios de la ciencia de la psiquis humana como complemento. En el caso del lenguaje, Grün nos invita a que nos acerquemos a los dogmas teniendo en cuenta cuánto de nosotros hay en ellos, qué experiencias humanas propiciaron su definición. Afirma: “Los dogmas nos revelan quiénes somos en realidad, en qué consiste el misterio de nuestra vida, sí, el misterio de nuestra existencia redimida”. Los dogmas expresan experiencias profundas de fe, e interpretan nuestra existencia desde Dios. No cierran el camino, sólo apuntan la dirección en que debemos buscar. Los dogmas pueden revelarnos la verdad de nuestro ser y ayudarnos a vivir según este.
Otra dimensión para acercarnos a la fe es la confianza. Para Grün, además de un acercamiento bíblico o teológico a esta realidad, podemos pensar en lo que aporta al equilibrio de la persona la confianza como fundamento de su vida. En nuestro mundo es frecuente la angustia, el desasosiego, la desesperanza. Habla de cuatro formas fundamentales de miedo, según Riemann: el de la persona esquizoide, el de la persona histérica, el de la persona compulsiva y el de la persona depresiva. Estos generalmente se combinan en una buena parte de la humanidad, y pueden superarse fundamentalmente desde una posición de confianza ante la realidad. Esa confianza puede vivirse desde la fe como apertura generosa a Jesús, amigo y liberador.
La fe, además, es una manera muy concreta de ver y entender la vida. Siempre interpretamos lo que vivimos desde una perspectiva concreta. La fe es también eso para Grün: una perspectiva para comprender la realidad. Como desarrolla este tema en el siguiente libro que comentamos no vamos a ahondar más en este aspecto. Aquí utiliza las ideas del psicólogo austriaco Paul Watzlawick.
Para entender la fe como forma de trascender la realidad parte de las ideas de Abraham Maslow; según la psicología transpersonal hay diversos planos: el psicológico (El de las necesidades del ego), el del cuerpo, y el transpersonal, por el que accedo a mi Yo verdadero o Yo trascendente. Aquí combina también las ideas de Ken Wilber y de Roberto Assagioli, sobre la des-identificación. Habla de no identificarse con las propias emociones, deseos, anhelos y ofensas; se adquiere distancia respecto a ellas, no se deja dominar. Fijándonos en nuestro Yo verdadero, no es que nos desentendamos del problema, sino que ellos no constituyen el centro. Al mismo tiempo que nos desindentifican, nos identifican con nuestro Yo verdadero y trascendente, allí donde podemos identificarnos con Dios. Lo importante aquí es recogerse en el propio interior, para buscar a Dios allí y encontrar en Él el ser verdadero. Donde Dios está, somos realmente nosotros mismos, y comenzamos a entender nuestro misterio.
La fe es también por ello camino hacia el Yo verdadero. La fe no ignora el plano del yo, no se lo santa, sino que lo trasciende; ello no supone represión, sino liberación, voy más allá, más alto, y no me regodeo en lo que me angustia o me preocupa. Se trata de vivir una vida realmente nueva desde Cristo, en la que conseguimos la unidad de nuestro ser, nos reconciliamos con nosotros mismos y con nuestra realidad, además de crecer en solidaridad y compasión por los demás.
La fe es, definitivamente liberadora, porque nos invita a mirar más allá de lo inmediato, de lo transitorio. Las palabras de Jesús tienen un efecto liberador y sanador en nosotros. Apuntan siempre a lo realmente importante y pueden abrir las puertas cerradas de nuestra interioridad. Este, y los acercamientos anteriores a la fe, pueden ayudarnos a tener una comprensión más amplia y más profunda de lo que obra la Apertura a lo trascendente en nuestra vida... (Continuará)

5 comentarios:

Manuel dijo...

SAN me ha hecho llegar un artículo que aparece en la red con una crítica muy fuerte de la obra de Anselm Grün. Podeís buscarlo y leerlo, y si han leído a Grün, confrontarlo con vuestra propia experiencia. Yo acá estoy haciendo una resumen de dos de sus libros partiendo de que me parece muy acertada su propuesta, y la creo válida para tener una vivencia más honda y humana de la fe.

Anónimo dijo...

Os recomiendo un libro titulado “Palabra de amor”, publicado por Lumen, en el que se recogen deliciosas meditaciones espirituales de Henry Nouwen, Thomas Merton y Anselm Grün. Os aseguro que la lectura es hermosa y provechosa.
Dejo también, en este blog de Manuel, estas tres frases que he recogido de mi ficha de lectura de Nouwen:
“La fe significa para nosotros animarnos a una vida en la que abandonemos la pasividad, y partamos con confianza hacia nuevas direcciones”.
“Mientras continuemos preguntándonos qué piensan o dicen los demás acerca de nosotros, y fingiendo lo que somos y sentimos para satisfacerlos, seguiremos siendo víctimas y prisioneros del mundo oscuro en el que vivimos. Porque en este mundo oscuro permitimos que sea el entorno el que nos dicte los valores y el modo de vida”.
“La oración es la respiración del Espíritu de Dios en nosotros”.

Anónimo dijo...

En la primera frase que SAN propone hay un punto de aparente contradicción> abandonar la pasividad y avanzar con confianza>Si algo nos falta a los creyentes es "confianza", y entiendo por ello un punto de abandono y otro de esfuerzo. Es decir, si no confias y lo dejas todo en manos de Dios, y al mismo tiempo no te esfuerzas y haces lo que te toca, no has encontrado aun la senda del Evangelio.

Anónimo dijo...

La frase de Nouwen, a la que hace referencia el comentario anterior, la entiendo en el sentido de que el asentimiento a Dios significa dejar de "ser movidos", y tomar en libertad y con esperanza un nuevo rumbo,cuyo meta es el Encuentro. La fe, en definitiva, como motor de ese viaje y como fuente de esperanza.
Lo veo yo así, pero cada frase escrita tiene la intención del autor y todas las interpretaciones de los infinitos lectores.

Anónimo dijo...

Es muy importante que la fe no se quede en devoción, en lo exterior, sino que influya determinantemente en nuestra forma de vivir. Por eso es importante aprender de la psicología, que es una ciencia humana, pero pone las bases necesarias para sostener luego una fe sana y libre.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.