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martes, 29 de mayo de 2007

Thomas Merton y el Dalai Lama. Segundo encuentro.


La segunda audiencia de TM con el Dalai Lama tuvo lugar el 6 de noviembre de 1968, dos días después de la primera. Tras la descripción acostumbrada del camino, Merton nos introduce en el tema:
“A la entrada de la residencia del Dalai Lama había algunos peregrinos, tal vez sadhakas, con caléndulas en sus sombreros o en el pelo. La mayor parte del tiempo de la audiencia lo dedicamos a hablar de problemas relacionados con la epistemología y a continuación del samadhi. En otras palabras, de “la mente”. La conversación derivó hacia lo teológico y lo filosófico, “de tipo escolástico”, así como temas más occidentales como la libertad, la gracia, el don, pero el Dalai Lama no comprendió con claridad los términos. Hablaron del conocimiento en la tradición cristiana y en la tibetana, para acabar una vez más en el tema de la meditación y el samadhi. “Yo dije, dice TM, que para los monjes era importante ser en el mundo ejemplos vivientes de libertad y la transformación de la conciencia que se puede producir en la meditación. El Dalai Lama habló después acerca del samadhi en el sentido de concentración controlada”. El Dalai Lama hablo de la postura sedente para la meditación, y luego compartieron más sobre “la mente”.
“Fue una conversación muy animada y, según pienso, todos disfrutamos con ella. Él ciertamente así lo daba a entender. Me gusta la solidez de las ideas del Dalai Lama. Es un pensador muy consecuente y avanza paso a paso. Sus ideas acerca de la vida interior se alzan sobre fundamentos muy sólidos y a partir de una toma de conciencia real de problemas prácticos. Insiste en la idea de distanciamiento de una “vida no mundana”, aunque por otra parte ve esta última como un camino para alcanzar la plena comprensión de los problemas de la vida y del mundo y para participar activamente en ellos. Pero la renuncia y el distanciamiento han de ser lo primero. Evidentemente el Dalai Lama echa de menos la vida monástica plena y desearía disponer de más tiempo para meditar y estudiar. Al final nos invitó a celebrar el viernes un nuevo encuentro para hablar de monaquismo occidental”.
Al despedirse, dice TM, que le dijo:
Y mientras tanto, pensad más sobre la mente”.
(Continuará…)

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.