(Tomado de: “La Voz Interior del Amor”,
Henri Nouwen.)
1- Estás llamado a la unidad. Esa es la buena nueva de la encarnación. La Palabra se vuelve carne y, así, se crea un nuevo lugar en que pueden habitar todo lo tuyo y todo lo de Dios. Cuando hayas encontrado esa unidad, serás verdaderamente libre. (30)
2- Nunca te has sentido completamente a salvo en tu cuerpo. Cada vez más, has llegado a ver a tu cuerpo como un enemigo que hay que conquistar. Pero Dios quiere que seas amigable con tu cuerpo, de manera que pueda estar preparado para la resurrección. Cuando no eres totalmente dueño de tu cuerpo, no puedes reclamarle una vida eterna.
3- ¿Cómo hacer que tu cuerpo te pertenezca? Dejándole participar en tu deseo más profundo de recibir y ofrecer amor. Tu cuerpo necesita ser sostenido y sostener, ser tocado y tocar. Ninguna de estas necesidades es para desdeñar, negar ni reprimir.
4- Pero tienes que seguir buscando tu necesidad corporal más profunda, la necesidad de amor genuino. Cada vez que puedas ir más allá de los deseos corporales superficiales de amor, estás haciendo que tu cuerpo te vuelva a pertenecer y te estás acercando a la integración y a la unidad.
5- En Jesús, Dios se hizo cargo de la carne humana. El espíritu de Dios cubrió a María, y en ella toda enemistad entre el espíritu y el cuerpo fue superada. Así, el Espíritu de Dios se unió al espíritu del hombre, y el cuerpo humano se transformó en el templo destinado a elevarse a la intimidad de Dios a través de la resurrección. A todo cuerpo humano se le ha dado una nueva esperanza, la de pertenecer eternamente al Dios que lo creó. Gracias a la encarnación, puedes hacer que tu cuerpo te vuelva a pertenecer (33).
Sigo leyendo a Nouwen: “Ni un cuerpo represivo ni un cuerpo permisivo, sino verdaderamente encarnacional” (44). Una nueva espiritualidad en la que el cuerpo ocupe un lugar esencial. “Tu cuerpo te es dado para reafirmar tu personalidad”. “Confiar en él y escuchar su lenguaje” “Tu cuerpo como una verdadera expresión de quien eres”. Y todo lo anterior entendido en la vocación única:
“Debes empezar a confiar en tu única vocación y a dejar que se arraigue y se fortalezca en ti para que puedas florecer en tu comunidad”. “Tendrás más confianza en ti y más libertad para reclamar tu lugar único en la vida como un don que Dios te dio”. “Confía en tener una vocación única que vale la pena reclamar y vivir lealmente” (44-45)
“No habrá necesidad de comparaciones. Recorrerás tu propio camino, no aislado sino con la conciencia de que no debes preocuparte si los demás están o no satisfechos”. (45)
2 comentarios:
Este es un tema que me gustaría trabajar con detenimiento en algún momento; uno de los aspectos que me suscita más atención en la vida espiritual es el lugar de nuestro cuerpo en el camino a la santidad. De ahí que encuentre muy sugerentes las intuiciones que sobre esto desarrolla o esboza Henri Nouwen.
Creo que en general es una asignatura pendiente en la espiritualidad cristiana, Recordar aquello del cuerpo como cárcel, como lugar del demonio, como estorbo del alma. Sería interesante ahondar al respecto.
Dijo algo Merton al respecto?
Kenia.
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