Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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viernes, 27 de abril de 2012
LIBERTAD
LENGUAJE SIMBÓLICO
ROBERT LAX, amigo de TM
MERTON y MARGIE
EL CAMINO DE LOS MAESTROS ESPIRITUALES
sábado, 21 de abril de 2012
SACERDOCIO EN TM
martes, 17 de abril de 2012
BUSCAR LA VERDAD
jueves, 12 de abril de 2012
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!!
Suenan sobre nuestros afanes para recordarnos que todas las cosas son pasajeras y que nuestras preocupaciones no son importantes.
Nos hablan sobre nuestra libertad, que las responsabilidades y los cuidados transitorios nos hacen olvidar.
Son la voz de nuestra alianza con el Dios del Cielo.
Nos dicen que somos su templo verdadero. Nos llaman a la paz con Él en nosotros.
El Evangelio de María y de Marta se lee al final de un toque de campanas a fin de recordarnos todas estas cuestiones.
Las campanas dicen: los negocios no importan. Reposa en Dios y regocíjate, pues este mundo es solamente la imagen y la promesa de un mundo que vendrá, y sólo quienes están desapegados de las cosas transitorias pueden poseer la sustancia de una promesa eterna.
Las campanas dicen: hemos hablado durante siglos desde las torres de las grandes iglesias. Hemos hablado a los santos, a tus padres, en su tierra. Los hemos convocado, como te convocamos a ti, a la santidad. ¿Cuál es la palabra con que los llamamos?
No dijimos simplemente: Sean buenos, vengan a la iglesia. No dijimos simplemente: cumplan los mandamientos, sino sobre todo: ¡Cristo ha resucitado! Y dijimos: Ven con nosotros, Dios es bueno, la salvación no es difícil. ¡Su amor la hizo fácil!
Y éste, nuestro mensaje, siempre fue para todos, para los que acudieron y para los que no acudieron, pues nuestro canto es perfecto, así como el Padre celestial es perfecto, y derramamos nuestra caridad sobre todos”.
Thomas Merton
Pensamientos en la soledad.
SOBRE LA ORACIÓN
“La oración es nuestra auténtica libertad… es en la oración donde somos verdadera y plenamente nosotros mismos y no estamos bajo ningún poder, autoridad o dominación”. (174)
“Cuando hablas de la oración, nunca sabes si lo que estás diciendo tiene sentido para otros o no. Hablas acerca de lo que tú piensas, y no sabes si logras comunicar con tu auditorio. La oración no es lógica o razonable. No hay nada razonable en la cruz, que es completamente irrazonable. Es ilógica. ¿Qué puede haber de más ilógico que el hecho de que Dios se digne venir a la tierra y morir en la cruz? Es la cosa más ilógica jamás ocurrida, pero sucedió porque Él la hizo, porque Él deseó hacerla y porque nos amó. En el amor no existe lógica. El amor va mucho más allá de la lógica”. (175)
“Lo que nosotros necesitamos es una teología que sea capaz de fundamentar la oración, que acompañe a la oración y le dé una cierta estructura, porque, de lo contrario, si sólo tienen oración y nada de teología, es como si tuvieran agua pero carecieran de recipiente para ponerla. La oración no les va como el agua, pero si tienen una teología que pueda contenerla, puesta como límite externo a su alrededor, sabrán dónde se encuentran. Ustedes pueden hacerle compañía, pero lo que cuenta es el agua, no el cubo. Si prestan excesiva atención al cubo, se olvidarán del agua y de nuevo se encontraran con dificultades. El cubo es útil, pero lo que ustedes desean es el agua. Ese es el tipo de teología que necesitan, y naturalmente, la Biblia la tiene. La teología bíblica les ofrece un contenedor para la oración”. (176)
“Nuestras relaciones con Dios son de tipo personal, nosotros no tratamos con Dios de acuerdo a un determinado sistema. La oración nos trasporta más allá de la ley. Cuando están rezando, en cierto sentido son ilegales. Entre el corazón y Dios no e interpone ninguna ley. La ley queda fuera de nuestra relación íntima con Dios, y si haces que en las relaciones íntimas de tu corazón con Dios haga acto de presencia una ley confundes las cosas. Entre el alma y Dios no existen leyes. Pero esta situación no es natural, sino el resultado de la redención, el resultado de Cristo. En otras palabras, si no existen leyes, no hay naturalmente una ley de oración, no existen sistemas. Los sistemas son buenos hasta cierto punto, pero toda su utilidad consiste en que ellos pueden ayudarnos a alcanzar el punto en que desaparece todo sistema, allí donde el trato con Dios es absolutamente libre, tanto por tu parte como por parte de Dios”. (178-180)
“La única regla que mantiene su validez en la oración es que no digan nunca nada que no sientan en el corazón. Si no sienten nada, no digan nada. No hablen si no sienten lo que van a decir”. (180)
“Dos semanas en Alaska” Diario, cartas, conferencias.
Thomas Merton
ONIRO, 2000
CONFIAR EN ÉL SIGNIFICA MORIR
“Las palabras son mucho más penetrantes en su contexto. Algunos gentiles habían preguntado a Felipe si podían hablar con Jesús. Ésta fue la respuesta de Nuestro Señor: ellos no podían llegar a Él a través de Felipe y de Andrés; ni siquiera podían llegar a Él hablándole, porque las palabras no les unirían con Él. Sólo pueden llegar a É, si Él muere por ellos.
Queda Él solo. San Juan subraya cada vez más la soledad y el aislamiento moral de Cristo antes de Su pasión. Cristo está solo desde el principio porque es Dios y todos los demás son hombres. Está solo porque nadie puede comprenderle. Ya en el capítulo sexto una multitud de discípulos. Le abandona porque Su doctrina de la eucaristía rebasa su comprensión. Luego, Le aísla el creciente odio de los fariseos, que forman un frente cada vez más fuerte y compacto contra Él, forzando a los demás a que huyan de Su lado. Le aísla Su propia grandeza, que Le eleva cada vez más sobre Sus enemigos. Se encuentra solo entre los hombres que Le odian o que no saben amarle, porque son incapaces de comprenderle tal y como realmente es. No obstante, hay algunos que desean llegar al verdadero conocimiento y amor a Él. Si desean estar con Él, Él tiene que pasar a través de la muerte y llevarlos consigo a la vida”.
(Aquí tengo mis dudas, con perdón de mi querido maestro. A mi entender, la soledad que Cristo experimenta es la soledad que experimenta todo ser humano, único e irrepetible. El hecho de ser el Hijo no le aísla del ser humano, mucho menos su grandeza; todo lo contrario, justo porque es la “grandeza” de Dios, le acerca a todos y a todo).
“Me encuentro solo en el mundo, pero con una soledad diferente de la de Cristo. Él estaba solo porque Él era todas las cosas. Yo estoy solo porque no soy nada. Me encuentro solo en mi insuficiencia: dependiente, desvalido, expuesto a cualquier contingencia, y nunca estoy completamente seguro de que confío realmente en Aquel de quien dependo.
Y, sin embargo, confiar en Él significa morir, porque para confiar perfectamente en Dios es preciso abandonar la confianza en todo lo demás. Y yo temo esa muerte. Lo único que puedo hacer es convertir mi temor en parte de la muerte de que he de morir, para vivir perfectamente en Él”.
(Aquí Merton suscribe una teología que aposta más por la exclusión y la diferencia; yo prefiero hablar de que confiar en Dios es confiar en todo lo demás y todos mis semejantes, y justo está en eso el morir que libera. Algunos hablan de una especie de “competencia” entre el amor a Dios y el amor a otros seres humanos; yo creo que a Dios se llega siempre a través de mediaciones humanas, y se le ama amando bien y libremente nuestra humanidad).
Los textos de TM, tomados de: “El signo de Jonás”, páginas 271 y 272. DDB.
TM. Camino al sacerdocio.
El 30 de mayo de 1948, en un día de retiro, Merton escribe:
“He pasado un mal rato tratando de imaginar qué es lo que va a significar para mí el hecho de hacerme sacerdote. A veces me aterroriza la idea de entrar a formar parte de una casta llena de limitaciones espirituales y de rigidez, pero el sacerdocio no es realmente eso, aunque algunas personas lo presenten de esa manera. En último término, la única solución a ese problema está en la obediencia. Yo sigo adelante por obediencia. Si mis superiores desean que yo sea sacerdote, esto por lo menos es sensato. Dios lo quiere, y quiere que sea algo bueno para mí, aunque puede comportar una muerte inimaginable”.
A Merton le ha constado insertarse en ese mundo medieval que se conforma por las observancias monacales, y también su formación cultural le hace ver más allá del ideal que durante esos años conservaba, aunque siempre matizado de ironía y humor, con lo que desmontaba una comprensión excesivamente piadosa de la realidad. Siempre es crítico con la fealdad o ñoñería de ciertas imágenes y devociones católicas. También entonces tendrá que purificar y redescubrir el sentido de su vocación sacerdotal; de ahí esa frase que apunta el texto anterior, el sacerdocio visto como “una casta llena de limitaciones espirituales y de rigidez”, y entendido, a fin de cuentas, como “una muerte inimaginable”. En él hay siempre un elemento de libertad y autonomía que se resiste, y escribe en esa misma entrada del diario: “A veces quiero huir, ser un vagabundo y recorrer los caminos sin nada”.
Meses después, casi al terminar el año 1948, escribe que puede ver “cuán incompleta e inmadura ha sido hasta ahora mi noción de la vocación sacerdotal” , y se prepara para recibir el diaconado, estudiando los ritos y funciones concretas de cada ministerio litúrgico en la vida monástica: “Estoy dispuesto a amar la liturgia sobre todas las cosas”. Su ordenación sacerdotal, para la que se prepara junto con otro monje, se pospone en varias ocasiones, por motivos diversos, y finalmente se fija la fecha del 26 de mayo de 1949. Algunos elementos de interés que pueden resaltarse en este período preparatorio: se siente solidario con sacerdotes que son perseguidos, en particular los que viven en países comunistas. Puede mirar atrás y reconocer que aquellos sentimientos negativos respecto al sacerdocio han desaparecido , y que ahora puede ver, definitivamente, que “las órdenes mayores son una de las grandes gracias de mi vida”.
sábado, 7 de abril de 2012
EL MEDIO DIVINO
(Teilhard de Chardin)
Este texto pertenece al libro “El Medio Divino”, y comparte la idea de no contraponer a Dios con las criaturas (bueno/malo, es decir, irreconciliables) tal y como aparece, por ejemplo, a primera vista, en San Juan de la Cruz. Resulta interesante la idea de “la fuerza espiritual de la materia”. (“reivindicar y exaltar aquello que el Señor quiso revestir, salvar y consagrar: la santa materia”.)
¿Qué es la materia?: el conjunto de las cosas, de las energías, de las criaturas que nos rodean, en la medida en que estas se presentan a nosotros como palpables, sensibles, naturales. Será el medio común, universal, tangible, infinitamente móvil y variado, en cuyo seno vivimos sumergidos.
Es una fuerza bifásica:
1- Es la carga, la cadena, el dolor, el pecado, la amenaza de nuestra vida. Es lo que lastra, lo que sufre, lo que hiere, lo que tienta, lo que envejece. Por la materia somos paralizados, vulnerables, culpables. (“¿Quién nos librará de este cuerpo de muerte?”).
2- Pero, también la materia es, al mismo tiempo, la alegría física, el contacto exultante, el esfuerzo virilizador, la felicidad de crecer. Es lo que atrae, lo que renueva, lo que une, lo que florece. Por la materia nos hemos alimentado, elevado, ligado al resto del mundo, hemos sido invadidos por la vida. Leer 2 Cor 5,4.
El ascetismo gusta de detenerse tan sólo en la fase primera, es decir, la que está vuelta hacia la muerte. Pero, “¿Qué sería de nuestros espíritus, Dios mío, si no tuvieran para alimentarse el pan de los objetos terrestres, el vino de las bellezas creadas para embriagarse, el ejercicio de las luchas humanas para ser fortificados?”.
Oración: Por la virtud de tu dolorosa encarnación, Señor, descúbrenos y enséñanos luego a captar celosamente para ti la fuerza espiritual de la materia.
lunes, 2 de abril de 2012
SER YO MISMO
“El monje es una persona que ha alcanzado, o está a punto de alcanzar, o persigue alcanzar, un despertar completo. Se ubica en el centro de la sociedad como alguien que ha obtenido el despertar, alguien que conoce la meta. No es que haya adquirido información poco usual o esotérica, sino que ha experimentado el fondo de su propio ser de modo tal que conoce el secreto de la liberación y puede de alguna manera comunicárselo a otras personas”. (DA, 295)
“Terapia monástica (Adam Perseigne, siglo XII): Uno acude al monasterio, en primer lugar, a ser curado. El período de formación monástica es un período de convalecencia, de curación. Cuando uno hace su profesión ya ha pasado su convalecencia y está listo para ser educado de una forma nueva, la educación del hombre nuevo. Todo el propósito de la vida monástica se resume en enseñar a los hombres a vivir por el amor… el cambio de un amor egocéntrico por un amor expansivo, altercéntrico”. (Cuando esta transformación tiene lugar la disolución del ego individual, emergiendo la persona cristiana, que ya no es únicamente el individuo, sino Cristo morando en cada uno). “Así, en cada uno de nosotros la persona cristiana es aquella que está completamente abierta a todas las demás personas, porque en última instancia todas las demás personas son Cristo”. (DA, 295-296)
“Las cosas que están en la superficie son nada, lo que está en lo profundo es lo real. Somos criaturas del amor”. (DA, 281)
“Este es el oficio peculiar del monje en el mundo moderno, mantener viva la experiencia contemplativa y mantener abierto el camino que permita al hombre tecnologizado y moderno recobrar la integridad de su yo interior más profundo”. (DA, 278)
“He venido como un peregrino… para beber de las fuentes antiguas de la visión y la experiencia. No pretendo solo aprender más (cuantitativamente) sobre religión y vida monástica, sino para ser yo mismo un monje mejor y más iluminado (cualitativamente).
Estoy convencido de que la comunicación en profundidad, atravesando las líneas divisorias que hasta ahora han separado a las tradiciones religiosas y monásticas, no solamente es posible y deseable ahora, sino mucho más importante para el destino del hombre del siglo XX”. (DA, 274)
(Todos estos textos pertenecen a “Diario de Asia”, de Thomas Merton, editado en español por Trotta, 2000)
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.