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miércoles, 31 de diciembre de 2008

Realidad y unidad.


“Si no tengo unidad en mí mismo, ¿Cómo puedo pensar siquiera, cuanto menos hablar, de unidad entre los cristianos? Pero, desde luego, buscando la unidad para todos los cristianos, también alcanzo unidad dentro de mí mismo.
La herejía del individualismo: pensarse uno mismo como una unidad completamente autosuficiente y afirmar esa “unidad” imaginaria contra todos los demás. La afirmación del yo simplemente como no-otro. Pero cuando uno trata de afirmar su unidad negando que tenga que ver con cualquier otro, negando a todos los demás del universo hasta que llega a uno mismo: ¿Qué queda que afirmar? Aunque hubiera algo que afirmar, no quedaría aliento con qué afirmarlo.
El modo verdadero es exactamente el opuesto: cuanto más soy capaz de afirmar a otros, de decirles “sí” en mí mismo, e descubrirles en mí mismo y a mí mismo en ellos, más real soy. Soy plenamente real si mi corazón dice sí a todos.
He de ser mejor católico, no si puedo refutar todo matiz de protestantismo, sino si puedo afirmar la verdad que hay en él y seguir adelante.
Y lo mismo con los musulmanes, los hindúes, los budistas, etc. Eso no significa sincretismo, indiferentismo, la vaporosa y descuidada actitud amistosa que lo acepta todo a fuerza de no pensar nada. Hay mucho que se puede “afirmar” y “aceptar”, pero primero uno debe decir “sí” cuanto realmente puede.
Si me afirmo como católico meramente negando todo lo que sea musulmán, judío, protestante, hindú, budista, etc., al final encontraré que no me queda mucho con que afirmarme como católico, y desde luego, ningún aliento del Espíritu con que afirmarlo”.

(Thomas Merton; Conjeturas… Página 134-135)

lunes, 29 de diciembre de 2008

Meditar cada día.


Al comenzar un nuevo año, me gusta recomendar a mis amigos lo útil que resulta para la vida espiritual escoger un libro de meditaciones para cada día del año que nos acompañe durante ese período de tiempo. Suelo hacerlo desde hace mucho, y a menudo repito los libros, e incluso he seguido más de uno a la vez. Es una fuente sugerente de ideas para la vida cotidiana, que ilumina a menudo los períodos de oscuridad e incertidumbre que todos tenemos. En cualquier librería podemos encontrar alguno; yo, sugiero por supuesto los de mis autores preferidos: Thomas Merton, Anselm Grün, Henri Nouwen, K, pero hay otros muchos. La meditación que sigue está tomada de uno de ellos:


“Conozco muchas personas que temen la psicología. Creen que si comienzan a analizar sus sueños o indagar en su infancia, se producirá una explosión dentro de ellos y no quedará nada en pie, que su persona se desmoronará por completo. Siempre tomo en serio este miedo. Pues es una protección que ellos necesitan. Quizás están sobre exigidos por tener que mirar solos en las profundidades de su alma. Necesitan de alguien que se asome cariñosamente a sus zonas vulnerables y que las acaricie como Jesús cuando lavaba los pies a sus discípulos. Necesitan la certeza de que no serán sentenciados, de que no hay nada en ellos que no pueda ser transformado por el Espíritu de Dios. Sólo al creer en el mensaje de Jesús de que ha llegado como una luz que ilumina sus tinieblas, podrán acercarse a su propia oscuridad. Y eso los liberará verdaderamente.
Pero si huyen, deberán idear constantemente nuevas estrategias para reprimir la propia verdad. Y saben que así no funciona. Pues, a más tardar por la noche, la verdad vendrá a buscarlos. En ese momento, los fastidiarán las pesadillas. O también el cuerpo les mostrará, despiadadamente, su verdad. Y sabrán que ya no pueden ocultar más su verdad ante los demás.
En todos los abismos del corazón, habita Dios. Y porque Dios es el amor que habita en uno, podrá ingresar en todas las habitaciones de la propia morada e invitar a otros a que lo visiten. Esto da un sentimiento de libertad y tranquilidad”.

(Anselm Grün; “Con el corazón y todos los sentidos”).

domingo, 28 de diciembre de 2008

Llamamiento.

“Suceden tantas cosas terribles a diario que empezamos a preguntarnos si lo poco que nosotros hacemos tiene algún sentido. Cuando hay gente muriéndose de hambre a tan sólo unos pocos kilómetros de distancia, cuando hay guerras encarnizadas cerca de nuestras fronteras, cuando las personas que no tienen un hogar para vivir en nuestras ciudades son incontables, nuestras propias actividades se dirían fútiles. Pero tales consideraciones pueden paralizarnos y deprimirnos.
Aquí es donde se vuelve importante la palabra llamamiento. No hemos sido llamados para salvar al mundo, resolver todos los problemas y prestar ayuda a toda la gente. Pero cada uno de nosotros tiene su propio llamamiento único, en nuestra familia, en nuestro trabajo, en nuestro mundo. Hemos de seguir pidiéndole a Dios que nos ayude a ver de forma clara cuál es nuestro llamamiento y que nos dé fortaleza para vivir dicho llamamiento con confianza. Entonces descubriremos que nuestra fidelidad en una pequeña tarea es la respuesta más curativa que podemos darle a la enfermedad de nuestro tiempo”.
(Henri Nouwen; Pan para el viaje)

sábado, 27 de diciembre de 2008

El Gran Camino. Thomas Merton.


Relato zen:
Un monje dijo a Joshu: ¿Dónde está el camino?
Joshu contestó: Fuera de la tapia.
El monje insistió: Quiero decir el Gran Camino. ¿Dónde está el Gran Camino?
Joshu contestó: El Gran Camino es el que lleva a la Capital.

El Gran Camino está justamente en medio de este relato, y yo debería recordarlo cuando me excito sobre guerra y paz. A veces pienso que tengo una obligación urgente de hacer toda clase de protestas y aclaraciones, pero, sobre todo, lo importante es estar en el Gran Camino y quedarse en él, se hable o no se hable. No es necesario correr por todo el país gritando “paz, paz”. Pero es esencial seguir en el gran camino que lleva a la Capital, pues sólo en el Gran Camino hay paz. Si nadie sigue ese camino, no habrá paz en el mundo, por mucho que la prediquen los hombres.
Es fácil saber que “hay un camino en algún sitio”, y aun quizá saber que otros no están en él. Pero ese conocimiento es inútil si no le ayuda a uno a hallar el camino. Si se convierte meramente en un canon para juzgar, un medio de denunciar a los demás y de juzgarles por haber perdido su camino, no le sirve de nada. No le sirve ni a mí ni a ellos encontrar el camino. Si yo mismo estoy en el camino, no juzgo a nadie, aunque le ayude a encontrar el camino, sabiendo sin embargo, que no le parece lo mismo a él y que también puede estar en él sin que a mí me sea evidente.

(Thomas Merton; Conjeturas…página 185-186)

jueves, 25 de diciembre de 2008

Hablar de Jesús ahora.


Estamos en Navidad.

Los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús. Es una fecha que además está inserta en la cultura de occidente, por lo que también es parte de la vida cotidiana de muchas personas

que no son propiamente cristianos, que comparten o no los valores de esta fe,

pero que estiman importante conservar una tradición de siglos.

Si en algunos lugares del mundo una tendencia laicista estima necesario

reducir los signos externos de la Navidad en el ámbito público,

no lo veo como una amenaza para mi fe. Entiendo que puede ser una reacción a otros momentos de la historia en que la presencia de lo cristiano se impuso, llegando a ser más costumbre y cultura, que compromiso y elección personal.

Lo esencial es que los que somos cristianos lo seamos ahora de tal manera

que la Navidad sea perceptible en el ámbito público a través de nosotros y de nuestra vida.

Que nosotros hablemos ahora del misterio de fe que celebramos, y lo hagamos en un lenguaje nuevo, inteligible a la gente de hoy.

Nadie rechaza al amor por ser amor

Lamentablemente, para muchos, lo cristiano tiene significaciones negativas, vinculadas a la imposición, la persecución, la violencia, la intolerancia, el fanatismo.

No podemos luchar contra los fantasmas del pasado. Están ahí, simplemente.

Pero podemos trabajar ahora por el futuro.

Podemos hablar de Jesús ahora, al mundo que nace, con un lenguaje nuevo, con otros signos, con otra voz, desde otro lugar.

Creo que la santidad de cada uno tiene que ver con eso, con transparentar a Dios de esa manera en el tiempo y lugar que nos toca vivir.

Quiero celebrar en esta Navidad la Novedad de Jesús que aguarda por nosotros para refundarlo todo. Es el "recapitular todas las cosas en Cristo" de que habla San Pablo.

Sin miedos, con alegría, con la confianza de un niño, con la libertad de la familia de Belén.
Nota: Una especial felicitación para mi querida amiga M.José, en este dia, en que además de estar celebrando la Navidad, celebra también su cumpleaños. La queremos mucho y le deseamos lo mejor.




martes, 23 de diciembre de 2008

Thomas Merton: lecturas.


Cuando leemos a un maestro espiritual, no le estamos leyendo sólo a él, sino también a otros maestros, hombres y mujeres, de los que él aprendió. Unos maestros apuntan a otros, y van estableciendo como un entramado de doctrinas, afines unas con otras. Cuando leemos a Thomas Merton estamos compartiendo su camino espiritual, sus lecturas, las fuentes de las que recibió su saber; particularmente en sus diarios nos comparte sus lecturas y encuentros, así como su mirada personal de la realidad de su entorno, monástico, eclesial y las vicisitudes de su tiempo. En las diversas etapas de su vida Merton fue bebiendo de diferentes fuentes: toda la tradición monástica y contemplativa del Cister; San Juan de la Cruz y la tradición carmelitana; la teología protestante también, sobre todo autores contemporáneos; el mundo teológico del Concilio Vaticano II, y las tradiciones religiosas no cristianas del Oriente. Hablamos de un amplio diapasón, que a la vez está enriquecido por su saber cultural, literario y su carisma personal. Merton fue un gran lector, casi compulsivo; desde su retiro trapense está al tanto de cuanto sucede en la Iglesia y el mundo.
La lectura de diarios y escritos personales de cualquier personaje relevante de la historia humana nos confrontan constantemente con otros autores, y nos hace indagar en ellos, participando de la misma búsqueda y los mismos descubrimientos del autor que leemos. En la literatura espiritual pasa lo mismo, y con una significación espiritual muy importante, pues va ampliando nuestra visión, permitiéndonos ahondar en la comprensión del Misterio de la Fe.
En el caso particular de uno de los libros de Thomas Merton, “Conjeturas de un espectador culpable”, este consiste en una especie de diario y resumen de lecturas, con comentarios sobre situaciones concretas de su tiempo; aquí Merton intenta aterrizar la doctrina cristiana y lo más clásico del pensamiento de la Iglesia, respondiendo a los interrogantes de la historia humana, reinterpretando las afirmaciones teológicas y espirituales a la luz del devenir de una época concreta, la segunda mitad del siglo XX.
Veamos algunos nombres y autores que Merton cita en esta obra, y nos haremos cuenta de por dónde va su reflexión: Karl Barth Y Mozart, St. John Perse, Mark Van Doren, Ernesto Cardenal, Alfonso Reyes y Neruda San Benito, Isaac de Stella, Karl Marx, Edmund Wilson, Newman y Fenelón, A. K. Coomaraswamy, Duns Scoto Albert Schweitzer, Simone Weil, Dalai Lama Chuang Tzu, Jean Giono, Emmanuel Mounier, Gandhi, Fidel Castro, San Juan Crisóstomo, Mao, Teilhard de Chardin, Romain Rolland Meister Eckhart, Bonhoeffer, Leon Bloy Einstein, y la lista es interminable. Pensemos cuántas miradas se cruzan entonces en el texto de Merton cuando lo leemos, a cuántas vidas nos asomamos al mismo tiempo, y todo eso desde la mirada contemplativa de alguien que está recurriendo siempre a la Biblia y a la tradición de la Iglesia.
Aquí reside lo más valioso del testimonio de Merton, y su universalidad, la amplitud con que resuena su testimonio y su mensaje. Por eso es una cantera inagotable para el buscador, para el discípulo que se adentra en los caminos de la contemplación y la interioridad. De este, y otros libros de Merton, seguiremos conversando.

domingo, 21 de diciembre de 2008

María dijo SÍ....


Lo primero, el SÍ de Dios al mundo. Lo necesario, lo vital, el SÍ del hombre y del mundo, a través del hombre, a Dios. El hombre es el encargado del mundo, su administrador. Ha de ponerlo todo al servicio de sí mismo, pero no como dueño, sino como quien ha de rendir cuentas, es decir, responsablemente, pues fue creado libre. En este cuarto y último domingo de Adviento, aparece MARÍA como figura de ese SÍ necesario, liberador, que lo creado ofrece a su Creador. María es la mujer del Adviento, la que se atreve a esperar, más allá de realidades concretas y turbadoras. Me atrevo a decir que ella es la mujer que sueña, la que ofrece un modelo para el "alma" que acepta entrar en una senda de renovación y encuentro con el Otro, el Infinito, el Inconmensurable. Dice San Bernardo que toda la creación aguardaba expectante la respuesta de María. Pero María no es básicamente la figura única, sino la figura integradora de un SÍ progresivo, un SÍ creciente, un SÍ amoroso; es el asentimiento de una Humanidad que es toda ella Cuerpo de Cristo sin saberlo. María es por eso también imagen de la Iglesia, que también ha de trocar el No en SÍ, que ha de descubrirse día tras día llena de Gracia, y permitirle a su Señor que la transforme nuevamente en lo que Él quiere.

Faltan apenas 5 días para celebrar la NAVIDAD. ¿Encontrará lugar en tí el Hijo de Dios para nacer de nuevo?

sábado, 20 de diciembre de 2008

A veces puede ser necesario...


"Hay un bien moral objetivo, un bien que corresponde al valor real del ser, que produce y confirma el significado interior de nuestra vida cuando obedecemos a sus normas. Tal acto nos integra en el entero movimiento vivo y en el desarrollo del cosmos, nos pone en armonía con todo el resto del mundo, nos sitúa en nuestro sitio, y nos ayuda a cumplir nuestra tarea y a participar fecundamente en la obra del mundo entero y en su historia, tendiendo a su sentido y cumplimiento definitivos. En resumen, es un acto de obediencia a Dios. A veces puede ser necesario que vayamos contra las normas sociales para obedecer a las normas reales del bien objetivo según la palabra directa de Dios. Pues cuando las normas de conducta de una sociedad se hacen arbitrarias, caprichosas y pragmáticas, hay gran peligro de que uno entre pasivamente en cooperación con la injusticia y el mal, y rehúse el previo mandato de Dios". (Thomas Merton; Conjeturas...)

jueves, 18 de diciembre de 2008

Adviento 3: Viene la luz.



"En el Adviento nos confrontamos claramente con nuestras necesidades y deseos
insatisfechos. Miramos por encima de los límites de nuestra vida. La mirada a la tierra
prometida hace que crezca en nosotros el anhelo de mudarnos y de no acomodarnos
para siempre en lo familiar y en lo conocido.
Quien logra celebrar la expresión de su nostalgia no tiene necesidad de ahogar sus
deseos insatisfechos en refugios enfermizos. Y así descubrirá en sí dónde radica el
peligro de huir hacia sucedáneos morbosos. La celebración del Adviento quiere
ayudarnos una vez más a transformar las huidas en deseos positivos.
En el tiempo de Adviento oímos las promesas de Dios tal como los profetas nos la
han transmitido. En ellas se nos ha anunciado que las aguas surgirán en medio del
desierto, que las espadas se cambiarán en arados y que el lobo y el cordero, la pantera y
el cabrito, vivirán juntos pacíficamente, esto no son ilusiones piadosas con las que los
profetas quieren arrullarnos; son más bien sueños en los que descubrimos nuestras
propias posibilidades. Son los sueños de Dios en nosotros.
Y en el Adviento nos hundimos en esos sueños nuestros de Dios para afirmar así
cada vez más nuestras propias posibilidades. Así nos damos cuenta de qué somos
capaces. Si Dios viene, entonces florecerá en nuestro corazón el desierto; entonces
brotará en medio de nuestro vació y sequedad una fuente que nos llenará de vida. O
como lo vemos expresado en otra imagen del profeta que empleamos constantemente
durante estos días: Un rocío caerá del cielo y fecundará la tierra. Las nubes del cielo
cubrirán a los justos a fin de que germine nueva vida y nuestro mundo vuelva a ser
habitable.
El desierto floreciente y el rocío fecunde fueron para Israel las imágenes con las
cuales se describió la llegada de Dios. En nuestras latitudes, la oscuridad y el frío
pasaron a ser más bien los símbolos de nuestro mundo que espera la venida del Señor.
En las tinieblas no nos podemos orientar, nos sentimos desamparados, abandonados: no
encontramos ningún camino para volver a casa. En las sombras nos agarramos a las
personas que están cerca de nosotros para no caer en un hoyo. El miedo ante la
inseguridad de nuestra existencia nos impulsa a sujetarnos a los hombres. Esperamos de
ellos que nos ayuden en nuestra inestabilidad, pero con ello abusamos de las fuerzas de
cualquier persona. Nadie puede darnos un apoyo definitivo, porque la oscuridad lo pone a él también en peligro. Por eso es un mensaje liberador lo que clama Isaías: “El
pueblo que andaba en las tinieblas ha visto una gran luz”
(Is 9,1). Esta palabra puede
tranquilizar nuestra angustia, puede traer luz a nuestras tinieblas".


Anselm Grün.
Nota: Hoy celebra la Iglesia una hermosa advocación de María: Nuestra Señora de la Esperanza. Me gusta mucho este título de la Virgen, y es para mí la Advocación que acompaña siempre mi Adviento. Aquí María es la madre y la hermana que en la fe me invitan a esperar siempre más de Dios. A pocos días de esta fiesta grande de los Cristianos que es la Navidad, María nos sonríe desde Dios y nos invita a ser fecundos para el mundo, desde la fe.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Un poco de verdad a la sombra de un mundo violento.

Thomas Merton fue un admirador de GANDHI y su programa de la No-violencia; publicó un libro con textos de Gandhi, elegidos por el propio Merton, y con un prólogo en el que presenta su visión del tema. Merton se implicó profundamente en el trabajo por la paz.
"La táctica de la no-violencia es una táctica de amor que busca la salvación y redención del adversario, no su castigo, su humillación, su derrota. Una presunta no-violencia que trate de derrotar y humillar al adversario con un ataque espiritual en vez de con un ataque físico, es poco más que una confesión de debilidad. La verdadera no-violencia es totalmente diferente a eso, y mucho más difícil. Se esfuerza por actuar sin odio, sin hostlidad, sin resentimieto. Trabaja sin agresión, tomando el lado bueno que sea capaz de encontrar ya en el adversario. Eso quizá sea fácil de decir en teoría. No es fácil en la práctica, especialmente cuando el adversario es incitado a la agria y violenta defensa de una injusticia que él cree justa. Por tanto, hemos de tener cuidado de cómo hablamos de nuestros adversarios, y aún más cuidado de cómo regulamos nuestras diferencias con nuestros colaboradores. Es posible que surjan las más agrias disputas y los odios más virulentos entre los que se entiende colaboran a favor de la más noble de las causas. No hay nada tan apropiado para arruinar y desacreditar un ideal santo como una guerra fratricida entre santos". (Página 83)
"Gandhi no quiere decir que todo el mundo pueda esperar hacerse no-violento sólo con desearlo. Pero todos los que comprenden vagamente esa necesidad de verdad han de buscarla por el camino de la no-violencia, ya que realmente no hay otro camino.Quizá no lo logren plenamente. De hecho, su éxito puede ser muy escaso. Pero con un poco de buena voluntad empezarán por lo menos a alcanzar la verdad. Por causa de ellos habrá al menos un poco de verdad en la sombra del mundo violento Esta idea de Gandhi, sin embargo, no puede comprenderse si no recordamos su optimismo básico sobre la naturaeza humana. Él creía que en las ocultas profundidades de nuestro ser, profundidades que a menudo están completamente aisladas de nuestro consciente modo inmoral de vivir somos en verdad más no-violentos que violentos. Creía que el amor nos es más natural que el odio. Que la verdad es la ley de nuestro ser". (Página 81)
"Conjeturas de un espectador culpable"

lunes, 15 de diciembre de 2008

Gracias.

Esta nota me ha sido enviada por la amiga Ana Teresa Bello; en este sitio podemos encontrar algunas imágenes de la ermita de Merton en Getsemaní y otras cosas de interés para acercarnos al mundo de Thomas Merton.

Amigos, es un placer comunicarles que los poderes detrás del Sistema de Difusión Pública de los EE.UU. (PBS por sus siglas en inglés) transmitirán esta semana el especial titulado Soul Searching: The Journey of Thomas Merton (Buscando el Alma: el Viaje de Tomás Merton) en su cadena de televisión. Soul Searching: The Journey of Thomas Merton es una producción de Morgan Atkinson of Duckworks, Inc. Para ver cortos de Soul Searching: The Journey of Thomas Merton, visiten su sitio-web en http://www.morganatkinson.com/. Cotejen estos listados para determinar cuándo el documental será transmitido por su estación de PBS local para así programar sus DVRs ó TVOs. Ya lo vi y certifico que es muy bueno.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Una mente que se arriesga.


Creo que una entrada anterior ya había compartido parte de este texto que transcribo a continuación, y que merece leerse detenidamente:

La fe cristiana es un principio de interrogación y lucha antes de llegar a ser un principio de incertidumbre. Hay que dudar y rechazar todo lo demás para creer firmemente en Cristo, y después que se ha empezado a creer, hay que poner a prueba y purificar nuestra fe. El cristianismo no es simplemente un conjunto de conclusiones predeterminadas. La mente cristiana es una mente que se arriesga a terribles purificaciones, y a veces, y muy a menudo, el riesgo se hace demasiado grande para ser tolerado. La fe tiende a ser derrotada por la ardiente presencia de Dios en el misterio, y busca refugio de Él, huyendo a cómodas formas sociales y convenciones seguras en que la purificación ya no es una batalla interior sino una cuestión de gestos externos” (Conjeturas de un espectador culpable).

Según las palabras de Merton, tener fe significa interrogarse; significa poner bajo condición toda nuestra vida, poner a prueba, “recapitular todas las cosas en Cristo”, diría San Pablo. Alguien dijo que la fe es luz y oscuridad al mismo tiempo. En cambio, muy a menudo, los cristianos son personas cerradas, rígidas, poco dadas al cambio; nos quedamos en eso que Merton llama “cómodas formas sociales y convenciones seguras”. En este tiempo del año, tiempo de espera, tiempo de cambio, tiempo de confianza, es esencial en el camino espiritual preparar camino a la “novedad absoluta” de Dios, en nuestra historia personal y en la historia humana. El que ama no teme, viene a decir San Juan.

viernes, 12 de diciembre de 2008

El Pastor (A propósito de la fiesta de San Juan de la Cruz)



1. Un pastorcico solo está penado,
ajeno de placer y de contento,
y en su pastora puesto el pensamiento,
y el pecho del amor muy lastimado.

2. No llora por haberle amor llagado,
que no le pena verse así afligido,
aunque en el corazón está herido;
mas llora por pensar que está olvidado.

3. Que sólo de pensar que está olvidado
de su bella pastora, con gran pena
se deja maltratar en tierra ajena,
el pecho del amor muy lastimado.

4. Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado
de aquel que de mi amor ha hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia,
y el pecho por su amor muy lastimado!

5. Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado
sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,
y muerto se ha quedado asido dellos,
el pecho del amor muy lastimado.
San Juan de la Cruz.
Nota: La foto, de una ermita en la huerta del convento OCD de Segovia.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Thomas Merton: 40 años de su muerte.




Hace hoy 40 años que perdimos a Thomas Merton.
Hace hoy 40 años que
lo ganamos
para
siempre.
Hace apenas 2 que este blog existe,
con la pretensión de darle a conocer,
de hacerle más amigo y maestro en estas lides del espíritu.

En muchos sitios se estará recordando esta fecha,
y se seguirá haciendo en los próximos meses.
La Iglesia y el mundo necesitan el testimonio de este hombre,
de este buscador de Dios, de su luz y su verdad.
Aquí, en este blog, seguiremos dejándonos acompañar por él.
Sin absolutos, sin ilusiones, pero abiertos siempre a lo trascendente,
al encuentro con el Jesús que también conoció Merton.
Recomendamos: Un especial sobre Thomas Merton en: http://www.palabracubana.org/


martes, 9 de diciembre de 2008

Hacerlo todo de nuevo.


“La tarea de nuestra vida es sólo y especialmente seguir siendo reales. La tragedia consiste en suponer que una sociedad, una institución, una causa, o incluso una Iglesia, harán la tarea por nosotros. Y nos resulta duro tener que reconocer que lo que hemos estado tratando de construir tiene que ser derribado y recompuesto de una manera mejor… y con muchas dificultades. Y sin embargo, siempre hay algo muy bueno en hacerlo todo de nuevo”.
(Carta de Thomas Merton a Margaret Randall; 6 de julio de 1967)

“La religión de nuestro tiempo, para ser auténtica, debe ser del tipo que escapa prácticamente a toda definición religiosa. Porque hubo definiciones interminables, verbalizaciones incesantes, y las palabras se convirtieron en dioses. Abundan tantas palabras que uno no puede llegar hasta Dios mientras se piense que Él se encuentra al otro lado de las palabras”.
(Carta de Thomas Merton a Ludovico Silva; 10 de abril de 1965)

“Si hay una ambición que podríamos permitirnos, y una forma de fortaleza, es tal vez esta especie de ironía sincera, ser un pedazo completo de ironía sistemática en medio de una vida totalitaria o capitalista”.
(Carta de Thomas Merton a Czeslaw Milosz; 12 de septiembre de 1959)

lunes, 8 de diciembre de 2008

Adviento 2: nostalgia de infinito.


"En el adviento celebramos deliberadamente durante cuatro largas semanas
nuestros anhelos,
y, en la medida en que los celebremos, adquieren una función
positiva. No necesitamos reprimir nuestras nostalgias, no necesitamos caer en la
decepción o en la resignación. Tampoco necesitamos describir nuestra vida con palabras
exageradas para evitar que el desengaño nos ahogue o para ocultarlo delante de los
demás. El que necesita describir siempre sus vicisitudes como algo extraordinario y
fuera de lo normal, ése, frecuentemente, no podrá enfrentarse con la realidad y tampoco
la aceptará. En el adviento nos enfrentamos con la realidad y, al mismo tiempo, con
nuestros anhelos, que desbordan la realidad de nuestra vida. Reconocemos que nuestra
nostalgia es tan grande que nada ni nadie podrá satisfacerla.
Tampoco el éxito más
grande, ni la mejor calificación de un examen, ni las más hermosas vacaciones: nada
podrá saciar nuestras ansias.
Precisamente en este tipo de experiencias muy intensas se despierta en nosotros un
anhelo que espera mucho más que lo que el momento puede ofrecernos o una
exacerbación pueda brindarnos. Esto lo experimentamos en el encuentro con los demás.
Si amamos a una persona y en conversación con ella notamos una coincidencia o
correspondencia por la cual rozamos un secreto que nos desborda, entonces, juntamente
con la satisfacción, surgen nuevos anhelos. Cuando una persona querida nos obsequia
con la sensación de un sincero afecto o de una profunda protección, entonces
barruntamos al mismo tiempo una seguridad y un afecto que son aún más profundos que
lo que en ese momento recibimos. Irrumpe, despierta en nosotros, la nostalgia de una
seguridad definitiva,
el anhelo de un dejarse caer totalmente en los brazos de otra
persona y de ser aceptado; de estar seguro, en casa, para siempre.
Toda vivencia profunda se desborda y suscita algo que sólo puede ser acallado y
colmado por Dios. El que quiere contentar sus anhelos por sí mismo necesita siempre
nuevos éxitos, siempre más placer, siempre más apego, más amor. Pero así abusa de sus
fuerzas y abusa también de los seres de quienes sueña recibir ese cariño, porque él
espera de una persona lo que en última instancia sólo Dios puede otorgar. Quiere tratar a
los hombres como si fueran dioses, perdiendo así la visión de una convivencia humana.
Si, por el contrario, en lugar de confiarnos a la nostalgia de los hombres nos entregamos
a Dios, entonces el anhelo nos da vida. Permanecemos despiertos, superamos nuestras
limitaciones y crecemos por encima de nuestra pequeñez.

En el Adviento deberíamos sentirnos reconfortados de todos nuestros desengaños.
Mi amigo, mi consorte, la comunidad o sociedad en la que vivo, todo es muy mediocre.
Yo había esperado más de ellos. Mi profesión no me llena, con tanta monotonía y
rutina. Sin embargo, en lugar de quejarse, debería decirme: está bien que así sea, que no
encuentre en ello mi último logro, que los hombres no llenen mis esperanzas, porque
esto me permite orientar hacia Dios mi nostalgia, esto me empuja hacia Él.
Si contemplo así mis desengaños, podré reconciliarme con la vulgaridad de mi
vida sin caer en la resignación, sino todo lo contrario; precisamente esa banalidad de mi
vida mantendrá despierto mi anhelo de Dios. Y así podré celebrar el Adviento,
esperando que el mismo Dios irrumpa en esta vida, entre en mi mediocridad y, de esta
forma, transforme todo.

Muchos no pueden soportar esta nostalgia y tiene que ahogarla, y así su anhelo se
pervierte y se convierte en adicción. Enferma, se vuelve drogadicto, porque no quiere
enfrentarse en su corazón con su propia nostalgia o no puede más. El miedo ante el
vació que la nostalgia nos revela llega a ser tan grande que hay que tapar semejante
agujero a toda costa, cueste lo que cueste. De lo contrario, se estaría inseguro en el
enfoque de la vida, que está completamente orientado a la satisfacción de los deseos de
aquí abajo. No se quiere mirar por encima del vallado de este mundo de puro miedo a
que la mirada pueda caer en un país que esté regado de leche y de miel, lo cual obligaría
a exiliarnos de nuestro propio territorio. Nos pasa lo mismo que a los enviados de Israel,
que se quedaron fascinados con la tierra prometida pero que, por miedo, describieron a
los hombres de ese país como enemigos gigantes porque no querían arriesgarse a salir
del entorno familiar". (Continuará...)
Texto de Anselm Grün.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Thomas Merton: un presentimiento.


El 21 de julio de 1968, escribía Thomas Merton a Ernesto Cardenal:

“Durante bastante tiempo he estado pensando en escribirte una carta decente. Hay varias razones para la demora. La principal es que aquí están pasando muchas cosas y tengo muchos planes para el fin de año. Pero nada es completamente seguro todavía. Voy a ir a Japón y luego a Tailandia, donde hay una reunión de abades católicos de Asia. También tengo que predicar un retiro en el monasterio cisterciense en Java. Después de eso no estoy seguro de qué podré hacer. Si puedo conseguir el dinero y los contactos espero por algún milagro llegar a Nepal en los Himalayas… y entonces veremos qué pasa. Birmania es también otra posibilidad; pero también se necesitará casi un milagro.
Si estos planes no resultan es posible que pueda llegar a Nicaragua para pasar unas pocas semanas contigo. En cualquier caso, cuando sea que vaya, quiero tener un período apartado y tranquilo de retiro después del viaje. Una cosa es cierta, que necesito verdaderamente soledad y necesito huir de la constante presión de las visitas y de las demandas más o menos superficiales en lo que se refiere a trabajo: artículos, comentarios, prefacios, etc. Aquí en Getsemaní soy demasiado conocido y accesible”.
Merton manifiesta en esta carta un deseo intenso dedesaparecer”, de esconderse. Está lleno de planes, muchos lugares que quiere visitar, ya sea en Asía o en América. Presiente que algo llega: “Tengo una sensación muy precisa de que se está abriendo un nuevo horizonte y no sé bien qué es”.
Merton morirá 5 meses después de escribir esta carta
.

viernes, 5 de diciembre de 2008

ADVIENTO: Volvemos a esperar.



"El año litúrgico comienza con el adviento, quiere decir llegada. Esperamos la
venida de Dios. Dios viene a nosotros de tres formas: en el nacimiento de Jesús hace
2000 años, en nuestras almas hoy y al final de los tiempos en forma gloriosa.
Como tiempo de espera, el Adviento debería ser un tiempo de silencio. En
nuestras latitudes, anochece mas temprano, las noches son más largas, hace mas frío. La estación del año ya invita de por si a enfrentarse con los presentimientos del corazón, a escuchar la voz de nuestro interior y a encontrar algo de tiempo para Dios, como recomienda san Anselmo:
"¡Arriba, tú, hombrezuelo! ¡Huye un poco de tus ocupaciones! Entra un instante en
ti mismo, apartándote del tumulto de tus pensamientos. Arroja lejos de ti las
preocupaciones que te agobian y aparta de ti las inquietudes que te oprimen. Búscate
tiempo para Dios y descansa. Habla con Dios y dile con todas tus fuerzas: “Quiero, oh
Señor, buscar tu rostro” (salmo 27,8). Señor mío y Dios mío, enseña a mi corazón
dónde y cómo tengo que buscarte, dónde y cómo puedo encontrarte".

Seria un buen ejercicio en el tiempo de Adviento que con frecuencia nos
sentásemos un rato, intencionadamente, sin hacer nada en absoluto, sino sencillamente concentrarnos en nuestro interior y preguntarnos: ¿Qué es lo que yo propiamente espero? ¿Qué es lo que anhelo? ¿Qué es lo que podría llenar mi vida? ¿Qué me falta?
Sería bueno si una vez, a propósito, nos levantásemos por la noche a velar, para salir al encuentro de Cristo, para esperarle, de la misma forma que se lee en el salmo 130: “Mi alma espera al Señor más que los centinelas esperan el alba”.
Qué significa esperar en el Adviento a la venida del Señor lo comprenderemos
fácilmente si consideramos qué es esperar a un ser querido. Mientras aguardamos el
momento ansiado, ya nos imaginamos cómo será el encuentro con la persona anhelada.
A menudo, nuestras expectativas no suelen quedar satisfechas. Esperamos más de lo
que el otro puede darnos. Nuestros anhelos superan todas las realizaciones humanas.
Con frecuencia nos sentimos defraudados por ese reencuentro, tan largamente esperado,
se desarrolla de forma que nos deja insatisfechos. Y no obstante, la próxima vez
volvemos a esperar lo irrealizable..." (Continuará
)

jueves, 4 de diciembre de 2008

Hace cuarenta años...


Este 10 de diciembre se estarán cumpliendo 40 años de la muerte de Thomas Merton. Ese día, del año 1968, estaba Merton en Bangkok, Tailandia, participando de un Congreso de Abades Cistercienses, al que había sido invitado para pronunciar una conferencia sobre “Marxismo y perspectivas monásticas”, tema de mucha actualidad en aquellos años de cambios y revueltas. El encuentro se celebraba en el Centro de Conferencias de la Cruz Roja, exactamente en Samutprakan, situado a unos 40 kilómetros de la ciudad. Como era habitual en sus reflexiones el tema resultó crítico y abierto, invitando a pensar en el papel que tendría que jugar el monje ante las urgentes necesidades de su tiempo.
En su reciente biografía de Thomas Merton, apunta Ramón Cao, acerca de las ideas de Merton en esa ocasión: “Que ya no había lugar para la confianza en unas estructuras en sí mismas valiosas, pero que podían ser desmanteladas por un poder político en cualquier momento. Que había que planear el futuro contando con la eventualidad de ser destruidos como institución: lo esencial de la vida monástica no eran ni los edificios, ni las vestimentas, ni la regla, sino la completa transformación interna, la puritas cordis, al servicio de la cual ha de estar todo lo demás”.
Se adelantaba Merton a las discusiones que habrían de suscitarse en la Iglesia sobre este tema; él invitaba a “ir más allá de la división” y “ahondar en la comprensión de lo auténticamente real”. Esa fue la última ocasión en que Merton fue escuchado y visto públicamente: se retiro a su habitación, recomendando antes a todos que se tomasen una coca cola y añadiendo: “Ahora, pues, desapareceré”. Fue encontrado más tarde en su habitación, ya muerto, cuando todos se inquietaron con su ausencia en el segundo momento en que le tocaba animar la discusión sobre lo que antes había expuesto.
Si con 54 años Merton nos había dejado una cantidad increíble de escritos, imaginamos cuánto más podía haber compartido si no lo hubiera sorprendido la muerte de una manera tan inesperada y absurda. Han pasado 40 años desde entonces, y el testimonio que ha dejado está más presente y vivo que nunca; creo que Merton es un maestro, pero sobre todo creo que es un ser humano en el que puede mirarse cualquiera de nosotros. Un maestro y un amigo que nos invita a recorrer la senda de la contemplación, de la pura confianza y de la vida plena.

Meta-necesidades.

"La psicología transpersonal se ha ocupado en las últimas décadas del misticismo y de las experiencias místicas. Demuestra que el misticismo no es solamente un camino hacia Dios, es también un camino hacia la verdadera libertad de la persona. La psicología transpersonal, como se la práctica actualmente sobre todo en los Estados Unidos, tiene muchos padres. Principalmente Abraham Maslow, quien desarrolló una psicología de la motivación. Entre las necesidades que motivan a las personas, él considera, además de las necesidades de seguridad, posesión, poder, pertenencia a un grupo, autoestima y autorealización, también las denominadas meta necesidades, como son la necesidad de verdad, de belleza, de bondad, de ampliación de la conciencia, de unidad consigo msmo y con Dios, de autotrascendencia. Las meta necesidades son inherentes a la persona. Dice Maslow: "Imponen veneración y adoración y exigen sacrificio. Vale la pena vivir y morir por ellas. Concentrarse en ellas y fusionarse con ellas es la felicidad máxima de la que es capaz una persona".
Así, también la vida espiritual es un ámbito esencial de la persona. "Sin ella la naturaleza humana no es completamente naturaleza humana. Forma parte del verdadero sí mismo, de la identidad, de la esencia de la persona" (Maslow)".
Anselm Grün.

Hay evidentemente un vínculo entre la psicologia y la espiritualidad, porque lo hay entre el desarrollo humano de cada persona y su desarrollo espiritual. La madurez humana y la espiritual andan de la mano, se sostienen mutuamente. La fe puede ayudar a sanar la psiquis de una persona, ayudarla a vencer una limitación, una dependencia. Recientemente un documento vaticano valoraba la ayuda de la psicología en el discernimiento vocacional, y eso es algo positivo, más allá del contexto en que aparece esa afirmación. Varios autores de espiritualidad contemporáneos utilizan la psicología como un elemento fundamental de sus escritos, y han resultado muy provechosos para hombres y mujeres de nuestro tiempo, creyentes y no creyentes.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Desde el corazón mismo de la vida.


"Los consagrados y las consagradas de este tiempo buscamos ser discípulos del amor, más que maestros. Sabemos muy bien que aprender a amar de verdad sólo es posible cuando dejamos atrás los modos conocidos y sabidos de la gramática del amor de nuestra cultura y nos adentramos en el territorio de lo que está por conocer. El discipulado es la condición de nuestro ser amante: siempre en proceso de aprendizaje, como los niños en la escuela, como los jóvenes en la vida o los adultos en su momento de madurez.

Somos muy conscientes de que solamente cuando nos arriesgamos a soportar el golpe de la sorpresa, que echa abajo lo que creíamos saber amar, es cuando comenzamos a saber lo que significa ser discípulos del verdadero amor. Queremos ir un paso por detrás de Aquel que, enamorando nuestro corazón, nos incita hacia lo nuevo, hacia las posibilidades ignoradas de nuestro ser. Seguidores de Aquel que, al incluirnos en su cariño, nos ha despertado energía nuevas, y nos ha sacado de las zonas en sombra de nuestra historia. El Amor que nos seduce el corazón y nos tienta a improvisar lo inédito de un mayor amor.

Nuestro aprendizaje del amor tiene una exigencia: debemos deja atrás nuestras prevenciones de enterados, para aprender de todos, de los que parecen o tener nada que enseñar y de los que se nos presentan como maestros consumados. De todos aprendemos, de todos los amores, los más nobles y los menos, los más heroicos y los más vulgares. Bien entendido que el camino del discipulado amoroso en el que nos iniciamos, es el camino de la frágil experiencia. Que sólo vamos a aprender a amar amando, desde el corazón mismo de la vida"


XavierQuinza.

"Pasión y radicalidad".

Sn Pablo, 2004.

domingo, 30 de noviembre de 2008

INTEGRACIÓN.


"Comenzamos a comprender la importancia positiva, tanto de los éxitos como de los fracasos y de los accidentes de nuestra vida, únicamente cuando nos vemos en nuestro verdadero contenido humano, como miembros de una raza que está proyectada para ser un organismo y un cuerpo. Mis logros no son míos: el camino para llegar a ellos fue preparado por otros.

El fruto de mis trabajos no es mío, pues yo estoy preparando un camino para las realizaciones de otros. Tampoco mis fracasos son míos, sino que pueden derivar del fracaso de otros, aunque también están compensados por las realizaciones de esos otros. Por tanto, el significado de mi vida no debe buscarse únicamente en la suma total de mis realizaciones. Sólo puede verse en la integración total de mis logros y mis fracasos, junto con los éxitos y fracasos de mi generación, mi sociedad y mi época. Pude verse, sobre todo, en mi integración dentro del misterio de Cristo".


Thomas Merton.

"Los hombres no son islas"

sábado, 29 de noviembre de 2008

ADVIENTO: buen provecho.


Mañana la Iglesia comienza una vez más su ciclo de celebraciones anuales, el llamado año litúrgico, que pretende ayudarnos a recorrer espiritualmente el camino de Jesús, y actualizar en nuestra propia vida el misterio del Dios que se hace hombre para que el hombre se haga Dios. Comenzamos así el ADVIENTO: cuatro semanas de preparación para la NAVIDAD. En este tiempo es recomendable siempre proponernos hacer una lectura sistemática de algún libro,que nos ayude a alimentar el deseo interior de comunión con Dios; puede ser un libro de meditaciones diarias, u otro cualquiera que dosifiquemos para irlo siguiendo día a día durante esta etapa. Un libro, por supuesto, que corresponda a nuestro estado espiritual en este momento. En este blog se han publicado otros años textos de Thomas Merton sobre ADVIENTO, que pueden encontrar si revisan en los archivos antiguos; yo a su vez intentaré encontrar otros que iluminen de algún modo estas jornadas.

Recomiendo dos libros de meditaciones para todo el año que yo mismo estaré siguiendo:

1- El año del Señor, segun los santos del Carmelo (Publicado por Editorial Monte Carmelo, Burgos, 1997.

2-La Religión de Jesús, De José María Castillo (DDB, 2008)

Hay muchos más: alguno de Anselm Grün dedicado precisamente a Adviento Y Navidad.

Aprovechar los recursos que tenemos a mano para que NAVIDAD sea la fiesta de nuestro propio renacer, de la constante novedad del Espíritu en nosotros.

Para todos, amigas y amigos de este blog: PROVECHOSO ADVIENTO!!!.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Beatificación en Cuba.


Esta semana tendrá lugar en Cuba, en la ciudad de Camagüey, la primera ceremonia de beatificación, en favor del religioso hermano de San Juan de Dios Fr José Olallo Valdés, apostol de la caridad y servidor de los pobres y enfermos. Una periodista de ABC me envió unas preguntas y dejo aquí mis respuestas para unirme así al gozo de los católicos cubanos.


¿Cómo vive un cristiano de Cuba un acontecimiento como este?
Una beatificación como la de Fray Olallo, ¿es un impulso para la comunidad cristiana de Cuba?
¿Qué tipo de actos prepara la Iglesia cubana para una celebración de estas características?
1- El reconocimiento de la santidad de un miembro de la Iglesia cubana, el segundo realmente, pero el primero que desarrolló su vocación en Cuba, es un motivo de alegría para todos los que hemos vivido durante los últimos 50 años la fe en la isla. Ser católico supuso en estos años hacer una opción a contracorriente, y entrar en una dinámica que conjugaba Tradición (con mayúsculas) y libertad. La Iglesia católica cubana está llena de santos anónimos, hombres y mujeres que con su fidelidad han mostrado que "creer" no es algo del pasado, que no supone estar al margen del mundo real, y que tenemos mucho que aportar como creyentes a la sociedad del futuro. De ahí que estos acontecimientos puntuales, pensemos en el ENEC, en la visita de Juan Pablo II, en la próxima celebración de los 400 años de la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba, y por supuesto, la beatificación del P.Olallo, sean momentos particulares de gracia para renovar nuestra condición de discípulos de Cristo y miembros de la Iglesia católica en Cuba.
2- Estoy seguro, y ese era el espíritu con que se preparaba este momento, que esta celebración marcará un hito en la historia de la Iglesia cubana. La diócesis de Camagüey, donde se va a celebrar la beatificación, pues fue allí donde ejerció su apostolado el P.Olallo, vivirá este momento por todo lo alto, y de todo el país acudirán los católicos para compartir esta alegría. Estoy seguro también que ayudará a visibilizar más a la Iglesia que peregrina y trabaja en Cuba, que abrirá puertas para que esta pueda ejercer mejor su misión, y que además será un importante momento evangelizador, que tocará corazones, que provocará conversiones y que también, Dios lo quiera y la Virgen y el P.Olallo nos ayuden en ello, será llamado vocacional para los jóvenes cubanos, a los que Cristo necesita para anunciar su Reino.
3- Desde hace meses las diferentes publicaciones de la Iglesia cubana han venido preparando este momento. Es un camino largo, en el que los Hnos de San Juan de Dios, congregación a la que pertenecía Olallo, han tenido un papel fundamental, difundiendo el testimonio de fe y vida de este hombre santo, que trabajó con y por los pobres y enfermos de su tiempo, desde el servicio sencillo de su consagración. El 29 de noviembre, a las 8 de la mañana, en la plaza de la Caridad, de la ciudad de Camagüey tendrá lugar la ceremonia, en presencia de los restos mortales del P.Olallo. Supongo que los que no estén presentes se unan celebrando la eucaristía, e incluso tal vez, como otras veces, se pueda seguir la celebración a través de la televisión nacional. Será, eso sí, estoy seguro, un momento de gracia para los católicos cubanos en la isla, que hoy como nunca antes necesita de nuestro testimonio y nuestro mensaje , de los valores del Evangelio, como un rico aporte a los cambios que todos anhelan.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Empezar a vivir por la fe.


El día 16 de noviembre Thomas Merton fue bautizado como católico en la Iglesia del Corpus Christi de Nueva York. Sus búsquedas espirituales le llevaron poco a poco a un encuentro que resultó esencial, y transformador. Pero la vida espiritual es dinamismo puro, es cambio, y esa búsqueda que iniciamos un día no termina núnca. Años después, en medio de otro proceso purificador y de maduración espiritual escribiría lo siguiente en su diario:


"Lo principal que me ha impactado hoy ante el Santísimo Sacramento ha sido que me he ocupado demasiado de la marcha de mi vida.

Me pongo en manos de Dios y me aparto de nuevo empeñado en leer absolutamente todo en pos de mis propias conclusiones. Con esa condición, me abandono a Él.

¿Consecuencia? Buscamos el bien, y vemos que encontramos perturbación. Decimos: !paz! !Paz!, !Y no hay paz!

Jesús, me pongo en Tus manos. Descanso en tu sabiduría, que ha dispuesto todas las cosas para mí. Te prometo dejar de bajarme de tus brazos para intentar caminar con mis propios pies, olvidando que y no estoy en el suelo ni cerca de él.

Ahora, por fin, permíteme empezar a vivir por la fe. Buscad primero, pues, el Reino de Dios"


16 de noviembre de 1947.

martes, 25 de noviembre de 2008

La fe y la comunidad.


"Cuando una espiritualidad divide a las personas en creyentes y no creyentes, en ortodoxos y en herejes, en piadosos e impíos, en buenos y malos, es signo de una espiritualidad enfermiza. Cuando tras días de reflexión religiosa, la mitad de la clase está extasiada con Cristo y la otra mitad no quiere saber nada y es tildada por los demás de incrédula, entonces, la fe que se trasmite allí no es la fe de Jesucristo. Jesús nunca clasificó así a las personas. Incluso en los pecadores y en los publicanos, vio la esencia buena y el anhelo de la fe y se dirigió a estos.

La fe, tal como la describe San Benito en su regla, debe desafiar a los fuertes y alentar a los débiles. Por un lado, no deberá dejarnos nunca en paz, y por otro, tampoco deberá dejarnos con cargos de conciencia. El cargo de conciencia no es, como algunos sacerdotes creen, símbolo de una persona piadosa, sino, más bien, indica que alguien gira demasiado en torno a sí y a su perfección, en lugar de mirar al Dios misericordioso que lo acepta y en el que puede regocijarse con agradecimiento.

Uno puede ser un auténtico pregonero del mensaje de júbilo de Jesús sólo cuando está en comunidad. Pues solamente en la convivencia, experimentamos cuánto dependemos de la misericordia de Dios y cómo, sólo desde ella, podemos vivir entre nosotros con humanidad. Por eso, no podemos hablar en abstracto de la misericordia de Dios, sino solamente cuando la experimentamos y vivimos en convivencia con los demás".


Anselm Grün.

"Con el corazón y todos los sentidos"

Lumen.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Trascender la dualidad.


"Dios se hizo hombre. Asumió la debilidad y la mediocridad humanas y Se ocultó, haciéndose un ser humano anónimo e insignificante en un lugar sin importancia alguna. Y no quiso en ningún momento dominar sobre los hombres, ser Rey, Jefe, Reformador o Superior a sus criaturas de alguna manera. No quiso ser más que su hermano, su consejero, su siervo y su amigo. No fue una persona important, en el sentido humano del término, aun cuando desde entonces hemos hecho de Él La Persona Más Importante. Ésta es otra cuestión: pues, aun cuando es muy cierto que Él es el Rey y Señor de todo, el vencedor de la muerte, el juez de los vivos y de los muertos, el Pantokrator, sigue siendo también el Hijo del Hombre, escondido, desconocido, sin importancia, vulnerable: pueden incluso matarlo. Y cuando el Hijo del Hombre fue ejecutado, resucitó de entre los muertos y volvió a estar con nosotros, pues dijo: "Matadme; esto no tiene ninguna importancia".

Habiendo muerto, Su Persona ya no muere más. Pero por haberse hecho hombre, haber unido la naturaleza humana a la Suya y haber muerto por el hombre y resucitado como hombre de entre los muertos, consiguió hacer Suyos los sufrimientos de todos los hombres; la debilidad y la vulnerabilidad de estos se hicieron Su debilidad y Su vulnerabilidad.; hizo Suya la insignificancia de los seres humanos. Pero al mismo tiempo dio a los hombres Su poder, inmortalidad, gloria y felicidad, y éstas pudieron hacerse de ellos. Así, si el Dios-Hombre es todavía grande, es más por nosotros que por Su deseo de ser grande y fuerte, ya que para Él fuerza y debilidad, vida y muerte, son dualidades que no le conciernen, pues está por encima de ellas en SU trascendente unidad. Con todo, quiere alzarnos también a nosotros por encima de esas dualidades, haciéndonos uno con Él. Pues, aun cuando el mal y la muerte pueden tocar el efímero yo exterior en el que habitamos, separados de Él, en el que estamos alienados y exiliados en la irrealidad, jamás pueden tocar el yo real interior donde hemos sido hechos uno con Él.

Porque Dios, al hacerse hombre, se convirtió, no sólo en Jesucristo, sino también, potencialmente, en todos los hombres y mujeres que han existido y existirán jamás. En Cristo, Dios se hizo no sólo este hombre, sino también en un sentido más amplio y más místico, aunque no menos cierto, todo hombre".


Thomas Merton.

Nuevas semillas de contemplación.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Una teología narrativa.

Se habla hoy con frecuencia de recuperar lo que se ha dado en llamar "teología narrativa", es decir volver a valorar el modo teológico de presentar las verdades de la fe tal y como se hace en los Evangelios, y en la Sagrada Escritura en general. Esto, sin que rechacemos la teología más racional. Se trata de revalorizar las vivencias concretas de fe, que en la Iglesia han estado presentes en los hombres y mujeres santos, presentados como modelos e intercesores ante el Pueblo de Dios, pero esto ha quedado generalmente al margen de la reflexión teológica sistemática. Es decir, los "santos" para el pueblo sencillo, mientras que la razón teológica es para los estudiosos. Algunos autores del pasado siglo XX intentaron un acercamiento diverso, como es el caso de Romano Guardini o Von Balthasar, pero sigue siendo necesario hoy que se adopte un nuevo modo de hacer teología, donde se conceda un mayor especio a la experiencia espiritual de hombres y mujeres concretos, cristianos ejemplares.
Así he intentado acercarme yo en los últimos tiempos a las biografías de figuras contemporáneas; en primer lugar Thomas Merton, pero también Henri Nouwen, Simone Weil, Etty Hillesum, y otros tantos. Veo en ellos, en el testimonio de su vida y sus escritos una verdadero "teología" que combina audazmente la teoría con la práctica, abriendo nuevos caminos y horizontes en el acceso al "Misterio" de Dios.

martes, 18 de noviembre de 2008

Una fuente de energía muy real.


Thomas Merton vivió los últimos años de su vida en una época compleja y cambiante; la década de los 60, que trajo importantes cambios en el mundo, políticos y también religiosos. Por eso, entre sus reflexiones ocupa un lugar importante la relación del ser humano con ese mundo que se abre a una nueva era, y que no siempre lo hace inteligentemente, salvando lo esencial.


"Los griegos creían que cuando un hombre tenía demasiado poder para su propio bien, los dioses le arruinaban ayudándole a aumentar su poder a expensas del buen juicio, de la prudencia, la templanza y la humanidad, hasta que eso le llevaba automáticamente a su propia destrucción".


"No nos sirve hacer progresos fantásticos si no sabemos cómo vivir con ellos, si no podemos hacer buen eso de ellos, y si, de hecho, nuesta tecnología no llega a ser más que un modo caro y complicado de desintegración cultural".


En su libro "Conjeturas de un espectador culpable", cita a otros autores, en esta misma línea de pensamiento; por ejemplo, a Bertolt Brecht: "Ay, nosotros. Que quisimos poner los cimientos de la bondad. No supimos ser también bondadosos".


Bonhoeffer: "El malvado y el santo tienen poco que ver con estudios éticos sistemáticos. Emergen de las profundidades primigenias y con su aparición dejan abierto el abismo, infernal o divino, de que vienen, y nos permiten ver por un momento misterios que ellos nunca habían soñado".


El hondo sentido del humor de Merton le ayudó a asumir e integrar toda esa realidad que iba naciendo y que desafiaban sus opciones personales. Así, escribe:


"Nuestra capacidad de vernos objetivamente y criticar nuestras propias acciones, nuestros propios fallos, es fuente de una energía muy real. El mayor peligro (que enfrentamos) es la dogmática falta de humor de los que se designan a sí mismos como realistas. Por mi parte... no dejaré de reirme hasta que me tapen la boca con polvo radiactivo".


domingo, 16 de noviembre de 2008

Estar en otra parte.


"...y tú vivías en la impaciencia,

porque sabías que esto no era todo.

Vivir no es más que un fragmento... ¿de qué?

Vivir no es más que un eco...¿de qué?

Vivir sólo tiene sentido en relación

con los numerosos orbes del espacio

que se expanden hasta el infinito...

vivir no es más que el sueño de un sueño,

pero velar es estar en otra parte".


(Rainer Maria Rilke, "Requiem")
Este poema de Rilke aparece citado en el libro que leo sobre Etty Hillesum, y he querido compartirlo en esta mañana de domingo. En el oficio y la eucaristía resonó en mis oidos un texto bíblico que me dice: "Eres hijo de la luz e hijo del día, no de la noche ni de las tinieblas". Siempre me ha gustado el símbolo de la luz, quizá porque aun veo muucha oscuridad dentro de mí. Es una imagen que me gusta evocar, que utilizo en mi meditación también. Una luz encendida dentro de mí, pequeña primero, y que va creciendo luego hasta alumbrarlo todo. La luz tiene que ver con el nacer también; y con la vida. Me he repetido varias veces esta mañana: Soy hijo de la luz, y la luz está en todas partes. La vi ayer tarde en esas hojas que los vientos de otoño han dejado caer al pavimento. La quiero ver también, la luz, brillando en medio de mi oscuridad.


jueves, 13 de noviembre de 2008

Etty Hillesun: forjada en un fuego de infierno.







Recientemente publicamos acá algunos textos de Etty Hillesum, y algunos amigos y amigas del blog me preguntaron dónde leer más de y acerca de esta mujer. Para todos los interesados, en español ya están publicados su Diario y sus cartas. Además, exísten actualmente algunos libros sobre ella que combinan un acercamiento biografico, un análisis de su experiencia espiritual y textos suyos. Por ejemplo, en Sal terrae esta publicado: "Etty Hillesum. Una vida", de Sylvie Germain, y también "Etty Hillesum. Una vida que interpela", de José Ignacio Golzález Faus. Cualquiera de estos títulos nos puede servir para introducirnos en el conocimiento de Etty, una mujer singular, que casi pasa desapercibida, y que por suerte para nosotros escribió cartas y diario en los últimos tiempos de su vida antes de que esta le fuera arrabatada por la maquinaria nazi.

"¿Tengo una actividad demasiado intensa? Es que quiero conocer este siglo por fuera y por dentro. Lo palpo cada día, tengo en la punta de los dedos los contornos de nuestro tiempo...Me sumerjo incesantemente en la realidad. Me confronto con todo lo que se cruza en mi camino. A veces tengo la impresión de desollarme viva. Se diría que me meto de cabeza en todo y antes que nadie, con todas mis fuerzas, para no recoger más que heridas y chichones. Pero imagino que tiene que ser así. A veces creo que estoy hundida en un fuego de infierno para ser forjada en él. Pero forjada ¿para convertirme en qué?".

lunes, 10 de noviembre de 2008

Ni diablo ni ángel.

Un aspecto importante en la vida espiritual es el conocimiento propio, y así lo han presentado los maestros espirituales de todos los tiempos. Teresa de Ávila hace una descripción preciosa de la interioridad humana cuando hace la comparación con el "castillo interior" y sus moradas, hablando de la hermosura del alma. Es muy importante saber quiénes somos los que nos adentramos en la senda espiritual, y no cargar las tintas en el tema de la culpa y el desprecio hacia lo carnal. A propósito de esto, un pasaje de Merton, en el que rescata la bondad del ser humano y su capacidad para el bien.
"La naturaleza humana no es maligna. No todo placer es desaconsejable. No todos los deseos espontáneos son egoístas. La doctrina del pecado original no pretende afirmar que la naturaleza humana esté completamente corrompida y que la libertad del hombre se incline siempre al pecado. El hombre no es ni un diablo ni un ángel. Ni es un espíritu puro, sino un ser de carne y espíritu, sujeto a error y malicia, pero profundamente inclinado a buscar la verdad y la bondad. Es, desde luego, un pecador, pero su corazón responde al amor y a la gracia. Y también responde a la bondad y a las necesidades de sus semejantes".


Thomas Merton. "Vida y santidad".

jueves, 6 de noviembre de 2008

Un ministerio creativo.

"Un ministro cristiano jamás podrá serlo si su fe más íntima y su visión de la vida no son el centro de su trabajo pastoral. Por eso, el ministerio y la espiritualidad jamás pueden darse por separado. El ministerio no es algo que se lleva a cabo como un trabajo de ocho a cinco. Es, fundamentalmente, un estilo de vida que tienen que ver y palpar los demás. Sólo así es posible la liberación.
Hoy existe una gran hambre de una nueva espiritualidad que signifique una experiencia de Dios en nuestras propias vidas. Esta experiencia es esencial para todo ministro, pero no se la puede encontrar fuera de los límites de su ministerio. Tiene que ser posible encontrar las semillas de esta nueva espiritualidad en la propia esencia del servicio cristiano. La oración no es una preparación para el trabajo o una condición indispensable para que el ministerio sea eficaz. La oración es vida. La oración y el ministerio son una misma cosa y jamás pueden separarse".

"Un ministerio creativo". Henri Nouwen.
Nota: Vean que Nouwen habla de ministerio, por lo que es una denominación incluyente; aplíquese también a los ministerios laicales.

La gracia no es "algo", es Dios.


Estoy leyendo mucho a Merton en estos días, varios de sus libros a la vez, entre otras cosas para ir descubriendo las claves y los textos que definan la línea de mi tesina en la universidad. De esas lecturas les traigo algún texto que seguro les resulta iluminador.


"Nuestro concepto de la gracia puede ser nebuloso e irreal. De hecho, cuanto más tratemos la noción de gracia de un modo semimaterialista y objetivado, tanto más irreal resultará. En la práctica, tendemos a imaginar la gracia como una especie de sustancia misteriosa, una "cosa", un producto que nos otorga Dios, algo así como carburante para un motor sobrenatural. La contemplamos como una especie de gasolina espiritual que creemos necesaria para recorrer nuestro itinerario hacia Dios.

Desde luego, la gracia es un gran misterio, y sólo podemos referirnos a ella mediante analogías y metáforas que tienden a confundirnos. Pero ciertamente esta metáfora es tan desorientadora que resulta totalmente falsa. La gracia no es "algo con lo que " hacemos buenas obras y alcanzamos a Dios. NO es una "cosa" o una "sustancia " totalmente separada de Dios. Es la misma presencia y acción de Dios dentro de nosotros. Por tanto, resulta claro que no se trata de un producto que "necesitamos obtener" de Él para ir hacia Él. A todos los efectos prácticos, podríamos igualmente decir que la gracia es la cualidad de nuestro ser resultante de la energía santificante de Dios que actúa dinámicamente en nuestra vida. Por eso en la literatura primitiva, y especialmente en el Nuevo Testamento, no se nos habla tanto de recibir la gracia como de recibir el Espíritu Santo, el propio Dios".

Negrita

"Vida y santidad", Thomas Merton, Páginas 42 y 43.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Comentarios...


En estos días he tenido la satisfacción de recibir un correo de Francisco R.de Pascual, monje trapense, principal animador de la difusión de la obra de Thomas Merton en España, junto a Fernando Beltran Llavador. Con ellos había tenido algún contacto desde Cuba, pero esporádico, dadas las dificultades con las comunicaciones. Ahora me satisface saber que han pasado por acá, por el blog, y que les gusta, y su disposición para que en algún momento podamos encontrarnos y compartir sobre este tema de interés común. para mí es una tremenda satisfacción formar parte de la familia mertoniana, y de ayudar en algo desde este espacio a difundir el mensaje espiritual de Merton.

Por otra parte, he podido también acceder a otro libro de Thomas Merton que sólo conocía de oidas; me refiero a "La revolución negra", que fue publicado por la Editorial Estela S.A., y traducido por Angeles Maragall. Aunque este libro responde a una circunstancia muy concreta del momento en que fue escrito, es importante para seguir ahondando en el talante humano de Merton, en su modo de mirar la realidad.

No me sobra tiempo para escribir acá, pues ahora debo dedicar una buena parte del día al estudio, y aunque estoy leyendo intensamente a Merton no puedo ahora mismo compartirles lo que escribo hasta que no sea revisado oficialmente por los profesores. No obstante, mantengo el propósito de ir dejando siempre algunos textos de Merton y otros autores afines a su espíritu; de modo especial estoy ahora revisando la obra de algunas mujeres, que me parecen geniales: Simone Weil, Etty Hillesum, Juliana de Norwich.

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.