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domingo, 10 de junio de 2007

Culto Eucarístico. Artículo completo.

Presentación:
La expresión culto eucarístico puede entenderse en dos sentidos: culto al Padre por medio de la celebración eucarística, supremo acto del culto cristiano; y culto al santísimo sacramento del cuerpo y de la sangre de Cristo, es decir, reconocimiento y adoración de la presencia eucarística del Señor, presencia definida como verdadera, real y substancial por el concilio de Trento. Ahora bien, este segundo sentido de la expresión culto eucarístico se desglosa también en dos momentos: durante la celebración de la misa y fuera de ella. Esta distinción no supone ruptura ni distanciamiento entre uno y otro momento, pues es en la celebración de la misa donde tiene su origen toda expresión de culto eucarístico.
Misterio eucarístico quiere decir la eucaristía en toda su integridad y amplitud “tanto en la celebración de la misa como en el culto de las sagradas especies”. Pero no siempre se ha tenido en cuenta la unidad y continuidad entre la misa y el culto eucarístico fuera de ella.

Aspectos históricos:
Las manifestaciones del culto eucarístico fuera de la misa, como la exposición del santísimo, las procesiones, la bendición eucarística, los congresos eucarísticos y otras formas de piedad pública y privada, constituyen una práctica propia de la iglesia de occidente, más exactamente de la iglesia católica; y nacieron entre los siglos IX y XII, cuando se produce un tránsito del simbolismo que caracterizaba a la doctrina eucarística de los santos padres, a una nueva corriente más realista y cosificante. Qué significó esto? Pues que se pasó de la consideración de la celebración de la misa en relación directa con el acontecimiento de la muerte del Señor a una atención casi exclusiva de la presencia de Cristo, es decir se perdió de vista la conexión entre la acción litúrgica y el hecho histórico salvífico que la sustenta.
Lo importante pasa a ser la presencia, y el recuerdo de la pasión y muerte se queda en alegoría. La misa se convierte en un acto cada vez más privativo del sacerdote, al que el pueblo asiste para conseguir dones y gracias para vivos y difuntos. La comunión es cada vez más rara e infrecuente. El desconocimiento del latín aísla la liturgia del pueblo, y esta carencia se suple con el DESEO DE VER LA HOSTIA, reforzado por una creciente tendencia afectiva hacia la humanidad de Cristo, propia de este momento histórico. Aquí está el origen de las primeras formas de culto eucarístico: ostensión y elevación de las especies, exposición prolongada del santísimo. La mirada se convierte en un acto de fe y adoración e incluso en un acto de comunión espiritual, pues algunos místicos consideraban que se obtenía idéntico beneficio espiritual que con la comunión sacramental.
A partir de este momento comienza a desarrollarse la piedad eucarística en todas las manifestaciones que hemos conocido y que recuerdan los de más edad. El deseo de CONTEMPLAR LA SAGRADA HOSTIA alcanzó rápida difusión a nivel popular, y cuando un moribundo no podía comulgar le llevaban el sacramento para que pudiera contemplarlo. Empieza a cobrar relieve el rito de la elevación y lo acompañan de campanas, luces y cantos, y se pierde poco a poco el sentido originario de realizar el propio ofrecimiento y la comunión con Cristo en ese momento de la misa.
A partir del siglo XI empieza a hacerse sobre el altar principal la reserva eucarística: sagrarios en forma de paloma, suspendidos o en pequeñas torres, que reciben el nombre de TABERNÁCULO., y poco tiempo después el uso de la lámpara, cuyo cuidado y mantenimiento estaba a cargo de las cofradías.
En 1264 el papa Urbano IV instituye para toda la iglesia la fiesta del Corpus Christi, convirtiéndola en una de las principales solemnidades del año, sobre todo después del concilio de Trento, cuando pasó a ser un signo del catolicismo, frente a la doctrina protestante.
Otras devociones posteriores fueron las CUARENTA HORAS, la Exposición durante la misa, la adoración nocturna o perpetua, que tuvieron una orientación manifiesta de reparación hacia el Señor presente en el sacramento, hecho prisionero por nosotros, humillado y escarnecido por los pecados.
Desde comienzos del siglo XX se apreciaron síntomas de una crisis en el culto eucarístico fuera de la misa (disposiciones y reformas de Pio X y Pio XII), que se consumará después del vaticano II, pero que llevó a la par una mayor comprensión y estimación de la liturgia eucarística.

Elementos negativos:
Sin afectar la legitimidad de este culto, padecía no obstante de insuficiencias y acentuaciones propias del tiempo en que nació:
1- Posibilidad de convertirse en una realidad desgajada de la celebración eucarística.
2- Justificación autónoma a causa de una teología esencialista y apologética
3- Escasa participación del pueblo en la misa y la comunión sacramental.
4- Devocionismo e individualismo en lugar de nutrirse de las fuentes objetivas de la Palabra de Dios y la Tradición de los Padres de la Iglesia.

El vaticano II impregnó una nueva orientación al culto eucarístico, y nos ofreció unas importantes líneas teológicas a tener en cuenta:
1- El misterio eucarístico es el centro de la liturgia, y por lo mismo, de toda la vida cristiana. Por misterio eucarístico se entiende la eucaristía en la totalidad de sus aspectos, comenzando por la celebración del memorial del Señor. Esta celebración es también el centro de la vida de la iglesia local y universal.
2- La celebración eucarística es el punto de referencia y la clave de comprensión del culto a la eucaristía, es decir, el origen y el fin de todo culto eucarístico. La eucaristía está siempre destinada a la comunión, aunque mientras tanto, pueda recibir la adoración y el culto de los fieles.
3- La conservación de la eucaristía tiene como objeto primario y primordial la administración del viático, y como objeto secundario la distribución de la comunión y la adoración de Cristo, presente en el sacramento. Por tanto, el culto eucarístico debe conducir a una participación más plena y profunda en el misterio pascual, es decir: PARTICIPAR MÄS FRECUENTEMENTE EN LA EUCARISTÏA Y CON MÄS DISPOSICIÓN; y Practicar LA UNIDAD ENTRE EUCARISTIA Y CARIDAD. El culto eucarístico no puede ser ajeno a la vida; debe haber continuidad entre eucaristía y servicio al hermano.
4- Armonizar el culto eucarístico con la estructura pascual, trinitario y celebrativo del año cristiano.
5- Importantes los signos que acompañan al culto litúrgico, para no opacar la centralidad de la misa (exposición debe ser después de la misa, no estar la reserva en el altar mayor, que no sea más solemne la exposición que la misa).

1 comentario:

Manuel dijo...

Estas notas son un resumen del diccionario de litúrgia, a propósito de esta festividad. Quise asumirla con un talante más reflexivo e histórico, para contrarestar el exceso de emotividad con que se vive habitualmente. El papa trata de renovar el culto eucarístico, pero creo esto sería válido sólo sio tenemos en cuenta estos aspectos, de lo contrario, sii repetimos viejos esquemas, sería un retroceso.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.