"Pearson dice que el interés por los escritos de Merton disminuyó por un tiempo después de su muerte, pero volvió a recuperarse a finales de 1970 y ha subido desde los 1980, cuando se publicó la primera gran biografía, la de Michael Mott. El pasado año, añade, los dos empleados que cuidan de los archivos recibieron 2,500 solicitudes sobre materiales y escritos de Merton.
En España ha sucedido paralelamente lo mismo. Desde hace unos años son dos o tres los libros nuevos o reediciones que aparecen de y sobre Merton, son numerosos los artículos publicados –especialmente por la revista CISTERCIUM- , libros traducidos y estudios de investigadores españoles –Fernando Beltrán Llavador (Thomas Merton: La educación del nuevo Adán Americano), Sonia Petisco (La poesía de Thomas Merton: creación, crítica y contemplación), Elvira Rodenas (Thomas Merton: una propuesta de vida interior), Francisco R. de Pascual (Thomas Merton. Escritos esenciales) etc., por sólo citar algunos. Así, pues, la densidad y la complejidad de la obra de Thomas Merton se ponen hoy día de manifiesto a medida que van apareciendo numerosas traducciones, reediciones y compilaciones de sus obras, y la demanda por parte de los lectores exige la aparición de nuevos volúmenes. Tal proliferación de publicaciones ha supuesto nuevas traducciones y revisión de las ya hechas. Si todas ellas son meritorias, las traducciones al castellano hechas en los últimos años se aprovechan de varios factores: mejor conocimiento de la obra global de Thomas Merton, estudios amplios y profundos sobre su obra, interés de las editoriales por ofrecer al lector textos de calidad. Hay que hacer referencia obligada a varias editoriales españolas que se han tomado con profundo interés la difusión de la obra de Merton: Sal Terrae, Oniro, Trotta, Lumen, Paidós Ibérica, Kairós, PPC, Verbo Divino, Desclée de Brouwer, (y nos disculpamos si no mencionamos más). El CENTRO INTERNACIONAL DE ESTUDIOS MÍSTICOS DE ÁVILA publicó en 1997 el volumen Querido lector... Reflexiones sobre mi obra: Prefacios a las traducciones en Oriente y Occidente de las obras de Thomas Merton.
“Merton tenía una de esas mentes universales privilegiadas”, comenta P. Hart. “Tenía interés por todas las cosas de valor –humano y divino”. El Rev. Damien Thompson, actual abad de Getsemaní, es el primer abad desde la muerte de Merton que no lo ha conocido personalmente, pero comentó que siendo sacerdote y trabajando entre los pobres y marginados allá por los años 1960, ya era profundamente consciente de los escritos de Merton sobre temas sociales. “Todo el mundo sabía de Merton en aquel tiempo”, dice Thompson, “aparecía tan real, tan humano…”. Y también añade el Abad de Getsemani que Merton escribió abiertamente sobre sus luchas espirituales. “No tenía miedo de mostrar el lado de su sombra, pues la gente también se identifica con eso”.
El P. James Conner, a quien Merton tuvo como novicio y discípulo en clase, comenta que una de las razones por las que Merton continua siendo relevante es la naturaleza profética de sus escritos, por su variedad teológica y por las incursiones que hizo en los temas sociales y la literatura en general. “De vez en cuando vuelvo a leer sus escritos, y reconozco lo relevantes que son en la actualidad… Si lees lo que dijo sobre temas sociales sobre la justicia racial, la guerra y la no violencia, se ve que es tan actual como cuando escribió en 1960”.
La abierta oposición de Merton a la guerra y a las armas nucleares dio lugar a que el abad general de los Cistercienses, en los años previos al Vaticano II, llamará la atención al monje americano y lo mandará callar por un tiempo. Esa decisión, comentan Hart y Conner comentaron, disgustó a Merton, quien “se molestó y echó humo”; pero hizo honor a su voto de obediencia monástica. Ambientes más bien conservadores, incluyendo algunos católicos tradicionalistas, han tachado a Merton de abrazarse con excesivo entusiasmo a las tradiciones religiosas de Oriente al final de su vida. De hecho el libro más significativo de este viaje hacia Oriente, y hacia su propio interior cristiano y universal, fue el último libro que Merton escribió y no vio publicado: Diario de Asia (Ed. Trotta, 2001). Pero tanto Pearson como Hart afirman sin ambages que un minucioso estudio de los escritos de Merton demuestran que él nunca perdió su fe en la religión católica romana a la que se volvió de joven, apartándose cada vez más de su vida en Inglaterra y, como estudiante de Columbia University, en la Ciudad de Nueva York". (Continuará)
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