Seguidores

miércoles, 6 de febrero de 2008

Ascesis: Thomas Merton.


Ascetismo y sacrificio: Thomas Merton.
(Tomado de: “Los hombres no son islas”)

1- Si mi alma silencia a la carne por un acto de violencia, la carne se vengará infeccionándola secretamente del espíritu de venganza. La amargura y el mal humor son las flores de un ascetismo que solamente ha castigado el cuerpo. Porque el espíritu está por encima de la carne, pero no completamente independiente de la carne: cosecha en sí aquello que siembra en la carne. Si el espíritu es débil con la carne, encontrará en la carne la imagen y la acusación de su debilidad. Pero si el espíritu es violento con la carne, sufrirá por la repercusión de la carne contra la violencia. El falso asceta comienza por ser cruel con todos, porque es cruel consigo mismo; pero termina por ser cruel con todos menos consigo mismo.
2- Sólo existe un ascetismo verdadero: el que es guiado por el Espíritu de Dios y no por el espíritu de uno mismo. El espíritu del hombre primero debe sujetarse a la gracia y entonces podrá traer la carne a la sujeción de la gracia y de sí mismo. “Si por el Espíritu mortifican los hechos de la carne, vivirán” (Romanos 8, 13).La Gracia es caritativa, misericordiosa, amable, no buscadora de su interés. La gracia inspira en nosotros únicamente el deseo de la voluntad de Dios, sea ésta la que sea, sin importar si es agradable o desagradable a la naturaleza. Así pues, aquellos que dan muerte a la pasión, no por el veneno de la ambición, sino al puro filo de la espada de la voluntad de Dios, vivirán en el silencio de la verdadera paz interior, porque sus vidas están escondidas con Cristo en Dios. Tal es la mansa “violencia” de los que toman el Cielo impetuosamente.
3- La vida espiritual no es sólo una negación de la materia. Cuando el Nuevo Testamento habla de la carne como enemigo nuestro, toma la carne en un sentido especial. Cuando Cristo dijo: “La carne nada aprovecha” (Juan 6, 64), hablaba de la carne sin espíritu, de la carne viviendo para sus propios fines no solamente en las cosas sensuales, sino aun en las espirituales. Una cosa es vivir en la carne y otra muy distinta vivir según la carne. En este último caso se adquiere “la prudencia de la carne, que es contraria a Dios”, porque se hace de la carne un fin en sí, siendo así que cuando estamos en este mundo nuestra vocación exige que vivamos espiritualmente aun cuando estemos todavía “en la carne”. Todo nuestro ser –cuerpo y alma- debe espiritualizarse y elevarse por medio de la gracia. El Verbo que se hizo carne y habitó entre nosotros, que nos dio Su carne como alimento espiritual, que está sentado a la diestra de Dios en cuerpo divinamente glorificado, y que un día resucitará nuestros cuerpos de entre los muertos, no quiere que despreciemos el cuerpo o lo tomemos a la ligera cuando nos dijo que nos neguemos a nosotros mismos. Hemos ciertamente de controlar la carne, hemos de “castigarla y someterla”, pero ese castigo es para beneficio del alma y del cuerpo. Porque el bien del cuerpo no se encuentra sólo en el cuerpo, sino en el bien de la persona entera.

1 comentario:

Inés García, aci dijo...

.."la gracia inspira en nosotros únicamente el deseo de la voluntad de Dios"..todo el texto y esta frase en especial me dieron luz para pedir con más ánimo el deseo de buscar y hallar la voluntad de Dios en todo...
Inés

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.