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sábado, 14 de abril de 2007

Los diarios de Thomas Merton (3).


Aquí seguimos reproduciendo y comentando brevemente un artículo sobre los diarios de Thomas Merton (ver entradas anteriores sobre el tema); se trata de descubrir una senda espiritual en los escritos más personales de Merton, y al mismo tiempo encontrar luz para nuestro propio camino. Leamos:

“Merton se convirtió en monje escribiendo acerca del proceso de convertirse en monje. La forma de su particular vocación monástica se le reveló en sucesivas experiencias que, aunque para sus lectores pudieran resultar paradójicas, presentaban para él una misteriosa claridad. Escribió acerca del silencio para convertirse en un ser silencioso. Escribió acerca de su condición de perdido para que Dios lo encontrara rápidamente. Se ocultó a sí mismo del mundo mostrándose plenamente a él.
Escribir acerca de la misericordia de Dios era haber sido congregado por la misericordia de Dios A medida que las palabras de Merton se hacían cada vez más agradecidas, lo que de alguna manera era vil en él se convertía en valioso, lo que era pobre se hacía infinito, su fragilidad humana se convertía en poder. La misericordia incesantemente renovada de Dios hacia él a lo largo de su vida es el código que nos permite entrever el núcleo del misterio encerrado en la obsesión de Merton por escribir diarios: “Pendiente como estoy de la misericordia de Dios, me alegro de cualquier acontecimiento que se produce” (29 de noviembre de 1952).

Más adelante apuntan: “En su deseo de dominarlo todo escribiendo acerca de ello, Merton tomó conciencia de que Dios era quien lo estaba dominando a él. Nunca perdió de vista la realidad de sus pecados, pero confió a pesar de todo en la promesa del perdón divino. Incluso en las noches más sombrías, cuando su boca enmudecía y su corazón parecía petrificado, sus oídos seguían atentos en la oscuridad a la voz del Señor, que le dirigía palabras de bienvenida”.

Y luego, casi al final: “Su escritura actúa frente a los lectores como una ventana y a la vez como un espejo. En los diarios de Merton los lectores vislumbran en parte sus propias “posibilidades infinitas” de “contemplación y oración”. A medida que Merton lucha con las contradicciones de su vida, los lectores se autoexaminan en el espejo de su arte autobiográfico. Oyendo la voz literaria de Merton, se despierta en los lectores la atracción por la escucha de la voz silenciosa y tranquila que resuena en su propio interior, una voz que anhela encarnarse en algún gesto externo totalmente espontáneo y personal”.

Especialmente este último párrafo describe con mucha claridad el efecto que ejerce en sus lectores la obra de Merton; en mi caso, ha sido siempre un estímulo para mis propias búsquedas espirituales, para la meditación y la oración, y sus intuiciones han guiado mis pies en el sendero del evangelio. Uno quiere tener siempre la sabiduría y la libertad que ve en sus maestros, y de alguna manera he convertido también yo la lectura asidua de lo que Merton escribió en una verdadera disciplina espiritual.

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Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.