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lunes, 18 de febrero de 2008

Para hablar de Dios.


“Los que decimos que amamos a Dios ¿Por qué no procuramos ser tan perfectos en nuestro arte como pretendemos desear serlo en nuestro servicio a Dios? Si no intentamos ser perfectos en lo que escribimos, acaso se deba a queden fin de cuentas, no escribimos para Dios. En cualquier caso, es desalentador que tantas gentes que aman y sirven a Dios escriban tan mal, mientras los que no creen en El se esfuerzan por escribir tan bien. No me refiero a la gramática y la sintaxis, sino a que un autor debe tener algo que decir y decirlo con frases que no parezcan sin vida.
Un libro malo consagrado al amor de Dios sigue siendo un libro malo por mucho que se consagre al amor de Dios. Muchos piensan que por haber escrito sobre Dios han compuesto buenos libros. Pero las gentes toman esas obras y dicen: “Si los que afirman que creen en Dios no tienen mejor cosa que aducir al respecto, su religión no puede valer mucho”.

Thomas Merton
“El signo de Jonás”

4 comentarios:

Life & Style dijo...

Interesante, yo tengo que admitir que no poseo dones en cuanto a escribir.
Pero intentare cada dia perfeccionarme por que yo si amo a Dios.
Eso, muchas gracias por lo escrito
Se despide Carlos . :D

Anónimo dijo...

qué bueno es transmitir con la escritura lo Bueno que es Dios como lo hizo T.M. en muchos de sus escritos!
Creo que esto le ayuda a mucha gente en el camino de la fe.

Inés

José Ignacio Lacucebe dijo...

No es fácil poner en un papel nuestros sentimientos.
Estoy de acuerdo en el texto, pero la experiencia me ha ido enseñando que muchos que dicen o no saben de su fe en Jesús, el Cristo,estan más cerca de El que muchos de nosotros.
Ya nos lo avanzó Mateo en el capítulo 25 de su evangelio.
Gracias por estas reflexiones, nos hacen mucha falta.
Hasta pronto.

Anónimo dijo...

Creo que el comentario aplica para cualquier "arte"; quizas no escribamos pero tal vez hablemos, escuchemos, pensemos, nos expresemos de multiples formas. El arte a de ser aceptado como un don y como un talento que es mi responsabilidad perfeccionar. Camino a participar del Reino de Dios, es decir, no como fama, riqueza o reconocimiento humano.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.