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sábado, 31 de mayo de 2014

PEREGRINO DE LA SOLEDAD

El viaje en el tiempo de Thomas Merton adoptó la forma de un peregrinaje en soledad, pero a lo largo de su andadura el camino fue conformando al propio viajero; como conviene recordar, desde un inicio exclusivamente vertical en soledad con Dios, Merton pasó por una relación horizontal mediante la solidaridad con los semejantes, hasta alcanzar la integración de ambas en la Cruz de un solo mundo.

Para Merton la “soledad” contenía básicamente tres significados próximos, pero diferenciados:

1- Indicaba las condiciones de soledad física convenientes y, al menos en un grado mínimo, necesarias para apartarse de ciertos consensos sociales establecidos y asumidos automáticamente por los hombres; esto es, sin perspectiva ni reflexión acerca del significado final de la condición humana. Esas condiciones físicas se pueden encontrar en una comunidad monástica, o, incluso en un clima de soledad más extremo, en el desierto eremita, aunque Merton se dirigía a menudo a un público seglar o no católico, sugiriéndole el recogimiento en un “monasterio del corazón”.

2- En segundo lugar, la auténtica soledad únicamente podía significar soledad interior: es cierto que la primera puede ser ocasión de la segunda, pero las dos no se encuentran siempre unidas, y más todavía, la soledad física sin la soledad interior puede ocultar sencillamente una huida de las responsabilidades humanas o una actitud de menosprecio hacia los semejantes, mientras que quizá pueda hallarse verdadera soledad interior sin apartarse completamente del entorno cotidiano.

3- En tercer lugar, y como objetivo de la segunda, en su acepción más radical, la soledad es realmente un encuentro con Dios y con la humanidad; desde esa consideración, la soledad es verdadero centro, eje y corazón de la persona y de su sociedad (Y toda sociedad que tiene a Dios como centro es una comunidad).


Para Merton, un hombre que no acepta su condición básica de soledad, es decir, que no se cuestiona su identidad última, es un hombre atrapado en las ficciones colectivas de la sociedad, alguien que responde mecánicamente a dictados ajenos, es decir, un individuo alienado. Solo en el ámbito del Amor se resuelve esa elección paradójica entre soledad y sociedad, dice Merton.

miércoles, 28 de mayo de 2014

VIVIR PARA VIVIR

"Existe otro serio problema que nos impide la verdadera conciencia de lo que es: se trata de la cultura en que vivimos que está orientada hacia la producción y la constante influencia que ejerce sobre nosotros, arrastrándonos con febril impulso a hacer siempre cosas útiles. Esta actitud es casi fatal para la oración, y especialmente la oración para logran conciencia. Pues esta oración no se encamina a producir algo. Todo su sentido consiste simplemente en hacernos más plenamente conscientes de Dios y de toda realidad; en otras palabras: en hacernos conscientes no de algo nuevo, sino sencillamente conscientes de lo que es. Para una sociedad ávida de producción, la oración, puesto que no produce nada, es, probablemente la cosa más inútil que se puede hacer. 

Citando a Thomas Merton:
"Estamos tan obsesionados con hacer, que ya no nos queda ni tiempo ni imaginación para ser. Por consiguiente, el valer de las personas no se mide por lo que son, sino por lo que hacen o por lo que tienen, por su utilidad. Y,  cuando a una persona se le reduce a su función, se la coloca en un estado servil y enajenado. La persona existe, entonces, para otra persona o, peor todavía, para otra cosa... Nuestra misma diversión tiene una finalidad y se justifica no por ser gratuita, simplemente una celebración, sino por su utilidad. Nos hace sentir mejor, por lo mismo nos ayuda a funcionar mejor y a seguir adelante con la vida".

Y entonces Merton pregunta: ¿Por qué no somos felices? Y responde: 
"Por nuestro servilismo. Toda la celebración queda sin sentido, vacía de contenido por que es útil. Todavía no hemos redescubierto la utilidad principal de lo inútil. De esta pérdida de todo sentido del ser de toda capacidad para vivir por vivir... viene la terrible y frustrada inquietud de nuestro mundo obsesionado por el hacer.....". 

William H. Shannon
"Silencio en Llamas"



"Vivir para vivir. 
Sólo vale la pena vivir para vivir. 
Para vivir. 
Sólo vale la pena vivir para vivir".

(Joan Manuel Serrat)

lunes, 26 de mayo de 2014

CUANDO LA ATENCIÓN SE CONCENTRA EN LO EXTERIOR

"La vida comunal habitual suele vivirse al ritmo de aquellos que son activos y extrovertidos. Estas buenas personas, que no soportan las sutilezas interiores y se muestran intolerantes con todo aquello que no aporta unos resultados tangibles, desean comprobar al final del día que han hecho algo para servir a Dios. Por eso su vida está programada para tranquilizarles en este sentido. El día se divide en la práctica de muchos ejercicios en los que la oración se evalúa por la puntualidad y exactitud con que se ejecuta el ceremonial. La atención se fija sólo en el aspecto externo del mismo.
 Es cierto que la rutina monástica es muy importante. Pero cuando se convierte en un fin en sí misma, frustra todos los objetivos por los que se instituyó. Cuando la atención se concentra sobre todo en el aspecto exterior, cuando hay la obsesiva necesidad de realizarlo todo a la perfección (no para glorificar a Dios, sino por la propia paz interior de uno), es imposible que se dé una verdadera contemplación, ya que esta presupone estar libre de cualquier preocupación, sea elevada o baja, espiritual o material. Lo cual no significa que el descuido o la falta de disciplina sean más favorables para la oración interior que una observancia regular. Obviamente es necesario llevar una vida metódica, pero precisamente la ventaja de la disciplina monástica es que libera a la mente de la preocupación perfeccionista con las cosas exteriores. Se ocupa de ello, dejándonos libres para meditar y orar".

Thomas Merton
"La experiencia interior"

viernes, 23 de mayo de 2014

CREAR A PARTIR DE CRISTO

"Toda vida cristiana está destinada a ser al mismo tiempo profundamente contemplativa y rica en trabajo activo. Es cierto que somos llamados a crear un mundo mejor. Pero ante todo somos llamados a una tarea más inmediata y ensalzada: la de crear nuestras propias vidas. Al hacerlo, actuamos como colaboradores de Dios. Ocupamos nuestro lugar en la gran obra de la humanidad, ya que, en efecto, la creación de nuestro propio destino en Dios es imposible en un estado de completo aislamiento. Cada uno de nosotros labra su propio destino inseparablemente unido a todas las demás personas con quienes Dios ha querido que vivamos. Compartimos unos con otros la obra creadora de vivir en el mundo. Y por medio de nuestra lucha con la realidad material, con la naturaleza, nos ayudamos unos a otros a crear al mismo tiempo nuestro destino y un mundo nuevo para nuestros descendientes".



"Nuestra gloria y nuestra esperanza es que somos el Cuerpo
de Cristo. Cristo nos ama y nos desposa como Su propia carne.
¿No nos basta? Pero no lo creemos realmente. ¡No! Estemos contentos, estemos contentos. Somos el Cuerpo de Cristo. Le hemos encontrado, El nos ha encontrado. Estamos en El, El esta en nosotros. No hay mas que buscar excepto la profundización de esta vida que ya poseemos. Estemos contentos".

Thomas Merton

lunes, 19 de mayo de 2014

CONTEMPLACIÓN Y LIBERTAD

"El verdadero contemplativo es un amante de la sobriedad y la oscuridad. Prefiere todo aquello que es silencioso, humilde y sencillo. Las excitaciones espirituales no le atraen. Le agotan fácilmente. Siente una inclinación por aquello que no parece ser nada, que le dice muy poco o nada y que nada le promete. Sólo aquel que puede permanecer en paz en el vacío, sin proyectos ni vanidades, sin discursos para justificar su aparente inutilidad, está a salvo del fatal atractivo de esos impulsos espirituales que le instan a autoafirmarse y a ser algo a los ojos de los demás. Pero el contemplativo es, de entre todas las personas religiosas, el que más comprende que no es un santo y el que menos ansioso está por parecerlo a los ojos de los demás. En realidad, ya no está sujeto a las apariencias y éstas le preocupan muy poco. Al mismo tiempo, como no tiende a ser un rebelde ni se siente en la necesidad de serlo, no ha de ir pregonando por ahí su desprecio por las apariencias. Simplemente no las tiene en cuenta. Han dejado de interesarle. Se contenta con que le consideren un necio, si es necesario, y en cuanto a esto tiene una larga tradición a sus espaldas. Hace mucho tiempo San Pablo dijo que se sentía feliz de ser un necio por amor de Cristo. La Iglesia rusa tiene su propio santo loco, el yurodivi, aunque a veces en Occidente figuras con San Francisco de Asís y muchas otras los hayan imitado. El contemplativo no necesita ser sistemático con relación a nada, ni siquiera con relación a su aparente locura. Se contenta con la sabiduría de Dios, que es una locura para los hombres no porque sea contraria a la la sabiduría del ser humano, sino porque la trasciende por completo".

Thomas Merton
"La experiencia interior"

sábado, 17 de mayo de 2014

MENTE DESPIERTA

En la última etapa de su vida Thomas Merton viajó por Asia, y de ese periplo quedaron sus apuntes y lecturas, publicadas póstumamente en el "Diario de Asia". En uno de los apéndices del mismo aparece un texto titulado “Sobre la conciencia despierta”, de Bhikkhu Khantipalo. De él son los siguientes pasajes:

Mente despierta: “El estado de mente despierta es aquel en que uno es consciente de lo que está haciendo, de eso y nada más que eso”.

¿Cómo se establece la conciencia despierta? Existen cuatro ejercicios subordinados a cuatro temas o aspectos principales: conciencia despierta del cuerpo (Plena atención), conciencia despierta de los sentimientos, conciencia despierta del estado mental, conciencia despierta de las áreas mentales concomitantes.

Me interesa particularmente lo referido a la conciencia despierta del cuerpo. Dice:

 “Hay ejercicios corporales orientados a prestar atención a la respiración, a las cuatro posturas básicas del cuerpo  (andar, estar de pie, sentarse y acostarse) y a sus acciones (doblar los miembros, vestirse, comer, hablar, estar callado, defecar y orinar), y a las pequeñas partes que componen el cuerpo, a la percepción del cuerpo en distintos estados de decadencia (pensando: tal y como veo eso, así me veré yo), y a la reflexión analítica sobre el cuerpo en cuanto formado por los cuatro grandes elementos.

Todos estos ejercicios tienen como fin desmantelar el apego al cuerpo en cuanto “yo” o “mío”, siguiendo el método de calmar primeramente la mente, y después desarrollar la introspección. Pero este método no es igualmente adecuado para todas las personas. Por ejemplo, aquellas que se sientan afectadas por un alto grado de lujuria o concupiscencia, deberán profundizar en los aspectos repulsivos del conjunto corporal y reflexionar sobre la decadencia de su propio cuerpo según los aspectos que pueden observarse en un cadáver. Por otro lado, una persona distraída debería utilizar la mente despierta de la respiración para controlar su mente; y una de naturaleza inteligente debería concentrarse en el análisis de los elementos. Aquí es donde se necesita un maestro, a fin de instruir al que medita en qué puntos debe concentrar su atención, dada la dificultad que hay en juzgar por uno mismo”.

miércoles, 14 de mayo de 2014

COMUNICAR LA EXPERIENCIA


En mis reflexiones acerca de la vida espiritual en general y la vida cristiana en particular, descubro tres aspectos esenciales: lo primero, la Santidad; lo segundo, la comunidad; y lo tercero, el lenguaje. Este último no es el menos importante, porque se trata de poder comunicar la experiencia, contagiar de entusiasmo al que te escucha, ser capaces de “dar razón de nuestra esperanza” a todo el que la pida. A menudo el lenguaje “eclesial” resulta ininteligible a quien escucha, de ahí la importancia de “traducir” lo que decimos a unas palabras que permitan vislumbrar mejor el misterio. En mi acercamiento a Thomas Merton también he descubierto algo que apunto aquí, sobre el lenguaje y la fácil comunicación de TM con sus lectores.


Merton y el lenguaje.

En relación con el lenguaje, en “El Signo de Jonás”(Pág. 27) Merton escribe: 

Descubrí que el lenguaje técnico, aunque universal, verdadero y aprobado por los teólogos, no es comprensible para el hombre corriente, y no le hace asimilar lo que hay de más vital y personal en la experiencia religiosa”.

He querido describir algo de lo que son los pensamientos y la vida espiritual de un monje, no con el lenguaje de la especulación, sino basándome en mi experiencia personal”. 

Como yo no enfoco los dogmas como tales, y sólo estudio sus repercusiones en la vida de un alma cuando en ella empieza a encontrar una realización concreta, espero merecer perdón si empleo mis propias palabras para hablar de mi propia alma”.


En los textos anteriores podemos encontrar claves para comprender, en parte, el origen de la originalidad de los escritos de TM; intentaba decir las cosas de una manera propia, comprensible, novedosa, para el hombre común, y en general para sus contemporáneos. Más que de lo posible, hablar de lo real. 


ORACIÓN EN LA NOCHE

Señor, recibe mi oración,
dulce como humo de incienso
que sube de mi corazón
lleno de preocupaciones.
Alzo mis manos
en sacrificio vespertino.
Señor, recibe mi oración.

Encuentro al hombre
en mi camino.
Cuando empieza a maldecir
y me amenaza,
Señor, guarda mis labios.
No responderé.
Guía mis pasos en la noche
mientras sigo mi camino.

Quizá pertenezca
a algún otro Señor
que no es tan sabio y bueno.

Quizá ésta es la razón por la que esos huesos
yacen dispersos en su camino.

Cuando miro a derecha e izquierda,
a nadie le importa saber
quién soy, adónde voy.

Escucha mi oración.
Confiaré en ti.
Si ponen sus trampas
en mi camino,
si me apuntan con sus pistolas,
Tú guiarás mis pasos,
yo seguiré adelante.

En la oscuridad,
ellos nunca verán.
Señor, a ti levanto
abiertos y brillantes
ojos llenos de fe
en la noche.

Tú eres mi protección,
tráeme a casa.
Y recibe mi oración,
dulce como humo de incienso
que sube de mi corazón
lleno de preocupaciones.

Thomas Merton

lunes, 12 de mayo de 2014

EL LUGAR DE TU SECRETO

"Debería haber al menos un lugar o un rincón donde nadie pueda encontrarte, molestarte u observarte. Tendrías que ser capaz de desatarte del mundo y liberarte, quitando los nudos de todos los finos hilos y cuerdas de la tensión que te atan, por la vista, el sonido o el pensamiento, a la presencia de otras personas. "Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre en lo secreto..". Una vez que hayas encontrado tal lugar, conténtate con él y no te inquietes si, por alguna razón de peso, tienes que salir de allí. Ámalo, regresa a él tan pronto como te sea posible y no tengas prisa en cambiarlo por otro".

"Que siempre haya un lugar en alguna parte donde podamos respirar con naturalidad, con tranquilidad y sin tener que jadear continuamente. Un lugar donde nuestra mente pueda descansar, olvidar sus preocupaciones, sumergirse en el silencio y adorar al Padre en lo secreto.
No puede haber contemplación donde no hay secreto".


Thomas Merton

jueves, 8 de mayo de 2014

HALLAR LAS PROPIAS RESPUESTAS

"No pongas otra cabeza encima de la que ya tienes
(Nyogen Sensaki)


"La mayoría de las preguntas tienen respuesta. Están dirigidas a nuestra mente racional. Deseamos información a la que podamos hincarle el diente, respuestas que colmen nuestra sed insaciable de saber y hacer lo correcto, a fin de manejar las interminables complicaciones que nos presenta la vida. Creamos estrategias, planes y reunimos todos los hechos que podemos hallar. Buscamos autoridades asumiendo que alguien ahí fuera tiene nuestra respuesta... Pero un maestro sólo puede dar un golpecito, empujón, grito, engatusarnos un poco, querernos y empujarnos a realizar lo que nadie más que nosotros mismos poseemos: nuestra propia verdad. Para hallar las respuestas a las preguntas de nuestra vida debemos mirar a nuestro interior. Nada más".

Brenda Shoshanna
"Sabiduría zen para la vida cotidiana"

lunes, 5 de mayo de 2014

VIDA Y SANTIDAD

La llamada a la santidad es llamada a la unión con Cristo, guardando los mandamientos de Dios y rechazando el pecado. Esa llamada a la santidad tiene en algunos una obligación más solemne, como es el caso de los religiosos o los clérigos, pero no por eso los laicos son menos cristianos o miembros de Cristo en un sentido menos pleno. Los Padres de la Iglesia, como San Juan Crisóstomo, o Clemente de Alejandría, insistieron ya en su tiempo en que “todos los miembros de Cristo son llamados a la santidad por el mero hecho de ser sus miembros. Sólo hay una moral, una santidad para los cristianos, y es la que se propone a todos en los Evangelios”.
Siguiendo a los Padres, Merton advierte: No es suficiente a los laicos mantener una tipo de santidad formal, estática, que se limite a “evitar el pecado”, cumpliendo con el mínimo de lo que está mandado. Es falsa esa idea frecuente entre el pueblo de Dios que afirma que mientras religiosos y clérigos están obligados a crecer en perfección, los laicos pueden conformarse con vivir debajo de la sotana o del habito de estos, especialistas en la salvación y la santidad. También rechaza la idea de que santidad y dificultad son sinónimos, pensando en las imágenes de austeridad y penitencia que han acompañado siempre a la vida religiosa. Eso llevaría a concluir que como la vida laical parece menos ardua, también su santidad o salvación son menores.

(Comentarios a "Vida y santidad")

viernes, 2 de mayo de 2014

LA OBRA MÁS IMPORTANTE...

A los Maestros se vuelve siempre, y si alguien no ha leído a este que vuelvo a compartir, le sugiero que lo haga cuanto antes....

"Todo trabajo, oficio o arte requiere un entrenamiento siempre que se quiera que la obra se cumpla. Esto es de todos bien conocido y cada uno de nosotros, a través de la prueba de la existencia, se instruye y ejercita siempre que integra las experiencias propias. Sin embargo, se ignora con frecuencia que este hacer es igualmente válido cuando se trata de caminar hacia el logro más importante de la vida del hombre: que el SER se haga realidad.
 Todo cuanto vive ha de desarrollarse en su tender a la propia realización, siendo igual cuando se refiere al hombre. Ahora bien, el hombre no llegará nunca a ser lo que está llamado a devenir si él no contribuye con su esfuerzo. Para ello ha de tomarse a sí mismo en sus manos, como siendo su propia obra, ejercitándose sin tregua en el caminar hacia su pleno cumplimiento. La obra más importante para el hombre es él mismo, él en cuanto hombre.

K.G. Dürckheim
"Práctica del camino interior"

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.