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martes, 4 de marzo de 2014

"DORADAS SEMILLAS DE DIOS"... frases de ALFRED DELP

Alfred Delp (1907-1945) fue un jesuita ejecutado por los nazis. Durante los meses que estuvo en prisión, escribió una serie de meditaciones sobre el Adviento, el Padrenuestro, las tareas de la humanidad y de la Iglesia del futuro, el sentido de la felicidad y otros temas espirituales. Estas han sido publicadas recientemente por Sal Terrae, bajo el título de "Escritos desde la prisión", con prólogo de Thomas Merton. Aquí traemos una selección de frases cortas tomadas de ese libro, que recomendamos a los lectores del blog...

"Creer en la doradas semilla de Dios, esparcida por los ángeles y ofrecida siempre a los corazones receptivos, es lo primero que el ser humano debe hacer por su vida. Y lo segundo es ir él mismo en los días grises como mensajero portador de un mensaje".

"En la vida del hombre tiene la alegría mucho que ver con Dios".

"La gran conversión transformará el desierto en un lugar sagrado para el hombre".

"Las verdades teológicas necesitan hacerse posesión vivida de manera concreta".

"El ser humano llega precisamente a ser él mismo allí donde se reconoce como el lugar en el que habita el Ser más alto y luminoso".

"Pertenece a la esencia del hombre tratar de superarse".

"Dios no impone a nadie por la fuerza su salvación".

"La libertad es el aliento de la vida".

"El ser humano y el cristiano en concreto deben conocer su compromiso por la historia y con la historia".

"La palabra de Dios no está encadenada ni siquiera cuando todos los valores humanos yacen bajo las cadenas del miedo y de la angustia, del desaliento y el cansancio y del afán de compromiso".

"Todas las cosas están consagradas y son especiales misterios, debido a la cercanía de Dios y a la intimidad con Dios de la existencia".

"Los tiempos y las cosas llevan la carga de las bendiciones divinas".

"Sé muy bien que a menudo la Iglesia no solo se eclipsa a sí misma, sino que se interpone ante la luz, impidiendo ver a Dios".

"Algunos creen en todo: en cada ceremonia, en cada costumbre; en lo único que no creen es en el Dios vivo".

"Sin un mínimo de sano humanismo, de verdadera dignidad humana y de sustancia humana cultivada, no puede el hombre ser digno de Dios".

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.