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sábado, 28 de junio de 2008

El Diario de Alaska.


“En el año 1968, el mismo de su muerte, Thomas Merton pasó dos semanas en Alaska, como etapa preliminar de su viaje a Oriente. El diario que escribió en este breve pero intenso período resulta, pues, decisivo para conocer y compartir las reflexiones finales del autor, las conclusiones de toda una vida de búsqueda e introspección. Junto con el diario, las cartas escritas por Merton desde Alaska (16) y las ocho conferencias que allí dio constituyen un capítulo fundamental del legado de uno de los grandes maestros espirituales de nuestro tiempo”. (Contraportada del libro editado por ONIRO, 1999)


La editorial Oniro ha publicado varios libros de Thomas Merton en los últimos años, y entre ellos este que ahora comentamos. Para los seguidores de la obra de Merton es un capítulo de sumo interés, y desde el punto de vista espiritual yo resaltaría las conferencias que aparecen en la última parte del volumen, ocho en total, y que responden a los títulos siguientes:

1-Esto es obra de Dios.
2-Oración, personalismo y Espíritu.
3-Construir comunidad bajo el impulso del amor de Dios.
4-Comunidad, política y contemplación.
5- Oración, tradición y experiencia.
6-Oración y conciencia.
7- La vida que une.
8- La oración y la tradición sacerdotal.

En el prefacio del libro, David D. Cooper, apunta: El “Diario de Alaska” es hasta cierto punto algo único dentro de este racimo de escritos tardíos de Merton en forma de diario, debido a que su editor, Robert Daggy, decidió en su momento transcribir fielmente un auténtico cuaderno de notas de trabajo, pues al contrario de lo que sucediera con “Woods, Shore, Desert”, Merton no revisó, ni reelaboró o pulió sus notas de Alaska con vistas a la publicación”.
Este libro, al reunir diversos materiales de un período concreto de la vida de Merton, constituye un registro o resumen de su experiencia en Alaska, y es “testimonio convincente de la extraordinaria versatilidad de Merton”. Aparecen temas diversos y las referencias a las diversas lecturas que hizo entonces, entre las que destaco a Hermann Hess, por ser uno de mis escritores de culto. Para ser un monje, habituado a una vida tranquila y reposada, asumió bastante bien el constante movimiento de aquellos días.

Acaba diciendo el prefacio (y quiero que lean con detenimiento esta parte, que apunta a lo señalado en entradas anteriores respecto a la “humanidad” y precariedad del maestro):
“Tal vez la versatilidad, tal fiemente captada en estas anotaciones ricamente contextualizadas y a la vez fuertemente impresionistas, explique la popularidad y el atractivo de Thomas Merton para un espectro tan amplio de lectores. Esta misma versatilidad podría explicar también las incoherencias y contradicciones de Thomas Merton, que continuan suscitando interés y creando malestar entre quienes crecimos tan cerca de él. Merton habló a un grupo de monjas en Alaska del “complejo temperamento contradictorio”, añadiendo que “del tema podría decirles muchas cosas, porque dicho temperamento es una perfecta descripción de mí mismo”.

Continuaremos en próximas entradas comentando sobre este libro.

2 comentarios:

mj dijo...

Hola, gracias por la información.
Será el próximo libro de Thomas M.
que compraré.
Un saludo muy grande
Hasta pronto
M.José

Manuel dijo...

Me hace feliz servir de puente para que entren en contacto con buenos libros, y la experiencia riquícima de Merton. Estoy seguro que la lectura de las conferencias de Merton en Alaska serán iluminadoras para todo el que las lea.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.