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martes, 26 de febrero de 2008

En busca de la verdad.

Los últimos días han estado copados de las más diversas informaciones relacionadas con Cuba, tanto a causa de los posibles cambios gubernamentales como por la visita del secretario de estado vaticano a este país. Al revisar los diferentes órganos de prensa internacionales descubro que a menudo no presentan una visión realista de los hechos, e ignoran por otra parte situaciones y acontecimientos que podrían ayudarles a tener una mirada más cercana a la verdad. Aunque estos blogs no tienen como prioridad hacer una valoración política de la realidad tampoco pueden desentenderse del medio en que vive su autor, y además la espiritualidad no se opone a la política, todo lo contrario, la ilumina y la enriquece. Por esa razón he querido compartirles este breve comentario para aclarar así algunas preguntas de los amigos y amigas de este espacio. En Cuba ninguno de los acontecimientos políticos o eclesiales de estos últimos días han supuesto un cambio esencial e importante en este país. Todo sigue igual. Y no creo que la Iglesia cubana esté viviendo lo que algunos han llamado una “nueva primavera”; eso podría ser si se entendiera que en lo oculto aguardan las semillas para fructificar, pero no hay que pensar o hablar de un crecimiento importante en los últimos tiempos. Alguien dijo que el 60 por ciento de los cubanos es católico: Sólo si “católico” se le llama a los creyentes sincréticos, religiosidad popular, creencias afrocubanas. Los que viven y practican su fe cristiana con cierta coherencia y compromiso son una minoría. Lo importante es que estos trabajen por el Reino, con oración y entrega, con amor y esperanza. Porque, definitivamente, todo es Gracia, y nosotros esperamos en Cristo, y actuamos al mismo tiempo esa esperanza. El tiempo dedicado a estos blogs sigue brotando del deseo de contribuir al “cambio” verdadero, el cambio integral del ser humano, que lo abarca todo: lo corporal y lo espiritual, lo político y lo religioso. Sigo entonces aquí, compartiendo en lo posible, mis propios pasos en busca de la Verdad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Manuel:
Gracias por tu nota de clarificacion sobre los mas recientes acontecimientos en el ambito cubano. Pienso tambien, que a primera vista, parece que todo es mas de lo mismo ; pero pienso tambien, que cada paso por pequeno que sea, es un eslabon mas que puede, a la postre, facilitar la Reconciliacion entre todos los cubanos, sin ningun tipo de distingos, que es el pedido mas ferviente de la Iglesia.
Bendito sea el Senor que no da a ese punado de hombres y mujeres que a traves de su persecucion y esperanza van abriendo brecha, a despecho del inmovilismo y la opresion, hasta llegar a la Casa del Padre.

Felix

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.