Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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lunes, 19 de enero de 2009
El sueño de Karl Barth.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
3 comentarios:
Merton cita a un gran teólogo del siglo XX, para Pío XII el más importante tras Tomás de Aquino. Y me parece hermosa la anécdota que transcribe en su libro, que nos descubre la grandeza y la fuerza salvadora de la palabra niño. Benditos los niños grandes y las niñas eternas.
Balthasar, otro teólogo, describe la teología de Barth de la siguiente manera:“La teología de Barth es hermosa. En el sentido literario,porque Barth escribe bien. Escribe bien, porque reúne dos condiciones: pasión y objetividad. Pasión por la causa de la teología, y objetividad como un estar sumergido en su objeto: la revelación de Dios en Jesucristo. Según Balthasar, Barth contradice la tesis de Kierkegaard de que entre lo estético y lo religioso-ético existe una separación. La Kirchliche Dogmatik de Barth es comparable a una composición de Mozart. Está repleta de bondad y humor, abundan el gusto y el ritmo. Resuena algo de la soberana serenidad que indica que su autor está totalmente convencido del triunfo de la fe. De hecho, la música de Mozart acompañó al teólogo suizo durante toda su vida.”
Ojalá que las palabras, teologías y espiritualidades de los maestros se revelen en la pasión, objetividad y verdad con las que vivimos y actuamos.
En los sueños se revelan las aspiraciones más ondas de una persona, y se descubre el mundo del inconsciente. Es interesante ver como Merton lee el sueño de Barth, de modo que cualquiera de nosotros puede pensarse a sí mismo también a partir de aquí, y entenderse un poco mejor, y clarificar su fe.
perdonen, se me saltó una "h"; quise decir "Hondas", de hondura, de profundidad.
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