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miércoles, 19 de septiembre de 2007

Henri Nouwen y el cuadro de Rembrant.2


Segunda parte:

Pasar de dar clases a universitarios a vivir con enfermos mentales supuso, al menos para mí, dar un paso hacia la plataforma donde el padre abraza a su hijo arrodillado. Es el lugar de la luz, el lugar de la verdad, el lugar del amor. Es el lugar donde yo quiero estar aunque me da mucho miedo llegar a él. Es el lugar donde recibiré todo lo que deseo, todo lo que siempre he esperado, todo lo que necesitaré, pero también es el lugar donde tengo que dejar todo lo que quiero retener. Es el lugar que me enfrenta con el hecho de que aceptar de verdad el amor, el perdón y la curación es, a menudo, mucho más duro que entregarlo. Es el lugar más allá de lo que uno mismo puede obtener, merecer y de las recompensas que puede recibir. Es el lugar de la rendición y de la total confianza.
Poco después de llegar a Daybreak, Linda, una preciosa joven con síndrome de Down, me rodeó con sus brazos y dijo: Esto lo hace con todos los recién llegados y siempre con absoluta convicción y amor. Pero ¿cómo recibir un abrazo así? Linda no me conocía. No tenía ni idea de lo que había vivido antes de llegar a Daybreak. No había tenido ocasión de encontrarse con mi lado oscuro, ni de descubrir mis puntos de luz. No había leído ninguno de mis libros, no me había oído hablar y jamás había mantenido una conversación conmigo.
Así pues, ¿tenía que limitarme a sonreír, a piropearle y a seguir caminando como si nada hubiera ocurrido? Tal vez Linda estaba de pie en algún lugar de la plataforma diciendo con su gesto: Parece que cada vez —ya sea la bienvenida de Linda, el apretón de manos de Bill, la sonrisa de Gregory, el silencio de Adam o las palabras de Raymond— tengo que elegir entre esos gestos o simplemente aceptarlos como invitaciones a llegar más alto.
Estos años en Daybreak no han sido fáciles. He vivido muchas luchas internas y mucho dolor mental, emocional y espiritual. Nada, absolutamente nada parecía indicarme que el cambio había merecido la pena. Pero el paso de Harvard a El Arca significó dar un pequeño paso en el cambio de actitud de espectador a participante, de juez a pecador arrepentido, de profesor de cómo se ama a persona que se deja amar. No tenía la menor idea de lo difícil que iba a resultar este viaje. No me daba cuenta de lo profundamente arraigada que estaba en mí la resistencia y lo angustioso que sería para mí , caer de rodillas y dejar que las lágrimas corrieran libremente. No sabía lo duro que iba a resultar convertirme en parte del gran acontecimiento que el cuadro de Rembrandt representa.
Cada pequeño paso hacia su interior era como una petición imposible, una petición que me exigía dejar de lado una vez más mi deseo de controlar, de predecir; una petición a superar el miedo de no saber a dónde me llevaría todo aquello; una petición a rendirme al amor que no conoce límites. Sabía que nunca sería capaz de vivir el gran mandamiento de amar sin condiciones ni requisitos. El paso de enseñar sobre el amor a dejarme amar me iba a resultar más largo de lo que pensaba. (Continuará....)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este 21 de septiembre es aniversario de la muerte de Nouwen. Este importante autor católico ha dejado su impronta en muchos cristianos, y ha hecho bien entre los que le conocieron o le leen. Una oración por este maestro en ese día.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.