En las páginas 691 a 702, un artículo de Matías del Niño Jesús, ocd, titulado “San Juan de la Cruz en Merton”. Algunos datos que complementan lo que conozco sobre Merton; otros carecen de fundamento o son falsos. Visión incompleta de la obra mertoniana. Más que hablar de Merton, lo utiliza para realzar el valor de Juan de la Cruz y del Carmelo.
1- Merton fue bautizado en el anglicanismo; por eso fue bautizado luego bajo condición en la Iglesia católica. Vivió sin religión, “ dado a la lectura de novelas con las ambiciones más descabelladas”
2- Encuentro con profesor de Columbia (New York), que no era católico, pero sí “persona de gran belleza moral”. Influyó en su conversión.
3- Compara el itinerario y conversión de Merton con los de San Pablo. Es un gran converso.
4- Cuando T.Merton entré en Getsemaní, esta era la única abadía del Cister existente en los Estados Unidos. Luego se fundaron otras seis, gracias al despertar vocacional que provocó su autobiografía.
5- Escribe el P.Matías: “Con su autobiografía su fama se hizo universal y se veía agobiado por cartas y peticiones de escrito, pero no se dejó envolver y obtuvo de su abad permiso para vivir en una ermita en el huerto del monasterio, y llegó a ser nombrado abad”. Pág. 692. ESTO NO ES CIERTO.
6- Matías resalta: -Cierto conservadurismo en la liturgia postconciliar en la que prefería el uso del latín. Dice que “Anhelaba y envidiaba los desiertos carmelitanos... “Aprecio por las normas religiosas”. “Amor al retiro y un mayor deseo de soledad”. Es evidente que el autor del artículo pretende convertir a Merton en justificación de sus propias posturas.
Las obras de Merton que reseña el P.Matías pertenecen todas a su etapa más devocional e intimista (antes de 1960); insiste varias veces en que “Ascenso a la Verdad” es la mejor obra de Merton. Es evidente el interés de Merton por lo carmelitano, en este artículo aparece un esquema del libro de Merton (Ascenso…) que puede resultar de interés para su mejor comprensión. También interesantes los criterios del P:Segundo Llorente. Alguien habla de Merton como “el gran especialista en temas sanjuanistas”. En su ermita tenía Merton 10 reliquias, entre ellas una de Santa Teresa y otra del santo.
Matías concluye su artículo, llamando a Thomas Merton “eminente discípulo y comentarista de San Juan de la Cruz y buen conocedor y admirador de la Orden del Carmen”.
Tengo pendiente leer y estudiar texto sobre espiritualidad carmelitana en “Cuestiones Discutidas”.
En el libro “Semillas de Contemplación” (ED. Sudamericana, 1952) Merton escribe en la nota del autor: “Los que conocen la obra de San Juan De la Cruz verán que prácticamente todo lo que aquí se dice acerca de la oración contemplativa sigue líneas marcadas por el carmelita español” (16). Leyendo las primeras páginas de este libro vuelvo a notar la capacidad de Merton para escribir en un lenguaje que el mundo puede entender; es capaz de traducir las afirmaciones teológicas en palabras, frases y párrafos cargados de luz y sentido para el hombre común. Además, sus intuiciones y vivencias más profundas tienen que ver con la de otros conversos, que sienten que las verdades de fe han de proclamarse de otra manera, para que sean comprendidas y acogidas por sus contemporáneos. A pesar del estilo devoto con que desarrolla estos temas, el contenido sigue siendo fresco y motivador. Especialmente iluminadora para mí es esta frase:
“? Cómo puedo recibir las semillas de la libertad si estoy enamorado de la esclavitud y cómo puedo acariciar el deseo de Dios si estoy lleno de otro deseo opuesto? Dios no puede plantar en mí su libertad, porque estoy preso y ni siquiera deseo ser libre. Amo mi cautiverio y me encarcelo yo mismo en el deseo de las cosas que odio y he endurecido mi corazón contra el verdadero amor” (19).
1 comentario:
Estas son notas de lectura, escritas hace ya un tiempo, pero que considero útiles todavía e interesantes para ir descubriendo la personalidad de Merton y los entresijos de su espiritualidad. Tengo un gran respeto por la persona del venerable padre Matías, y sólo intento adentrarme en la búsqueda de la verdad sobre el tema.
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