Seguidores

martes, 20 de noviembre de 2007

Isabel de Hungría.


Al leer algunas vidas de santos mi mente se llena de preguntas que no consigo responder, y mi corazón se estremece. Así me sucede cada año, cuando el 17 de noviembre leo este resumen que aparece en el Misal sobre Santa Isabel de Hungría, y que quiero compartirles hoy:


Santa Isabel nació en Hungría en 1207. A los catorce años fue desposada con el duque Luis IV de Turingia. Isabel poseía un espíritu de fuego. La influencia de su marido, al que amó extraordinariamente, le proporcionó un equilibrio humano y espiritual durante los felices años de su vida en común. Por entonces, en la Iglesia destellaba una luz deslumbrante, la de Francisco de Asís. Isabel soñaba con reproducir dentro de su hogar el ideal franciscano y Luis era una persona apropiada para compartir las aspiraciones de su esposa. Pero en 1227, tuvo que partir él a la cruzada. A los tres meses moría en Italia. El golpe resultó terrible para Isabel, que esperaba su tercer hijo. Hubiera necesitado en tal coyuntura de un Francisco de Sales junto a ella, pero tenía como director espiritual a un maestro que la aterrorizaba y que incluso no dudaba en herirla. Siguiendo en pos de una alucinante búsqueda de abyección y penitencia, rompió con su familia, que la tomaba por loca, y confió a otros el cuidado de sus propios hijos con el fin de consagrarse al servicio de los pobres y enfermos más abandonados, en quienes veía a Cristo. Su salud no pudo resistir todas estas austeridades. Murió en 1231, a los veinticuatro años.

Oración: Dios y Padre nuestro, a menudo no entendemos tus caminos, o los equivocamos de tal modo que podemos convertir tu bendición en maldición. A la luz de la vida de esta santa mujer ayúdanos a discernir tus caminos, a proclamar en nuestras obras tu misericordia, y a convertir la santidad, Tu Santidad, en la meta de nuestras vidas. AMEN.

No hay comentarios:

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.