Seguidores

viernes, 23 de noviembre de 2007

Correspondencia.



Este blog que comparto con ustedes me trae muchas satisfacciones, y las mayores son el recibir sus mensajes personales en los que, además de comentarme lo que escribo, me animan a hacerlo, y me comparten su propia experiencia de fe. Quiero, aun sin haber consultado a su autor, compartirles uno de esos correos que me hacen recordar lo que llama la fe “comunión de los santos”. Nuestras historias se cruzan, y nos descubren que todo es GRACIA cuando amamos a Dios. Además, expresa el drama que vivimos los de esta tierra, y que es parte también de nuestro camino espiritual.


Manuel:

Que alegría recibir tu respuesta tan pronto. Si, supongo que hacer un blog desde Cuba es una hazaña. Evidentemente, Dios ha querido que tú lo pudieras realizar, y estoy seguro que ha superado con creces las posibles dificultades para que puedas dar este servicio. Hace muchos años que salí de Cuba. Era un adolescente, en el año 67. Tú eras un niño, yo ya tomaba un Iberia en el año 67, separándome de mis padres, a quienes pensaba que vería en dos años, y con quienes me fue muy difícil reunirme de nuevo. De hecho, mi madre falleció en Cuba en al año 1991, sin que nunca obtuviera el permiso de salida, y con mi padre y mi única hermana volví a reunirme 28 años después de mi salida, cuando ellos viajaron con permiso y decidieron quedarse. Ahora ellos residen en Miami. Yo vivo en New Jersey desde que llegue de Cuba. En los últimos cuarenta años he visitado Cuba cuatro veces. La última fue en 1991, dos meses después del fallecimiento de mi madre, que fue cuando obtuve permiso de entrada. Fui solo a visitar una tumba; estoy seguro que es una "tumba vacía". No radica ahí nuestra esperanza?

A pesar de los años transcurridos he seguido de cerca la realidad cubana, aunque me he injertado muy bien en mi patria de adopción. Siempre he sentido en particular una gran admiración por las carmelitas que se mantuvieron siendo faro, escondido quizás, a la altura de la vocación de hacer su trabajo desde un espacio anónimo, pero perseverante. Cuando se comenzaron a ver las primeras informaciones de la Iglesia Cubana en la red, en un momento dado, se publico el listado de los religiosos de distintas congregaciones, y me dio mucha pena ver que la mayoría de las monjas tenían fecha de consagración que bien las colocaba ya en sus cincuenta o sesenta. Supongo que encontrar a una joven, inmersa en la realidad cubana de esta última mitad de siglo, con una inquietud contemplativa ha de ser como encontrar una aguja en un pajar. Algo de eso se destilaba de la conversación publicada con la ex priora. Me alegra que me digas que han recibido refuerzo de Costa Rica. Por favor, diles que mis humildes plegarias las acompañan.
Desde mi adolescencia estuve muy activo en el seno de la Iglesia, en las áreas de catequesis y pastoral de adulto. Por los últimos veinticinco años mi participación directa ha sido mas limitada. He canalizado mi trabajo pastoral a través de mi profesión. Sigo activo en la vida de oración y sacramental, pero mucho menos pastoral. Soy un psicoterapeuta por profesión, y fui entrenado en la tradición psicoanalítica. Por muchos años trabaje en Nueva York como terapeuta de niños y adultos. También trabaje bastantes años en el campo del SIDA, cuando el SIDA era una sentencia de muerte. Pienso que fue ese tiempo uno de los que pude hacer un trabajo más cercano al Señor. Fue hermoso llevar a Cristo, sin mencionarlo, en m i contacto con los mas vulnerables: los enfermos que tanta gente creía que eran contagiosos con solo estrecharles la mano, con los homosexuales y con los drogadictos, para quienes nuestros templos no son la mas de las veces los lugares mas hospitalarios, y por ultimo y no menos importante, me sirvió para trabajar con algunos sacerdotes infectados, que buscaban en una clínica pública, la solidaridad que tristemente sus comunidades no le sabían dar. Con estos últimos era mas abierto y nuestras sesiones terapéuticas incluyan reflexiones de como el Señor los habría acompañado en ese momento. Creo que ha sido la etapa en que me he sentido mas fuerte el mandato: " me amas de verdad, apacienta mis ovejas".

También yo he tenido una predilección por los trabajos de Merton. Una amiga oblata del monasterio al que asisto al grupo de oblatos, viaja con frecuencia a Getsemaní en Kentucky. Merton es eterno.

No te canso más. Espero que mantengamos el contacto por esta maravillosa invención cibernética, si también es tu deseo. Ora por mi, yo te mantendré en mi corazón lo mas cerca de Jesús posible.

Félix Lorenzo


¡Gracias, amigo!.

1 comentario:

Analía dijo...

gracias por compartirlo; aún desde fuera uno llega a quedarse con una sensación re linda al leer este testimonio compartido. Los vínculos, las relaciones, las experiencias compartidas...todo habla de Dios; aun cuando ni se lo nombrara. Saludos!

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.