Al comenzar un nuevo año, me gusta recomendar a mis amigos lo útil que resulta para la vida espiritual escoger un libro de meditaciones para cada día del año que nos acompañe durante ese período de tiempo. Suelo hacerlo desde hace mucho, y a menudo repito los libros, e incluso he seguido más de uno a la vez. Es una fuente sugerente de ideas para la vida cotidiana, que ilumina a menudo los períodos de oscuridad e incertidumbre que todos tenemos. En cualquier librería podemos encontrar alguno; yo, sugiero por supuesto los de mis autores preferidos: Thomas Merton, Anselm Grün, Henri Nouwen, K, pero hay otros muchos. La meditación que sigue está tomada de uno de ellos:
“Conozco muchas personas que temen la psicología. Creen que si comienzan a analizar sus sueños o indagar en su infancia, se producirá una explosión dentro de ellos y no quedará nada en pie, que su persona se desmoronará por completo. Siempre tomo en serio este miedo. Pues es una protección que ellos necesitan. Quizás están sobre exigidos por tener que mirar solos en las profundidades de su alma. Necesitan de alguien que se asome cariñosamente a sus zonas vulnerables y que las acaricie como Jesús cuando lavaba los pies a sus discípulos. Necesitan la certeza de que no serán sentenciados, de que no hay nada en ellos que no pueda ser transformado por el Espíritu de Dios. Sólo al creer en el mensaje de Jesús de que ha llegado como una luz que ilumina sus tinieblas, podrán acercarse a su propia oscuridad. Y eso los liberará verdaderamente.
Pero si huyen, deberán idear constantemente nuevas estrategias para reprimir la propia verdad. Y saben que así no funciona. Pues, a más tardar por la noche, la verdad vendrá a buscarlos. En ese momento, los fastidiarán las pesadillas. O también el cuerpo les mostrará, despiadadamente, su verdad. Y sabrán que ya no pueden ocultar más su verdad ante los demás.
En todos los abismos del corazón, habita Dios. Y porque Dios es el amor que habita en uno, podrá ingresar en todas las habitaciones de la propia morada e invitar a otros a que lo visiten. Esto da un sentimiento de libertad y tranquilidad”.
(Anselm Grün; “Con el corazón y todos los sentidos”).
4 comentarios:
En el evangelio de Juan, desde la primera página, queda muy clara la finalidad de la presencia de Jesús: llevar a su meta el proyecto de Dios. Este proyecto es convertir al hombre en un ser humano. Por tanto, la misión de Jesús es crear Humanidad.
Para ser humano, el hombre tiene que liberarse de sus esclavitudes (poder, riqueza, miedos, hipocresía…), abandonar las herramientas con las que huye de su realidad. Rendirse al corazón y perderse en el amor, para encontrarse verdaderamente consigo mismo y con la vida.
Einstein dijo, “La vida no da ni presta, no se conmueve ni se apiada. Todo lo que la vida hace es retribuir y transferir aquello que nosotros le ofrecemos”.
Manuel, te dejo unos cuantos títulos de libros que me han parecido interesantes, tanto por sus contenidos, como por el hecho de interpelar a mi sentido crítico y permitirme ejercer una interpretación personal de los temas tratados en ellos. Es bueno enriquecerse con planteamientos coincidentes con los nuestros, más o menos afines y, por supuesto, también con opiniones que no se comparten. En definitiva, lecturas que ejercitan el corazón y el cerebro:
Hans Küng, “Credo”
Juan José Tamayo, “Jesús y Dios”
José Antonio Pagola, “Jesús. Aproximación histórica”
JoséMaríaCastillo, “Espiritualidad para insatisfechos”
Ernesto Cardenal, “Vida en el amor”
Gracias, SAN, por tu recomendación. Conozco algunos de esos libros por haberlos leído, otros sólo de oídas y alguno de ellos lo he comprado y espera un buen momento para su lectura. El de Cardenal lo hechos comentado y citado en este blog, pues está más en la línea de la espiritualidad mertoniana. Creo que los autores que propones son todos buenos, de una línea crítica, pero esas lecturas hay que intercalarlas con otras, porque pueden provocar cierta crispación. Por eso vale mi recomendación de lecturas espirituales diarias y autores como los que aparecen regularmente acá. A propósito, he comenzado a leer "Libertad conquistada", unas memorias de Hans Küng.
Me he quedado con esta frase: "En todos los abismos del corazón habita Dios". Hay una frase de Isabel de la Trinidad que habla también de la imagen de un abismo para referirse a nuestra interioridad. Creo que abismo es apropiado por hondo y por oscuro. Y porque no hay hondura ni oscuridad en la que Dios nos deje solos.
¿El miedo es el que hace huir de nosotros mismos? ¿ o es la duda? ¿o el vacío?
Excelente post.
Un abrazo.
Alicia
Publicar un comentario