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viernes, 21 de diciembre de 2007

NAVIDAD: Qué estamos haciendo con nuestra vida?


"El continuo retorno de las estaciones, con sus fiestas y conmemoraciones, nos coloca al final de un año y en el umbral del naciente 2008. Es el tiempo y la vida que pasa. Es nuestra vida, la de cada uno de nosotros, la que pasa. Y hay solamente dos opciones: o la dejamos escapar o la vivimos intensamente, con un sentido y una misión. Hay muchos en nuestro pueblo que sienten, y algunos hasta lo dicen, que están perdiendo la vida. ¡La única que tenemos! Al llegar las fiestas de Navidad y Año Nuevo todos debemos preguntarnos por qué algunos compatriotas nuestros tienen la decepcionante sensación de que están perdiendo la vida.

En efecto, la Navidad es la fiesta de la Vida que nace, es la Fiesta del Nacimiento de Jesucristo, Aquel que vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Por tanto, es tiempo oportuno para detenernos y reflexionar sobre nuestra propia vida: ¿Qué sentido tiene vivir? ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida? ¿Qué entorpece nuestra propia realización personal? Cada persona que viene a este mundo tiene el sagrado derecho a vivir y a vivir plenamente. Este es un derecho inherente al ser humano, es un derecho que viene de Dios. Ningún hombre, ningún Estado, ninguna religión, puede, ni dar, ni quitar la vida, porque ella sólo pertenece a Dios de quien procede.Pero, además del derecho a la vida, cada persona que viene a este mundo tiene el derecho a ser el dueño, el sujeto y el protagonista de su propia vida. Nadie puede arrebatarnos las riendas de nuestra existencia. Nadie puede administrarnos la vida. Nadie puede manipular nuestra existencia con los hilos sutiles o visibles de lo que te darán, lo que perderás, lo que te perjudicará, lo que te otorgarán por tus servicios. La vida no puede ser sólo una cuenta de costo-beneficio material. Eso es una nueva y más peligrosa forma de chantaje y esclavitud. Cada persona es dueña de su vida, de toda su vida, de su presente y de su destino, de su pasado y de su futuro. Nadie puede, ni debe, irrumpir en el santuario sagrado de la vida del otro, sin su permiso y sin su vigilancia y estricto control. Nadie tampoco puede convertirse en vigilante de la vida ajena sin faltar gravemente al respeto de su dignidad.

Cuando en una nación se crea un estado de miedo, de desconfianza con delatores y delatados, y se le propone a una cantidad increíble de gente sencilla y honesta que sean confidentes, algo muy malo está pasando en esa sociedad. Porque el bien hay que buscarlo a la luz del sol, no en la penumbra del secretismo y la delación. Si algo en aras del bien público no se puede saber, es porque los medios, o el fin que se busca, no pueden hacerse a la luz del día, y eso no es bueno, ni es lo mejor para servir al bien público. La estabilidad de una nación y la gobernabilidad de un Estado se pueden medir por el grado de transparencia de sus gestiones y por el grado de confianza mutua en que viven sus ciudadanos. Lo contrario es la paranoia y la doblez. Señales de que la gente no puede pensar con cabeza propia, y si lo logra no puede decir libremente lo que piensa; y si logra decir libremente lo que piensa, no puede actuar en coherencia con lo que piensa y lo que dice; y si lo alcanza a hacer, sufre penosas consecuencias. Si esto es lo que sucede en Cuba, algo muy grave ocurre aquí.

No debemos resbalar por la pendiente de la doblez y el miedo a la persecución, acostumbrándonos a una vida sin riendas y sin sentido. Esto no lo puede resistir con salud mental ningún ciudadano y esto no lo puede resistir, con bienestar para sus ciudadanos, ningún pueblo.Dispongámonos pues a tomar en nuestras manos las riendas de nuestra propia vida. Que al celebrar esta Navidad y Año Nuevo nuestras felicitaciones estén repletas de sentido, de profundidad, de coherencia entre lo que se piensa, se dice y se actúa".


(Editorial de la revista "Vitral" en el año 2003)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias, padre Manuel por dejarnos compartir algo tan propio; es bueno comprender de alguna manera cómo vive la navidad la iglesia cubana, cuáles son las particularidades de vuestra vivencia espiritual durante estos días. Creo que siempre hay puntos de contacto

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.