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jueves, 3 de mayo de 2007

El sacerdocio en Thomas Merton /Lecturas personales.

Introducción: Estas notas están tomadas de mis diarios y son reflexiones a partir de la lectura de Merton, en este caso EL SIGNO DE JONÁS.
Ante el altar de Dios.
Empiezo a leer la cuarta parte del SJ. Su título: “Ante el altar de Dios”. ( 165- 203). En la introducción, interesantes anotaciones sobre el sentido del sacerdocio. Es para él como un destino, un gran secreto para el que se nace, algo vital, un regalo; luego “ningún hombre es ordenado sacerdote para sí solo”. El sacerdote pertenece a todos los hombres, está para servirles y comunicarles la gracia que ha recibido. Luego, un párrafo que me ilumina:
“Dios no nos convierte en santos o en sacerdotes imponiendo sobre nuestra vida ordinaria otra extraordinaria. Lo que hace es tomar nuestra vida y todo nuestro ser, elevarlos a un nivel sobrenatural, transformándolos interiormente; pero en el exterior, dejándonos tan vulgares como antes éramos” (166).
Dos cualidades resalta Merton: “Los dos aspectos más característicos de la caridad divina en el corazón de un sacerdote son la gratitud y la clemencia” (166). Lo primero para con Dios, y lo segundo para con el prójimo.

Acabando de leer la cuarta parte del SJ: disfruté mucho esta lectura; Merton describe sus criterios y sentimientos en referencia al sacerdocio y a la celebración de la eucaristía. Tomo nota de los textos que me parecen interesantes y subrayo muchos otros en el propio libro. Podría preparar una selección de textos de TM sobre el sacerdocio para mi propio uso y provecho espiritual.

Con el don del sacerdocio Thomas Merton recibe la Gracia de abrir su corazón de una manera nueva a la Sagrada Escritura. Está reflejado en esas páginas del diario, especialmente influyente la celebración de Santo Domingo, el 4 de agosto de 1949, y ese día escribe: “Yo he meditado a menudo acerca de las Escrituras, pero no las he estudiado nunca seriamente” (190). Luego, al día siguiente, lamenta: “¡Cuán poco leí las Escrituras durante el Noviciado!” Las páginas siguientes de esta parte del libro están centradas en la escritura; otras afirmaciones al respecto:
“Toda palabra que brota de la boca de Dios es pasto que alimenta al alma y le da vida eterna” (193).
“Siempre he sentido un gran y confuso afecto por los que escribieron la Biblia” (200). A partir de la lectura, medito en algunos aspectos que son vitales para mantener la unión con Dios y el espíritu de la consagración:

1- Meditar sobre el sentido del sacerdocio cristiano: el común y el ministerial.
2- Devoción a la Virgen, Nuestra Señora.
3- Leer y orar la Sagrada Escritura.
4- Leer a San Juan de la Cruz, y demás santos del Carmelo.
5- Tomar consciencia de la misión intercesora del sacerdocio cristiano.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Recien pasaron un documental hecho en norteamérica titulado CELIBATO y ponía en duda el valor del sacerdocio cristiano.No está pasado de moda el sacerdocio tal y como se vive hoy en la iglesia católica?

Manuel dijo...

Los textos de TM acerca del sacerdocio pueden ayudarnos a entender mejor el valor de este ministerio, no sólo para la Iglesia, sino para el mundo. El propio Merton tenía sus dudas al respecto, pero acabó descubriendo la verdad en medio de la paja, y eso es lo importante.

Anónimo dijo...

No crees que es una respuesta evasiva?

Manuel dijo...

Prometo abundar en el tema en las entradas habituales del blog. No quiero agotarlo aquí, sólo quise apuntar hacia que lugar hay que mirar. Ciertamente podemos encontrar cosas cuestionables en la vivencia sacerdotal, pero a fin de cuentas cada uno ha de buscar el modo en que ha de vivir su consagración.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.