Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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lunes, 28 de mayo de 2007
Seguimos con Merton y el Dalai Lama.
“Afirmó que le alegraba verme, que había oído muchas cosas de mí. Yo hablé básicamente de mis propias preocupaciones personales, de mi interés por el misticismo tibetano. Algunas de las respuestas que me dio fueron confidenciales y directas. En general me aconsejó que adquiriese una buena base en filosofía madhyamika (Nagarjuna y otras fuentes hindúes auténticas) y que consultase a experimentados tibetanos, uniendo el estudio con la práctica. El dzogchen – afirmó el Dalai Lama- era bueno, siempre que se contase con una suficiente fundamentación en metafísica – o, en cualquier caso, madhyamica, que está más allá de la metafísica-. Uno tiene la impresión de que él está muy sensibilizado a las interpretaciones parciales y desenfocadas que hacen algunos autores occidentales del misticismo tibetano y especialmente a ciertos mitos populares. Él mismo se ofreció a concederme otra audiencia dos días más tarde y dijo que tenía algunas preguntas que plantearme”.
Se evidencia a lo largo de estas páginas del diario de Merton en Asia su amplio conocimiento de otras religiones y escuelas de mística, y el diálogo franco y fraterno que establecieron estas dos figuras de la espiritualidad de nuestro tiempo.
Después de la visita, Merton anotó: “El Dalai Lama me inspira una gran confianza como persona realmente carismática que es. Todos los tibetanos son bastante impresionantes, y su solidez contribuye significativamente a contrarrestar los curiosos informes acerca de algunas de sus prácticas. Todo esto es una magnífica experiencia”.
(Continuará…..).
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
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