¿Personajes que recuerde?
En primer lugar, un monje trapense, Thomas Merton, uno de los mayores pensadores y poetas cristianos del siglo XX. Lo descubrí en una revista mexicana que publicaba poemas de él traducidos por Ernesto Cardenal. Escribí pidiendo la dirección de Merton y Cardenal me la mandó. Así comenzamos una amistad epistolar que duró seis años, hasta su muerte, en 1968, por un accidente absurdo.
¿Qué pasó?
Murió electrocutado al intentar mover un ventilador. Fue en Bangkok, Tailandia, el 10 de diciembre, cuando asistía a un encuentro de monjes benedictinos y cistercienses de Asia. En esos días había tenido una larga charla con el Dalai Lama, un viejo sueño.
¿Llegó a conocerlo personalmente?
Sí, en 1964 decidí verlo y el abad de la orden autorizó mi visita al monasterio trapense de Nuestra Señora de Getsemaní, en Kentucky, donde vivía. Nos encontramos una fría tarde de invierno, se puso el abrigo y salimos a caminar hasta un lago cercano, en el que nadaban los cisnes. Merton tenía poco que ver con la imagen pálida y solemne que tenemos de un místico. Era rollizo, de muy buen humor y risa fácil, y le gustaba tomar, de vez en cuando, una cerveza con sus amigos. Durante la gélida marcha descubrimos que teníamos un amigo común, el poeta beatnik Lawrence Ferlinghetti. Me confió que le gustaba mucho sacar fotografías y recorrer el bosque con su cámara buscando rincones mágicos. Además, le encantaba el cine, sobre todo el de Ingmar Bergman, y cuando tenía que ir al médico en Louisville, la ciudad cercana a la abadía, elegía el día en el que dieran algo del director sueco.
Luis Aubele
1 comentario:
Deberías comentar acerca del vínculo de Merton con otros poetas y artistas de su tiempo. Gracias.
Gabriel.
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