El día 2 de noviembre es el día de los Fieles Difuntos: memoria de aquellos que nos han precedido en la fe. Es muy importante tener memoria, tener raíces, saber de dónde venimos, pues este tesoro que llevamos en vasijas de barro nos ha sido legado, trasmitido, por generaciones anteriores. Es bueno reconocerlo y saber dar gracias. Dos sentimientos creo han de primar al orar por nuestros hermanos y hermanas difuntos. Dar gracias y perdonar o pedir perdón. Las raíces y cimientos de nuestra vida y nuestra fe han de estar sanos, tener luz. Es hermoso pensar en esa comunión que nos hace orar unos por otros hasta el fin del mundo.
Pero noviembre es también un mes muy carmelitano, pues además de celebrar a nuestros santos de la Orden y sentir la comunión con nuestros difuntos (14 y 15 de noviembre) celebramos a dos queridos beatos a los que tengo especial devoción: Francisco Palau e Isabel de la Trinidad. Es ciertamente un mes hermoso este noviembre. Hoy día 4 está celebrando su Fiesta Patronal una parroquia a la que serví varios años y que llevo en el corazón: San Carlos, Catedral de Matanzas. Y el día 16 de este mismo mes recibió Thomas Merton su bautismo en la Iglesia Católica.
Otras figuras importantes del mundo cristiano que cumplen aniversarios en este mes y que me gusta evocar para mi propia satisfacción espiritual son :Leon Bloy, Duns Escoto, Sören Kierkegaard, Leon Tolstoi, Dorothy Day y Etty Hillesum. Memoria, activar la memoria y crearse ritos propios para mantener encendida la llama interior, y cumplir lo que llama San Pablo, en la lectura de este domingo, la “Tarea de la fe”. Con estas coordenadas se adentra este blog en el mes de noviembre.
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