"Esta tarde, permitidme estar triste.
¿Acaso no puedo (como otros hombres) estar cansado de mí?
¿Acaso no me es lícito sentirme vacío o caer en el abismo o fracturar mis huesos en la trampa que yo mismo me he tendido?
Oh, amigo mio, yo también he de pecar y peco.
Yo también debo herir a mis semejantes y, puesto que no soy ninguna excepción, ser odiado por ellos.
No me prohibáis, por tanto, probar vuestro mismo veneno amargo (el amor más que cualquier otra cosa) tan fácilmente se transmuta.
No me neguéis (una vez más) sentirme colérico, resentido, desilusionado, anhelar morirme.
Mientras la vida y la muerte se debanten dentro de mí, dejadme tranquilo: puedo ser feliz, incluso más que otros hombres, en esta agonía.
Tan sólo rogad (quienquiera que seáis) por mi alma.
Recordadle a Dios mi nombre,
porque, en mi amargura,
apenas converso con Él;
4 comentarios:
P.Manuel, me alegra ver en tu blog esta imágen del premio. No lo esperaba por que sé que prefieres- como dices- mantenerte al margen. En mi corazón siempre estás premiado. En el blog, pongo mis motivos. No puedo pasar por alto tu blog cuando me premian a mí. La divulgación de toda la obra de Thomas Merton y otros autores, tus reflexiones, tus poemas, es mucho lo que aportas, y luego el Blog de Teresa. Mereces el mejor de los premios.
¡ES TREMENDO EL POEMA DE MERTON!
¡¡TRASPASA EL ALMA!!
Un abrazo
Jose
Magnífico poema de Merton....gracias por este regalo.
Ciertamente traspasa el alma
Tambien por estos dias he puesto especial atención en este poema, lo imprimí, y lo he compartido con algunos cercanos que no son "visitantes de blog".
Es intenso, es fuerte y movilizador...
Quizás porque en este tiempo me identifico con algo de lo que dice.
En algún punto estamos en comunión.
Paso por acá, aún cuando muchas veces no "comento". Te pido, si podés, "recordale a Dios mi nombre", lo haré con el tuyo.
Entonces, para acompañar tu carisma buen amigo, le damos gracias a Dios por Thomás Merton, por Jose que publicó este hermoso poema, por todos lo que lo pudimos compartir con otros y en especial por Jesús que nos sigue llamando por nuestro nombre sin importarle la condición humana que cargamos.
Un abrazo bien cristiano a todos y todas.
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