Al año siguiente de la publicación de Original Child Bomb, aparece Emblems of a
Season of Fury, obra que nace en medio de una vigorosa producción de carácter
social a favor de la paz y en contra de la beligerancia y en la que persiste e incluso
se agudiza el interés y la inquietud de Merton por los problemas sociales y
dificultades de su tiempo. La decisión del poeta de
comprometerse con la situación de crisis internacional de un tiempo de guerra fría le
confrontaría con su siempre latente contradicción interna entre su vocación solidaria
y su deseo de mayor soledad contemplativa, paradoja que a pesar de todo había
nutrido y seguiría nutriendo su creatividad durante los años siguientes. El compromiso social de Merton se acrecienta en un tiempo histórico en el que las
tensiones de la Guerra Fría estaban provocando una situación cada vez más límite, un contexto en el que “the nuclear testing” estaba aumentando y en el que el sentimiento anticomunista en América ganaba nueva fuerza, todo ello junto a la invasión de Cuba
Este libro incluye una gran variedad de géneros: lírica, prosa, epístola y hasta incluso
algunas traducciones de poetas sudamericanos como Pablo Antonio Cuadra, Ernesto
Cardenal, Jorge Carrera Andrade, Cesar Vallejo, y Alfonso Cortés. Sin apenas
puntuación, los versos fluyen libremente y el estilo es cada vez más coloquial.
Además, cabe destacar el hecho de que Merton empieza a utilizar una nueva técnica
que ya había introducido en Original Child Bomb y empleará posteriormente en sus
antipoemas, consistente en introducir citas de diversos textos que recrea con un estilo
propio.
Como en colecciones anteriores, los poemas de Emblems of a Season of Fury
pueden dividirse en varios grupos atendiendo a la temática: poemas de crítica social,
poemas contemplativos y poemas de influencia Zen. Dentro del primero destacan
“Why Some Look Up to Planets and Heroes”, “Chant to Be Used in Processions
around a Site with Furnaces”, “A Picture of Lee Ying”, “The Moslem´s Angel of
Death”, “And the Children of Birmingham”, “There Has to Be a Jail for Ladies”,
“And So Good Bye to Cities” o “Gloss on the Sin of Ixion”. Todos ellos reflejan el
compromiso del monje con lo que pasaba a su alrededor y están impregnados de un
gran descontento ante un mundo caótico que se consume en las llamas de su propio
infierno, necesitado de voces discrepantes que se opongan a él:
Junto a estas composiciones destacan otros poemas de carácter contemplativo que
expresan cierto matiz edénico como “A Song for Nobody”, “O Sweet Irrational
Worship”, o “Hagia Sophia”. En ellos, el poeta, lejos de predicar un aislamiento del
mundo a través de la contemplación, reflexiona acerca de nuevos caminos que
faciliten al ser humano el acceso a un auténtico conocimiento basado en la
percepción de la unidad de todo lo real. Se vuelve a insistir en la recuperación de la
inocencia en “Grace´s House”y en un proceso de vaciamiento, de despojo en poemas
de influencia Zen como “ “Night Flowering Cactus” o “Love Winter When the Plant
Says Nothing”.
Otro de los conflictos que preocupaban a Merton por estas fechas era el conflicto
racial presente en el Sur de los Estados Unidos. En “And the Children of
Birmingham”, Merton denuncia la acción violenta e injusta de representantes de la
ley y el orden sobre niños y jóvenes manifestantes de raza negra que, siendo víctimas
de la discriminación racial, política, y económica, se manifestaron en febrero de
1963 en la ciudad de Birmingham (Alabama), con Martín Luther King como líder,
convirtiéndose en ejemplo vivo de la revolución no violenta. El poeta utiliza una
ingeniosa metáfora al identificar a la policía con la inocente abuelita de la fábula de
Perrault y critica la falta de escrúpulos con que ésta se ensañó con niños que eran
incluso menores de edad.
Thomas Merton se interesó también por las mujeres víctimas de la prostitución y a
ellas les dedica su poema “There Has to Be a Jail for Ladies”, ejemplo excelso de
una poesía comprometida con esas damas sobornadas, utilizadas, arrinconadas y
olvidadas. Estamos, por tanto, ante un monje que, como Jesús, se puso siempre de parte del
marginado, del desarraigado, del exiliado.
Los poemas de Emblems of a Season of Fury despiertan de forma emotiva el ojo
de la contemplación, nos invitan a salir de la caverna, allí donde las cosas son en
verdad lo que son y el hombre puede gozar del descubrimiento de la otredad
mediante un conocimiento que es amor.
Por tanto, para concluir, diríamos que este volumen de Emblems of a Season of
Fury es representativo de dos tendencias aparentemente contradictorias pero
finalmente integradas en la vida y obra de Thomas Merton: por una lado su
compromiso con un silencio contemplativo y por otro lado su responsabilidad como
crítico social, profeta que anuncia y denuncia las horas crepusculares de la historia.
(Extracto de algunos pasajes de la tesis de Sonia Petisco sobre la poesía de Thomas Merton).
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