Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.
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martes, 27 de diciembre de 2011
QUE TENGAS UNA BUENA NAVIDAD...
“En Navidad, más que nunca, conviene recordar que no tenemos más luz que Cristo, que nos ha nacido hoy.
Recibamos a Cristo para que con toda verdad seamos “luz en el Señor” y para que Cristo brille no solo para nosotros, sino por medio de nosotros, y para que podamos arder todos en la dulce luz de Su presencia en el mundo: quiero decir, Su presencia en nosotros, pues somos Su cuerpo y Su santa Iglesia.
Cristo, luz de luz, ha nacido hoy, y puesto que ha nacido para nosotros, ha nacido en nosotros como luz, y por tanto, los que creemos hemos nacido hoy a una nueva luz. Eso es decir que nuestras almas han nacido a nueva vida y nueva gracia al recibirle a Él, que es la verdad.
La Iglesia nos sumerge en la Luz de Dios que brilla en la oscuridad del mundo, para que seamos iluminados y transformados por la presencia del Salvador recién nacido.
Toda la Bondad, todo el Amor, y toda la Misericordia, toda la Amabilidad del gran Dios, han aparecido ante nosotros en Cristo.
Ha abrazado nuestra pobreza y nuestra pena por amor a nosotros, para darnos Su riqueza y Su gozo. Si deseamos ver a Cristo en Su gloria, debemos reconocerle ahora en Su humildad.
Cristo ha nacido hoy en nosotros, para que aparezca al mundo entero por medio de nosotros. Este día es el día e Su nacimiento, pero todos los días de nuestras vidas mortales deben ser manifestación suya, EPIFANÍA suya, en el mundo que Él ha creado y redimido”.
Thomas Merton
sábado, 17 de diciembre de 2011
CRISTO, EL HOMBRE, LO NUEVO
JUAN DE LA CRUZ 2
“Ascenso a la Verdad”, páginas 320-323
Thomas Merton
Ed. Lumen
ADVIENTO en Thomas MERTON
SAN JUAN DE LA CRUZ visto por Thomas MERTON
martes, 6 de diciembre de 2011
ISAÍAS EN ADVIENTO
“Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor… De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ve, caminemos a la luz del Señor”.
(Isaías 2, 1-5)
Sión es la colina que domina la ciudad de Jerusalén. En ella se halla el templo, casa de Dios, lugar de culto y signo de su presencia. En visión profética, Isaías contempla esta colina en el momento de la intervención salvífica de Dios al final de los tiempos. Por la presencia de Yahvé en ella, Sión será el centro de la tierra, punto de atracción y cita de todos los pueblos. Desde ella se difunde el conocimiento de Dios, su palabra que ilumina a los hombres y les indica el camino de la salvación. La intervención de Dios inaugura una época de perfecta paz. Los instrumentos de guerra se transforman en aperos de labor.
“Brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de ciencia y discernimiento, espíritu de consejo y valor, espíritu de piedad y temor del Señor. Nos juzgará por apariencia, ni sentenciará de oídas; defenderá con justicia al desamparado, con equidad dará sentencia al pobre… Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea… porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar”.
(Isaías 11, 1-10)
Este pasaje es un texto mesiánico del Libro del Enmanuel (7-11). El tronco familiar de David parece ya seco, pero Dios va a infundir en él una nueva vida. Brota un retoño, penetrado en plenitud del espíritu, germen de vida y salvación. Con él se inaugura un orden nuevo, una nueva creación. Se renuevan la paz y armonía del paraíso, desaparecen las tensiones y enemistades que hacen que la vieja creación sea un infierno. El hombre recupera la ciencia del Señor, y la nueva situación se extiende al mundo entero.
“Preparará el Señor para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera…y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lagrimas de todos los rostros”
(Isaías 25, 6-10)
Dios, un vez vencidos los enemigos, dispone un banquete abundante e invita a todos los hombres, a quienes les regala la visión de su presencia, quitando el velo que les impedía contemplarlo. Su presencia es fuente de alegría, el llanto y el dolor desaparecen, y hasta la misma muerte es aniquilada.
DIARIOS DE TM
10 de diciembre de 1960
“Perspectivas totalmente nuevas en el tema de la soledad. Tarde en Santa María del Carmelo. Es verdad que los lugares y las situaciones no deberían ser importantes. Éste es muy diferente. Silencio real. Soledad real. Paz. Me estoy aclimatando al entorno. Delante de nosotros, el valle. Al oeste, los pinos altos y ralos; al noreste, el bosque más denso de pinos abundantes y muy juntos; al este, extensión de pastos y la línea de robles pelados; entre el este y el sur, varios bosquecillos de pinos y de chopos; l suroeste, cielo abierto a través de troncos desnudos de fresnos, olmos y robles; en esta misma dirección se encuentra el monasterio, que queda oculto tras una colina. Sobre nuestras cabezas, una gran danza del cielo. En el hogar chisporrotea el fuego. La habitación huele ligeramente humo de pino. Silencio”.
11 de diciembre de 1961
“Ayer, día de retiro, comprendí una vez más y por encima de todo mi necesidad de una humildad profunda y total, especialmente en relación con las acciones que yo pueda emprender a favor de la paz. La humildad es más importante que el celo. Anonadamiento y dependencia de Dios. De lo contrario, no hago otra cosa que combatir al mundo con sus propias armas, y en ese terreno el mundo es invencible. A decir verdad, el mundo ni siquiera tendrá que contraatacar: yo me agotaré a mí mismo y ése será el final de mis estúpidos esfuerzos. Buscar fuerza en Dios, especialmente en la pasión de Cristo”.
9 de diciembre de 1962
“¡Mañana se cumplirán veintiún años de mi llegada a este lugar! Me siento más cercano a mis comienzos que nunca, cuando en realidad tal vez me estoy aproximando a mi fin. Los himnos de Adviento resuenan como lo hicieron la primera vez, como si fueran las cosas más próximas que yo haya sentido nunca, como si esos textos hayan sido decisivos en la formación de mi corazón y de mi vida, como si yo haya recibido su forma, como si no pudiera haber nunca otras melodías tan profundamente connaturales para mí. Ellos son yo mismo, palabras y melodías y todo”.
viernes, 2 de diciembre de 2011
DICIEMBRE
“Acepta el desafío”.
Comenzamos diciembre, el último mes del año, que se ha ido entre las manos como agua; mes importante siempre, lleno de celebraciones, resúmenes y anhelos, y quiero evocar personas y acontecimientos.
El primer día evocamos el asesinato en Tamarasset (Argelia) en 1916 de Carlos de Foucauld, y nos unimos con grandes deseos al esfuerzo de quienes trabajan enfrentando la pandemia del SIDA, flagelo que afecta a una buena parte de la humanidad. Estar enfermo es duro, pero ser discriminado es mucho peor; las iglesias cristianas deben meditar en el efecto que a menudo causan sus pronunciamientos en torno a temas morales.
Diciembre es mes de Adviento, y también evocar a quienes nos han precedido en la fe ayuda a sostener la espera, y la esperanza. Así, Francisco Javier (3), Thomas Merton (10), Juan de la Cruz (14), Lázaro (17), Esteban (26), Juan (27), Tomás Becket (29), John Main. También evoco a familiares y amigos que este mes celebran aniversario.
Edit Stein escribió:
“Cuando los días se hacen cada vez más cortos…entonces surgen tímidamente y calladamente los primeros pensamientos de la Navidad. Es como si un cálido torrente de amor se desbordase sobre la tierra con semanas y meses de anticipación. Una fiesta de amor y alegría: esta es la estrella hacia la cual caminamos todos en los primeros meses del invierno”.
El día 10 de diciembre, aniversario de la muerte de TM, también es el Día mundial por Derechos Humanos, y el 18 me gusta evocar a María como Señora de la Esperanza. En la noche del 24, nochebuena, celebro aniversario de bautismo y comunión, y el 27 cumple años Joan Manuel Serrat, tengo que recordarlo porque sus canciones me han acompañado y enriquecido a lo largo de casi toda mi vida.
“¿A dónde nos conduce Dios? No lo sabemos. Sólo sabemos que nos conduce”.
(Edith Stein)
Y el 25, por supuesto, la NAVIDAD CRISTIANA, que de una manera tan diversa ha impregnado la cultura occidental.
LAS CLAVES DEL ADVIENTO
La palabra que engloba el espíritu del último mes del año en clave cristiana es “espera”, y desde ahí, “esperanza”; se nos invita a prepararnos, a estar despiertos, alertas, que es igual a decir: “vivos”. No hablamos simplemente de preparar “esta navidad”, eso es sólo el motivo exterior, accidental, sino de estar siempre preparados al nacimiento de lo nuevo en nuestra vida, de celebrar siempre lo nuevo que acontece si estamos despiertos. No hay frase bíblica que escuche yo con más entusiasmo que la que afirma de parte de Dios: “He aquí que yo lo hago todo nuevo”.
Veamos lo que trae como propuesta el evangelio que leemos en la Eucaristía de estos cuatro domingos, en frases que intentan resumir el sentido del texto completo:
1- “Vigilen, pues nadie sabe cuándo es el momento”.
2- “Envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar el camino…una voz que clama en el desierto”.
3- “En medio de ustedes hay uno que no conocen”.
4- “Ninguna cosa es imposible para Dios”.
Si leemos con detenimiento las frases anteriores, y miramos más allá de su significado inmediato, descubriremos intuiciones fundamentales de toda vida espiritual; podemos ahondar en cada una de ellas a lo lago de la semana correspondiente, y dejar que su eco resuene, desde la mente al corazón, y se haga carne, para que esta escucha atenta a lo interior prepare sitio al despertar de la Vida en nosotros.
La primera clave será pues, esta: solemos andar por la vida a medio gas, dormidos, aletargados, conformados, temerosos de perder lo que tenemos, las seguridades a las que nos aferramos. Tenemos que despertar, estar alertas, vigilantes, para poder descubrir la Verdad de la Vida que nos ofrece Dios. Nadie sabe por quién ni de dónde vendrá el despertar.
La segunda clave es una invitación al encuentro con el otro o la otra, nuestros semejantes, pues es a través de ellos que Dios suele hablar, ellos son los mensajeros, ellos son los ángeles. A menudo es un encuentro o una palabra dicha la que disipa la bruma y nos abre a lo nuevo, a la vida.
La tercera clave es el desafío de encontrar lo nuevo en medio de lo cotidiano, incluso de la rutina; siempre está ahí, pero no podemos verlo porque estamos dormidos. De ahí que en sucesión de acontecimientos, despertar suponga encuentro y revelación.
Y la cuarta clave es la confianza, la certeza, de que todo es posible. Y tenemos que abrazar no sólo cada año, cada mes, sino cada día, cada minuto, como un verdadero regalo, preñado de posibilidades.
A través de estas cuatro claves encontraremos el sentido auténticamente cristiano de la Navidad, lo que significa celebrar el nacimiento de Jesús en nuestra carne.
DIARIOS DE TM
11 de diciembre de 1958
El nuevo fervor no estará enraizado en el ascetismo, sino en el humanismo. Lo que ahora ha empezado tiene que crecer, pero no debe buscar nunca la espectacularidad ni preocuparse por llamar la atención, que es lo que inconscientemente hice yo en aquella época, proclamando mi condición de poeta y místico. Ambas cosas eran probablemente verdad, pero no lo suficientemente profundas, porque entonces eran actitudes excesivamente conscientes en mí. Tengo que escribir y hablar, no como el individuo que se ha distanciado del mundo y desea que el mundo lo sepa, sino como la persona que se ha perdido a sí misma al servicio de la inmensa sabiduría del plan de Dios de revelarse a Sí mismo en el mundo y en el hombre. ¡Cuánto más grande, más profundo, más noble, más auténtico y más escondido resulta este nuevo misticismo, que no se presenta ya como algo trascendente sino ordinario!
10 de diciembre de 1959
Finalmente, he encontrado tiempo para leer el admirable librito de Josef Pieper, Leisure, the Basis of Culture (El ocio, base de la cultura). Es muy solido, e independientemente de sus falsos puntos de vista no deberíamos tachar de pagana su visión de la contemplación, como si eso hubiese de excluir la contemplación cristiana. Una cosa es segura: en este monasterio no tenemos de hecho fe alguna en el valor básico del otium sanctus, el santo ocio. Nosotros únicamente creemos en lo difícil y lo desagradable. Éste es el motivo por el que nosotros, en la práctica, odiamos la vida contemplativa y la destruimos con una actividad ininterrumpida.
Ellos han fomentado la mecanización en el edificio dedicado a la fabricación de quesos. Todo el mundo estaba emocionado con los pedidos. “Yo vi uno saliendo para la señora Irving Berlin”, dijo un atemorizado novicio. Finalmente, hemos justificado nuestra existencia.
ESPERAR...
Una espera activa.
Esperar resulta esencial para la vida espiritual. Pero esperar como discípulo de Jesús no es una espera vacía, sino una espera con una promesa en nuestro corazón que hace ya presente lo que esperamos. Durante el Adviento esperamos el nacimiento de Jesús. Después de Pascua esperamos la venida del Espíritu y después de la Ascensión de Jesús esperamos su nueva venida gloriosa. Siempre estamos esperando, pero es una espera vivida en el convencimiento de que ya hemos visto las huellas de Dios. Esperar a Dios es una espera activa, alerta, ¡sí, gozosa! Mientras esperamos recordamos a aquel que creó una comunidad preparada para darle la bienvenida cuando Él venga.
Esperar con paciencia.
¿Cómo esperamos a Dios? Esperamos con paciencia. Pero paciencia no significa pasividad. Esperar pacientemente no es como esperar el autobús, o que deje de llover, o que salga el sol. Se trata e una espera activa en la que vivimos el momento presente al máximo para encontrar en él las señales de Aquel que estamos esperando.
La palabra paciencia viene del verbo latino patior, que significa padecer. Esperar pacientemente significa padecer por el momento presente, saboreándolo plenamente, dejando que crezcan las semillas que están plantadas en el suelo que pisamos hasta convertirse en plantas resistentes Esperar pacientemente siempre significa prestar atención a lo que está ocurriendo ante nuestros propios ojos y ver en ellos los primeros rayos de la gloria venida de Dios.
Esperar expectantes.
Esperar pacientemente a Dios supone una gozosa expectativa. Sin una expectativa, nuestra espera puede quedar atrapada en el presente. Cuando esperamos expectantes nuestro entero ser permanece expuesto a verse sorprendido por la alegría.
A lo largo de los Evangelios Jesús nos pide que nos mantengamos despiertos y estemos alerta. Y San Pablo dice: “Ya es hora de levantarnos del sueño, pues nuestra salud está ahora más cerca que cuando empezamos a creer La noche está avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistamos las armas de la luz” (romanos 13, 11 y 12). Es esta expectativa gozosa de la venida de Dios la que ofrece vitalidad a nuestras vidas. La expectativa del cumplimiento de las promesas que Dios nos hizo a nosotros nos permite prestar plena atención al camino que estamos recorriendo.
Henri Nouwen
“”Pan para el viaje”
Obelisco, 2001
martes, 29 de noviembre de 2011
SER ILUMINADO...
Joan Chittister habla de TM
“Los retazos de su vida son un consuelo para la persona media. Y al mimo tiempo resultan confusos. Merton fue un niño precoz, un adolescente sin control, un joven disoluto, un universitario y un intelectual. Thomas Merton no fue el típico niño bien criado orgullo de su madre; fue un hombre que recorrió el camino del infierno al cielo, dando a conocer el trayecto en cada recodo, para que los demás pudiéramos encontrar esperanza y sentido en nuestro propio trayecto”. (Pág. 39)
“Lo que los maestros nos enseñan mientras viven es una cosa, la naturaleza de lo que nos dejan para que pensemos sobre ello el resto de nuestra vida es otra. Es verdad que Thomas Merton era una personalidad fascinante, cautivadora, inusual, encantadora y provocativa; pero aquello hacia lo cual él orientó a mirada del mundo es mucho más que la mística o el misterio de la vida enclaustrada. Nos dejó cosas sobre las que vale la pena pensar durante mucho, mucho tiempo”. (Pág. 40)
“El monaquismo de Merton era una revolución sólo igualada por el propio monaquismo benedictino de los orígenes. Hasta el siglo VI, el monacato fue un ejercicio privado y personal de la espiritualidad. Fue Benito quien, en el siglo VI, hizo de la comunidad humana misma la esencia de la santidad. El monaquismo de Merton fue también una revolución que sacó al monacato de los confines del monasterio local y lo situó en la preocupación por la comunidad mundial. El monaquismo de Merton era un monaquismo centrado en la presencia de Dios en el presente”. (Pág. 41)
“Merton veía el mundo a través de un corazón libre de fórmulas y no ensombrecido por los sistemas. Enseñó más que la piedad y el ascetismo por si mismos; enseñaba conceptos que entonces se oponían a la tradición y se siguen oponiendo a la cultura: el pecado de la pobreza, el imperativo moral de la paz, la recta administración, el santo poder de la no violencia, la santidad de la visión global y la esencia de la iluminación. Merton esparcía semillas de contemplación que llevaban a la acción, concepto espiritual frecuentemente olvidado pero siempre fundamental”. (Pág. 42)
miércoles, 23 de noviembre de 2011
ADENTRARSE EN LA LUZ...
Juntos empujemos suavemente la puerta, y adentrémonos en la luz del último mes del año. Aun en medio de la más profunda oscuridad hay una vida nueva que asoma su cara, y nos sonríe.
“Nuestro Adviento no es una celebración de valores tradicionales meramente culturales, por grandes y dignos de perpetuación que sean. El adviento no es un mero retorno, una repetición, una renovación de lo antiguo. No puede ser el regreso a la infancia personal o social. La venida del Señor, que es lo mismo que Su “presencia”, es la venida de lo nuevo, no la renovación de lo viejo”.
"Nuestra tarea es buscar y encontrar a Cristo en nuestro mundo tal y como es y no como podría ser. El hecho de que el mundo sea diferente de lo que podría ser no altera la verdad de que Cristo está presente en él, y que Su plan no ha fracasado ni cambiado: en efecto, todo se hará conforme a Su voluntad. Nuestro adviento es la celebración de esa esperanza. Lo que es incierto no es la "venida" de Cristo sino nuestra acogida a Él, nuestra docilidad y capacidad de salir a Su encuentro".
“El misterio de Adviento es un misterio de vaciamiento, de pobreza, de limitación. Debe ser así. De otro modo no podría ser un misterio de esperanza. El misterio de Adviento es un misterio de comienzo: pero también es el misterio de un fin. La plenitud del tiempo es el final de todo lo que todavía estaba incompleto, todo lo que todavía era parcial. Es el cumplimiento en unidad de todo lo que era fragmentario.
El misterio de Adviento en nuestras vidas es el comienzo del fin de todo lo que en nosotros no es todavía Cristo. Es el comienzo del fin de la irrealidad”.
“Adviento, para nosotros, significa aceptación de ese comienzo totalmente nuevo. Significa una disposición para hacer que la eternidad y el tiempo se encuentren no sólo en Cristo sino en nosotros, en el Hombre, en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestro tiempo. Si hemos de entrar en el comienzo de lo nuevo, debemos aceptar la muerte de lo viejo. El comienzo, pues, es el fin. Hemos de aceptar el fin, antes de poder empezar. O más bien, para ser más fieles a la complejidad de la vida, hemos de aceptar el final en el comienzo, ambos juntos".
Thomas Merton
“Tiempos de Celebración”
TIEMPO Y LITURGIA
Para comprender la actitud del cristiano y de la Liturgia respecto al tiempo debemos tener una profunda comprensión de la esperanza cristiana y la confianza cristiana. Fundamentalmente, el cristiano está en paz con el tiempo porque está en paz con Dios. No necesita ya tener temor y desconfianza ante el tiempo, porque ahora comprende que el tiempo no es usado por un hado hostil para determinar su vida en algún sentido que él mismo nunca puede saber, y para el cual no puede prepararse adecuadamente. El tiempo ahora ha llegado a un entendimiento con la libertad del hombre. Cuando el hombre no está libre de pecado, el tiempo es enemigo suyo porque cada momento es una amenaza de destrucción: cada momento puede ser aquel en que la irrealidad que ha elegido el hombre, al pecar, se enfrente con el reproche cataclísmico, demostrándosele que es el fruto de la servidumbre, la renuncia a la libertad, la entrega a la determinación por parte de fuerzas inferiores al hombre.
Pero cuando el hombre recobra, En Cristo, la libertad de los hijos de Dios, vive en el tiempo sin predeterminación, porque la gracia siempre ha de proteger su libertad contra la tiranía del mal. El cristiano sabe entonces que el tiempo no murmura una amenaza tácita de esclavización y de destrucción final. El tiempo, al contrario, deja margen a su libertad y a su amor. El tiempo deja libre juego a la gratitud y a ese sacrificio de alabanza que es la plena expresión de la filialidad cristiana en el Espíritu. Dicho de otro modo, el tiempo no limita libertad, sino que le da margen para su ejercicio y para la elección. El tiempo para el cristiano, entonces, es la esfera de su espontaneidad, un don sacramental en que puede permitir a su libertad que se despliegue en alegría, en el virtuosismo creativo de elección que siempre tiene la bendición de la plena conciencia de que Dios quiere que sus hijos sean libres, de que se siente glorificado porque sean libres. Pues Dios se complace, no en dictar soluciones predeterminadas a acertijos providenciales, sino en dar al hombre la oportunidad de elegir y crear por sí mismo soluciones que son gloriosas en su misma contingencia”.
Thomas Merton
“Tiempos de celebración”.
SE ACERCA ADVIENTO
El misterio de Adviento es un misterio de vaciamiento, de pobreza, de limitación. Debe ser así. De otro modo no podría ser un misterio de esperanza. El misterio de Adviento es un misterio de comienzo: pero también es el misterio de un fin. La plenitud del tiempo es el final de todo lo que todavía estaba incompleto, todo lo que todavía era parcial. Es el cumplimiento en unidad de todo lo que era fragmentario.
El misterio de Adviento en nuestras vidas es el comienzo del fin de todo lo que en nosotros no es todavía Cristo. Es el comienzo del fin de la irrealidad. Y eso, sin duda, es motivo de alegría. Pero por desgracia nos aferramos a nuestra irrealidad, preferimos la parte al todo, continuamos siendo fragmentos, no queremos ser”un solo hombre en Cristo”.
El Cuerpo de Adán (“hombre”), que debería ser el Cuerpo del Amor de Dios, está desgarrado de odio. El Cuerpo de Adán, que debería estar transfigurado de luz, es un cuerpo de oscuridad y mentira. Lo que debería ser Uno en amor está dividido en millones de hostilidades frenéticas y asesinas. Pero sigue en pie el hecho: Cristo, el Rey de la Paz, ha venido al mundo y lo ha salvado. Ha salvado al Hombre, ha establecido Su Reino, y Su Reino es el reino de la Paz.
Adviento, para nosotros, significa aceptación de ese comienzo totalmente nuevo. Significa una disposición para hacer que la eternidad y el tiempo se encuentren no sólo en Cristo sino en nosotros, en el Hombre, en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestro tiempo. Si hemos de entrar en el comienzo de lo nuevo, debemos aceptar la muerte de lo viejo. El comienzo, pues, es el fin. Hemos de aceptar el fin, antes de poder empezar. O más bien, para ser más fieles a la complejidad de la vida, hemos de aceptar el final en el comienzo, ambos juntos.
Thomas Merton, “Tiempos de Celebración”.
viernes, 18 de noviembre de 2011
POSIBLE VISITA PAPAL
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, informó que el viaje tendrá lugar en la primavera de 2012 e incluirá una visita a México
EFE, Ciudad del Vaticano | 10/11/2011
El papa Benedicto XVI prepara un viaje a México y Cuba en la primavera de 2012, que será el segundo que realice a América Latina tras su visita a Brasil en 2007, informó hoy el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Lombardi agregó que en los últimos días, los nuncios en México y Cuba informaron a las más altas personalidades civiles y religiosas de esos países, “de que el papa está estudiando un proyecto concreto para visitar ambos países en la próxima primavera”.
En fechas próximas, precisó Lombardi, se anunciará la decisión adoptada y los tiempos de ese viaje, que Benedicto XVI desea realizar teniendo en cuenta que aunque en 2007 ya visitó América Latina, viajó a Brasil, de lengua portuguesa.
Los países de habla española habían manifestado al Vaticano el deseo de que Benedicto XVI viajase también a estos, teniendo en cuenta que la mayoría de los católicos latinoamericanos hablan español.
Respecto a Cuba, Lombardi recordó el viaje de Juan Pablo II a la Isla en 1998 y señaló que Benedicto XVI desea estar junto a los cubanos en estos momentos tan importantes de su historia.
La visita a Cuba coincide con el IV aniversario del descubrimiento de la Virgen de la Caridad del Cobre, la patrona de la Isla.
Lombardi destacó que son “bien conocidos” los deseos del pueblo mexicano de que Benedicto XVI visite el país donde vive el mayor número de católicos del mundo de habla española y que el papa Ratzinger está “deseoso” de cumplir ese anhelo de pueblo mexicano.
El portavoz precisó que debido a la altitud de Ciudad de México, es “desaconsejable” que Benedicto XVI que en esa fecha habrá cumplido ya 85 años, visite la capital mexicana, pero que se buscarán “las mejores alternativas”.
Lombardi también dijo que será un viaje largo, que no podrá tener muchas etapas, “sino poquísimas, pero de gran valor simbólico y pastoral”.
El portavoz Lombardi señaló que tras la reunión del CELAM en Aparecida (Brasil, 2007, que presidió Benedicto XVI), la iglesia católica de América Latina está comprometida en la gran misión de nueva evangelización del continente y que el papa Ratzinter pretende animar de nuevo a esa iglesia en ese objetivo.
Benedicto XVI tiene previsto viajar en 2013 a Río de Janeiro, para presidir en la ciudad brasileña la Jornada Mundial de la Juventud.
© cubaencuentro.com
Arzobispado de La Habana: Visita del Papa, un “gran privilegio”
La Iglesia católica de Cuba, según Orlando Márquez, portavoz del Arzobispo de La Habana, esperaba con “expectación” el anuncio de la visita de Benedicto XVI, que será la segunda de un sumo pontífice a la Isla después del histórico viaje que cursó Juan Pablo II en 1998
EFE, La Habana | 10/11/2011
El Arzobispado de La Habana acogió hoy como una “excelente noticia” y un “gran privilegio” el anuncio de que el papa Benedicto XVI prepara un viaje a Cuba para 2012.
“Es una excelente noticia y un gran privilegio poder contar con la presencia de su Santidad en el año jubilar por los 400 años del hallazgo de la Virgen de la Caridad del Cobre (patrona de Cuba)”, dijo Orlando Márquez, portavoz del arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, anunció este jueves que el papa Benedicto XVI prepara un viaje a México y Cuba en la primavera de 2012, que será el segundo que realice a América Latina. El primero fue a Brasil en 2007.
Hasta ahora no ha habido reacción de las autoridades cubanas al anuncio del Vaticano.
La Iglesia católica de Cuba, según Orlando Márquez, esperaba con “expectación” el anuncio de la visita de Benedicto XVI, que será la segunda de un sumo pontífice a la Isla después del histórico viaje que cursó Juan Pablo II en 1998.
Actualmente, los representantes de la Iglesia católica en Cuba y el Gobierno de Raúl Castro se encuentran en un momento de acercamiento tras el diálogo abierto en mayo de 2010 sobre los presos políticos y otras cuestiones internas.
El propio cardenal Ortega, máxima autoridad católica en la Isla, destacó recientemente que la Iglesia vive “una nueva relación” con el Estado y pueblo cubanos.
Ejemplo de ese momento de relaciones es el peregrinaje que ha realizado por toda la Isla la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, que el pasado fin de semana llegó a la ciudad de La Habana.
La Virgen de La Caridad tiene su santuario nacional en El Cobre, pequeño pueblo cercano a Santiago, unos 900 kilómetros al este de La Habana, fue declarada patrona de Cuba el 10 de mayo de 1916 y coronada personalmente por el papa Juan Pablo II el 24 de enero de 1998, durante su visita a la Isla.
Según la leyenda, la imagen de esta Virgen apareció por primera vez en 1612 ante tres pescadores que iban en una barca por la bahía oriental de Nipe.
© cubaencuentro.com
El cardenal Jaime Ortega destaca que el Papa ha dado prioridad a Cuba con su visita
“Miremos que en el mapa de Latinoamérica él no ha ido a muchos países. Pero dijo quiero animar al pueblo cubano, sobre todo en este año en que se cumplen los 400 años de la presencia de la Virgen de la Caridad”, dijo Ortega
EFE, La Habana | 10/11/2011
El cardenal cubano Jaime Ortega consideró hoy que el papa Benedicto XVI le ha dado “prioridad” a Cuba con el anuncio del viaje que prepara para 2012, y calificó esa visita como “un gran bien” y algo “muy especial” para la Isla.
“Le ha dado prioridad a Cuba. México era como una deuda, pero Cuba es una prioridad”, dijo Ortega a periodistas tras dar la noticia de la próxima visita papal a cientos de feligreses en una Iglesia de La Habana.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, anunció este jueves que el papa Benedicto XVI prepara un viaje a México y Cuba en la primavera de 2012, que será el segundo que realice a América Latina tras su visita a Brasil en 2007.
Ortega, máxima autoridad católica en la Isla y arzobispo de La Habana, precisó que el embajador de la Santa Sede en Cuba le comunicó personalmente la noticia esta mañana y hará la comunicación oficial al Gobierno cubano.
“El gobierno de Cuba lo ha invitado, es lógico, y nosotros lo hemos invitado (...) pero es algo que, como me dijo el secretario de Estado (del Vaticano), el Papa llevaba en su corazón”, indicó Ortega al celebrar el anuncio.
El cardenal subrayó el “gran significado” que tiene el hecho de que el Papa haya elegido Cuba para una próxima visita a la región.
“Miremos que en el mapa de Latinoamérica él no ha ido a muchos países. Pero dijo quiero animar al pueblo cubano sobre todo en este año en que se cumplen los 400 años de la presencia de la Virgen de la Caridad”, indicó.
Asimismo, resaltó que la primera y hasta ahora única visita de un sumo pontífice a la Isla fue cursada por Juan Pablo II en 1998 en un viaje que “marcó” la historia de la Iglesia y la nación cubana.
En ese sentido, se refirió a las cualidades de Benedicto XVI como “hombre conciliador” y capaz de “aunar voluntades” y “crear un clima propicio”.
“Todo esto lo va a dejar el Papa. No es contabilizable, pero evidentemente estas cosas crean mejor relación de la Iglesia y el Estado, mejor comprensión de lo que es la fe religiosa (…) de lo que la Iglesia católica quiere”, sostuvo.
Actualmente, los representantes de la Iglesia Católica en Cuba y el Gobierno del presidente Raúl Castro se encuentran en un momento de acercamiento tras el diálogo abierto en mayo de 2010 sobre los presos políticos y otras cuestiones internas.
El propio cardenal Ortega destacó recientemente que la Iglesia vive “una nueva relación” con el Estado y el pueblo cubanos.
Las declaraciones de Ortega a corresponsales tuvieron lugar en la Iglesia Jesús de Miramar en La Habana, donde hoy se reunieron cientos de feligreses para recibir la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, que recorre todo el país.
Al dirigirse a los congregados en ese templo, Ortega realizó el primer anuncio público en Cuba sobre la visita papal y fue interrumpido por aplausos y vítores.
“El Papa mismo lo anunciará en un momento dado, cuando él lo haya considerado. Pero ese considerar es ya para nosotros un motivo de mucha alegría”, dijo.
© cubaencuentro.com
El Gobierno acoge anuncio del viaje del Papa con “gran alegría”
“Creo que es una gran noticia y coincido con las palabras que pronunció ayer el cardenal (Jaime) Ortega”, dijo Ricardo Alarcón
EFE, La Habana | 12/11/2011
El presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, dijo hoy que recibió con “gran alegría” el anuncio del viaje que prepara el papa Benedicto XVI a la Isla en 2012 y consideró que será “un honor” recibirlo.
“Me causa francamente una gran felicidad, una gran alegría, creo que es una gran noticia y coincido con las palabras que pronunció ayer el cardenal (Jaime) Ortega”, declaró Alarcón a periodistas tras participar en la clausura de un encuentro internacional sobre lucha contra la corrupción en La Habana.
Alarcón también señaló que “para todos los cubanos va a ser un honor” esa visita y dijo que el Gobierno de Cuba espera “recibirlo y mostrarle la simpatía y el cariño que los cubanos sienten por él”.
El cardenal Ortega, máxima autoridad de la Iglesia católica en la Isla, manifestó el jueves en La Habana que Benedicto XVI le ha dado “prioridad” a Cuba con el anuncio de los preparativos del viaje previsto para la primavera del próximo año, al tiempo que calificó esa visita como “un gran bien” y algo “muy especial” para el país.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, había anunciado ese día que el papa Benedicto XVI prepara un viaje a México y Cuba en la primavera de 2012, el segundo que realizará a América Latina, tras su visita a Brasil en 2007.
La primera y hasta ahora única visita de un Sumo Pontífice a Cuba fue la cursada por Juan Pablo II (1920-2005) en enero de 1998 en un viaje considerado “histórico” en la Isla.
© cubaencuentro.com
DESIERTO
a la mayoría de las personas que se niegan a entrar en sus ardientes arenas y a
caminar entre sus rocas. No pueden creer que tienen que encontrar la
contemplación y la santidad en una desolación donde no hay alimento, refugio
ni refrigerio para su imaginación, su intelecto y los deseos de su naturaleza.
Convencidas de que la perfección se mide por las brillantes intuiciones de Dios
y las fervientes resoluciones de una voluntad inflamada de amor, persuadidas de
que la santidad es cuestión de fervor sensible y resultados tangibles, no quieren
saber nada de una contemplación que no complace a su razón ni llena sus
mentes y voluntades de consuelos y gozos sensibles. Quieren saber adónde van y
ver qué están haciendo, y nada más entrar en regiones donde su actividad
queda paralizada y no da fruto visible, retornan a los campos exuberantes
donde pueden estar seguras de que están haciendo algo y van a alguna parte. Y
si no pueden conseguir los resultados que desean tan intensa y ansiosamente, al
menos se convencen de que han avanzado mucho si han dicho muchas
oraciones, si se han mortificado mucho, si han predicado muchos sermones,
leído (y tal vez también escrito) muchos libros y artículos, hojeado muchos
libros de meditaciones, adquirido cientos de nuevas y diferentes devociones, y
peregrinado por toda la tierra. No es que todas estas actividades no sean
buenas en sí mismas; pero hay, en la vida de una persona, momentos en que
pueden convertirse en una huida, un calmante, un refugio contra la
responsabilidad de sufrir en las tinieblas, la oscuridad y la impotencia, y de
permitir a Dios que nos despoje de nuestro falso yo y haga de nosotros los
hombres nuevos que realmente estamos destinados a ser”.
THOMAS MERTON, Nuevas semillas de contemplación.
FUNDAMENTALISMOS
“El uso común de las palabras fundamentalismo e integrismo tiende a utilizarlas indistintamente y a entenderlas como sinónimas de fanatismo, radicalismo (en sentido peyorativo), dogmatismo... Están también ligadas a la intransigencia y rigidez mental. En todos estos conceptos hay la idea de un exceso, de un tomarse demasiado en serio temas sin importancia. Esta es la actitud del fanático. Fanum en latín significa lugar sagrado. El “fanaticus” era el servidor del santuario y, por la actitud exaltada de algunos de ellos, pasó a tener un sentido peyorativo. Así, el fanático es aquel que sacraliza de manera intransigente algún aspecto de la realidad. Y cuando algo se hace tan desmesuradamente esencial impone al sujeto una exigencia de luchar por esa causa, una lucha que es a menudo violenta.
Lo dicho hasta ahora quizá sugiera que la solución al fundamentalismo es el relativismo, esto es, no asumir nada en la vida como fundamental. El relativismo es el extremo opuesto al radicalismo dogmático. Pero la solución se encuentra en la tolerancia bien entendida. No se trata de no tomar nada como esencial sino de no justificar cualquier medio aunque sea para conseguir fines loables y de dejar siempre abierto el diálogo y la interpelación personal.
Las actitudes fundamentalistas han existido siempre. Sin embargo, el concepto es de uso bastante reciente. No empezó a utilizarse para denunciar una manera de proceder considerada como negativa sino como auto designación de un grupo de protestantes americanos. A principios de este siglo, aparecieron una serie de publicaciones protestantes recogidas con el título: “The fundamentals. A testimony to the truth”. Estos escritos pretendían definir y defender los aspectos fundamentales del cristianismo. Para ello, usaban como fuente la Biblia interpretada en su sentido más literal. Con ella criticaron duramente a Darwin porque contradecía el relato de la creación del Génesis. Si los libros sagrados son de origen revelado ¿cómo admitir la posibilidad de error en algún contenido suyo?
Esta actitud llegó a un extremo tal que en algunas zonas de EE.UU. se llegó a prohibir a los profesores la enseñanza de las teorías de Darwin. Todos estos extremismos estaban causados por una nefasta interpretación de la Biblia. El fundamentalista era, por tanto, la persona que pretendía leer la Biblia sin tener en cuenta ni los símbolos y géneros literarios que utiliza ni la época en la que fue escrita. Y si siempre es un error extraer una frase de su contexto dentro de un escrito, no lo es menos desvincular un texto de su contexto histórico.
No pensemos que sólo los protestantes cayeron en este tipo de errores. El término integrismo, fue utilizado por católicos de finales del siglo pasado y principios del XX con la intención de mantener íntegra su fe y sus tradiciones. El problema no era ya el de la interpretación de textos pero se asemejaba. Si el fundamentalismo protestante leía los textos del pasado sin tener en cuenta su contexto, el integrismo asumía “literalmente” la tradición, desvinculándola de su contexto histórico.
Además, los integristas rechazaban las incipientes ciencias humanas, y pretendían buscar en la fe respuesta a todos los problemas de la vida privada y pública. Desde una fidelidad intransigente a las directrices dictadas por Roma se declaraba en guerra contra la modernidad, el naturalismo, el laicismo y el comunismo. Recordemos que Pío IX condenó la modernidad y que hasta hace pocas décadas se obligaba a los profesores de teología a firmar que nunca secundarían sus tesis. En España, el integrismo se constituyó como partido político a finales del S.XIX.
Pero no debemos llamar integrista a todo el que se toma en serio unas determinadas normas éticas que nos resultan extrañas, sino a aquel que no está abierto a ningún tipo de diálogo e interpelación”.
(Tomado de: “Fundamentalismo. Entre la perplejidad, la condena y el intento de comprender”, de Jaume Flaquer)
martes, 15 de noviembre de 2011
EL DESIERTO REAL
hacer frente a las limitaciones reales de la propia existencia y conocimiento y
no tratar de manipularlas o rechazarlas con repugnancia. No embellecerlas con
posibilidades. No pretender otras posibilidades más que aquellas que son
realmente posibles en el momento concreto, aquí y ahora. Y, entonces, elegir o
rechazar, según uno quiera, sabiendo que esa elección no es una solución para
algo, sino meramente un paso más hacia un contexto ligeramente modificado de
otras posibilidades, muy pocas, verdaderamente limitadas, muy insignificantes y
muy concretas. Darse cuenta de que toda la vida de uno, de cada uno, es
precisamente esto. Cuando se vive en sociedad las posibilidades parecen
ilimitadas. Uno está en contacto con otras gentes, con otras libertades, otras
elecciones; y quién sabe lo que todos los demás pueden elegir en un momento
determinado... Todo son posibilidades... Pero cuando se está en soledad, y
cuando se ven y se aceptan las limitaciones reales, entonces esas limitaciones se
desvanecen, y se abren nuevas posibilidades ante uno. El presente está ahí,
contundente, ilimitado. El único modo de aferrarlo en toda su extensión es
despejar las limitaciones que nosotros colocamos en él mediante futuras
expectativas, esperanzas y planes, o conjeturas, o lamentos sobre el pasado, o
intentos de explicaciones de algo que hemos vivido y con lo que deseamos
seguir viviendo. ¿Vivir con ello? Vivir con algo que hemos experimentado en el
pasado es poner limitaciones al presente. Así y todo, el pasado entra en nuestro
presente: es la limitación contra la que debemos hacer valer nuestra
desventaja”.
(THOMAS MERTON, Learning to Love. Exploring solitude and freedom, Journals (VI (1966-67), editado por Christine M. Bochen, HarperSan Francisco, 1997, XXIV+367 págs. más 9 de índices, pág. 309-311.
La versión española de esta parte de los Diarios (traducción The Intimate Merton: His Life from His
Journals, traducido al español: Vol. I DIARIOS (1960-1968): La vida íntima de un gran maestro
espiritual, Patrick Hart and Jonathan Montaldo (eds); Isidro Arias (trad.); Vol. II DIARIOS (1960-1968),
Ed. Oniro, Barcelona 2000 y 2001, cf. Vol II, pág. 189).
miércoles, 2 de noviembre de 2011
PROSEGUIR...SIN RESPUESTAS
“Si bien todo se centra en mi obligación de responder a la llamada de Dios en soledad, ello no significa sacar simplemente todo de mi mente y vivir como si sólo existiéramos Dios y yo. Esto es imposible, en cualquier caso. Lo que significa, más bien, es aprender cómo de profunda es la soledad que se requiere de mí respecto de contactos y conflictos que aún tengo. Lo que significa ahora la difícil toma de conciencia de haber dependido demasiado del apoyo y la aprobación de los demás, y sin embargo, necesito de los demás. Ahora debo rectificar dolorosamente. Lo que equivale a decir que hay un sentido en el que algunas de las respuestas de Dios deben venirme de los demás, incluso de aquellos con los que estoy en desacuerdo, incluso de aquellos que no comprenden mi modo de vida. Sin embargo, sería desastroso tratar meramente de aplacar a estos últimos, la mera disposición a hacerlo me haría estar sordo a cualquier verdadero mensaje que pudieran tener. Hacer esto debidamente está fuera de mi alcance. Lo único que queda es la oración, y la paciente, humilde (si es posible) obediencia a la voluntad de Dios. Una cosa es segura: yo no poseo respuestas listas y a mano en mí mismo. (Parece casi un axioma que un eremita debería ser alguien con sus propias respuestas…). Pero tampoco puedo simplemente buscarlas en otros. El problema es aprender a proseguir un cierto tiempo, quizá largos períodos, ¡sin respuesta!”
Finales de 1965.
Thomas MERTON
NOVIEMBRE
El mes empieza con dos hermosas celebraciones litúrgicas: “TODOS LOS SANTOS”, y “TODOS LOS DIFUNTOS”, dos listas que no se excluyen mutuamente, todo lo contrario, están misteriosamente unidas. Escribió EDIH STEIN: “El santo que desde la plenitud del amor ha hecho buenas obras y ha reunido un tesoro en el cielo, ese puede compartir con otros de su abundancia”. La palabra clave del día de todos los santos es esta: ABUNDANCIA. Podemos aprovecharnos de ese tesoro, `participar de esa abundancia espiritual, a disposición siempre de quien la necesite. Y luego, al día siguiente, evocar a tantas y tantos, que desde cerca o desde lejos, espacio o tiempo, han dejado su huela en lo que somos. Me apena ver con que pobreza se comprende y vive en nuestras comunidades eclesiales estas fechas, porque no se recibe todo lo que hay de posible en ellas, lo que puede enriquecer enormemente nuestra vida.
También hay nombres inmortales en este mes: León Bloy, Duns Escoto, Soren Kierkegaard, León Tolstói, Doris Day y Etty Hillesum; les suelo evocar en sus aniversarios, natalicio o muerte, porque me resultan inspiradores. También el día 4 recuerdo a San Carlos Borromeo, patrono de la Catedral de Matanzas, de la que durante varios años fui párroco. Y el 16 de este mes, aniversario de fundación de la capital cubana, es también el día en que Thomas Merton recibió el bautismo en la Iglesia Católica, y el cumpleaños de EDEL LOZANO, que ahora vive en Miami, y que en fecha reciente perdió a su sobrina, una muchacha de apenas 15 años y personalidad misteriosa. Les tendré presente a los dos en estos días.
Otras personas amigas cumplen año también: Modesta, Pedro, Jaime, y Silvio RODRÍGUEZ, y por supuesto, no lo iba a olvidar, el día 9 es la memoria de ISABEL DE LA TRINIDAD.
El día 27 de noviembre comienza el ADVIENTO.
Que con el nuevo año litúrgico lleguen también nuevas experiencias y oportunidades.
EN LA CATEDRA DE MOISÉS
“Nuestra más terrible hipocresía de cristianos sería la hipocresía ritual: celebrar cada semana la eucaristía, el sacramento de la verdad, por simple fórmula, costumbre o tradición, sin compromiso personal ni social de ninguna clase”.
Levantarse el domingo y abrirse al misterio de la Palabra. Evoco un tiempo en que el domingo solía ser un día difícil, vacío; todavía hoy le escucho decir a mucha gente lo mismo: no me gusta el domingo. Y es cierto: el domingo, la tarde sobre todo, puede parecer un enorme espacio que no sabemos cómo llenar, y que hace más profundo el agujero de la propia soledad. Sin embargo, y dicho con propiedad, gracias a Dios, la vivencia de este día, el primero de la semana (aunque suele vivirse como el último), cambió totalmente para mí luego de mi acercamiento a la fe cristiana.
El domingo, aprendí, es “el día del Señor”, que hay que celebrar gozosamente con los hermanos de fe, y luego, al abrirse aun más mi comprensión del misterio de Cristo, lo viví como el día de la alegría, la acción de gracias y la comunión. Como ministro ordenado de la Iglesia Católica los domingos eran días de mucho trabajo en las comunidades a las que servía: celebraciones, atención a personas concretas, encuentros de grupos, bautizos, etc; pero siempre buscaba un espacio, aunque fuera al final de la jornada, para detenerme un rato, y respirar hondo, y pensar agradecido en la vida que vivo y las personas que me acompañan en ese camino.
Ahora, desde hace cuatro meses, mis domingos son más tranquilos, pero conservan el mismo espíritu, la misma luz; me gusta “celebrar” mi amistad con Jesús, agradecer a mi iglesia todo lo que me ha dado, y escuchar con atención interior el mensaje que guarda la Escritura. Sigo a la espera. Es inevitable comparar este momento con otro similar vivido hace ya unos cuantos años, que resultó finalmente pórtico de un salto cualitativo para mi vida; confío en que esta vez será igual, o más aún, están relacionados, uno y otro momento, con el maravilloso misterio de la propia vida.
El “sacerdocio cristiano” supone la identificación plena con Cristo, no como una mera función o profesión, sino como misterio de vida; todos los que seguimos a Jesús somos Jesús de alguna manera, de manera única diría mejor, y cada segundo de lo que vivimos, cualquier cosa, es vida de Jesús en nosotros. No se trata de subir a un podio y dar un discurso, sino de VIVIR, en grande, a plenitud, día a día, como se pueda o se sepa, con virtudes y defectos, pero VIVIR.
De ahí que también ahora yo, apartado temporalmente de mi servicio a una comunidad cristiana concreta, sigo viviendo mi condición de “servidor de la comunidad”, y a menudo lo experimento al encontrarme con personas y compartir con ellas algo del misterio incomparable de la vida. No necesitan saber mi particular lugar en la Iglesia, el servicio que reciben es el mismo, y de alguna manera sienten que hay en mí, en mis palabras, en mis gestos, algo “nuevo” y a la vez antiguo, que les ofrece luz y esperanza.
Jesús, en el pasaje evangélico de este domingo, habla de quienes agobian a los demás con preceptos y prohibiciones; luego ofrece la verdadera clave del seguimiento: “El mayor de ustedes que sea el servidor de todos”.´
Luego de estos cuatro meses de “retiro-descanso” siento renovado en mí el deseo de servir, más allá de estructuras, palabras y tradiciones. Estas, necesarias, no pueden suplir una vida de entrega generosa; no entrega sublimada, idealizada, sino entrega cotidiana del camino propio, de las propias dudas y dolores, y, por supuesto, de los hallazgos y las alegrías que siguen invitando a VIVIR.
(30 de octubre de 2011)
martes, 25 de octubre de 2011
SABIDURÍA DE TM
“Todos los hombres, especialmente los que tienen talento, tienden a ser inconsecuentes. Su misma lucha con su inconsecuencia busca una salida y una solución en obras creativas”.
“Ciertos deseos y ciertos placeres los quiere Dios en nosotros. No podemos vivir en la verdad si sentimos automáticamente suspicacia hacia todos los deseos y todos los placeres. Es humildad aceptar nuestra humanidad, y es orgullo rechazarla”.
“La soledad tiene su obra especial: un ahondamiento de conciencia que necesita el mundo. Una lucha contra la alienación. La verdadera soledad se da cuenta profundamente de las necesidades del mundo. No mantiene el mundo a distancia”.
“Hemos de desprendernos de la vida espiritual, pero hemos de seguirla viviendo. Y el propósito de ese desprendimiento es solo hacernos capaces de vivirla a un nivel más alto”.
“Sólo quien ama puede estar seguro de que sigue en contacto con la verdad, que, en realidad, es demasiado absoluta para ser captada con su mente”.
SIMONE WEIL Y DIOS
viernes, 21 de octubre de 2011
ACEPTARSE ES SUPERARSE
(2 de octubre de 1958)
Thomas Merton
DE LA MANO DE TERESA
jueves, 13 de octubre de 2011
NUEVA EDICIÓN DE LIBRO DE TM
Comentario de la Editorial
He aquí al mejor Merton: incisivo, sincero, espiritual y provocativo. Este libro es un conjunto de reflexiones personales, intuiciones, metáforas, observaciones y juicios sobre lecturas y sucesos. El material está tomado de sus diarios escritos entre 1956 y 1966.
Además de componer una versión personal del mundo de su época, estas páginas son un diálogo implícito con otras mentes, un diálogo en el que se suscitan preguntas, pero sin esperar hallar «respuestas». Como el mismo Merton señala: «No tengo respuestas claras a las preguntas que andan por ahí. Tengo preguntas, y, de hecho, creo que a un hombre se le conoce mejor por sus preguntas que por sus respuestas. Sin duda, dar a conocer las propias preguntas es ponerse al descubierto. No salgo al mercado a dar esas respuestas prefabricadas y en serie que tanto solicita el público, y lo que más pongo en duda es la viabilidad de las respuestas públicas y populares, incluyendo algunas de las que pretenden ser más avanzadas».
Quizá el mejor modo de caracterizar este libro es decir que consiste en una serie de apuntes y meditaciones, algunos poéticos y literarios, otros históricos y aun teológicos, que inevitablemente hacen de Thomas Merton un «espectador» privilegiado del que podemos aprender a mirar y a preguntar.
THOMAS MERTON (1915-1968) es universalmente reconocido como uno de los más influyentes autores espirituales de nuestro tiempo. Monje, poeta y activista por la paz y los derechos civiles, entre sus principales obras se cuentan La montaña de los siete círculos y Nuevas semillas de contemplación, esta última publicada por la Editorial Sal Terrae, donde también han visto la luz otras seis obras.
Introducción de F. R. de Pascual
Conjeturas son ideas que se deducen de alguna señal o noticia. Lo cual quiere decir que el espectador debe gozar de
una atención despierta y una intuición viva, características muy propias del contemplativo o persona reflexiva.
Espectador es quien mira un acontecimiento o acción interesándose por lo que ocurre; si la acción no deja indiferente
al espectador, este, según su sensibilidad, se vincula a lo que contempla experimentando algún sentimiento: placer,
repulsa, indiferencia, culpabilidad incluso. En este último caso, el espectador se ve involucrado en
la acción y siente en su interior un trastorno cuya intensidad es variable y que, generalmente, puede localizarse en una
escala que va desde la vergüenza hasta cualquier tipo de acción que trata de paliar la desazón sentida.
Esa escala de sensaciones, valoraciones y sentimientos puede quedar reflejada en aquello que el espectador siente
necesidad de escribir y manifestar a otros.
Diríamos que este es el argumento central o hilo conductor de lo que en este libro trata de reflejar Thomas Merton:
las ideas que deduce de lo que en un tiempo de su vida lee y ve, oye y siente, alimenta su esperanza y produce también
su frustrada impotencia ante el devenir de los acontecimientos que le rodean.
Dado que el espacio de tiempo que recoge este libro es prácticamente la década de 1960, podemos preguntarnos sobre
la actualidad de las reflexiones que Merton nos ofrece.
El hecho de que este libro sea publicado de nuevo hoy es ya de por sí una respuesta, y no solo por parte del interés de los
editores, sino por el juicio positivo que seguramente emitirá el lector tras haberlo leído.
Los temas que se tratan en las páginas que siguen se toman de los diarios que Merton escribió desde 1956 hasta
1965. Son muy pocas las entradas que tienen fecha; con todo, en algunos casos se puede deducir la datación por el contenido
del texto. Tampoco corresponden los temas con las entradas de los diarios, aunque algunas veces contienen reflexiones
sobre temas abordados en ellos; por ejemplo, la narración sobre la experiencia «en la esquina de la calle
Cuarta [Fourth] con Walnut», en la que sí viene reflejada y aumentada la entrada del diario. Los artículos son demasiado
largos para llamarlos pensamientos y demasiado cortos e inacabados para considerarlos ensayos. Pueden compararse
con las parábolas de Jesús, no solo por su forma (generalmente no son historias), sino por su verdad básica, porque
intentan involucrar al lector en los temas afrontados. Ante todo trata sobre la vida, la apertura y el crecimiento.
El libro está dividido en cinco partes: 1. El sueño de Barth. 2. Verdad y violencia en una época interesante. 3. El
espíritu de la noche y el aire de la aurora. 4. La encrucijada. 5. El loco corre al Este. El contenido de cada una de las cinco
partes es muy diverso y cubre tal variedad de temáticas que los títulos clarifican poco las cuestiones tratadas en cada
una de las cinco secciones. Cualquier intento de resumen sería una ardua e infructuosa tarea, pues Merton no ofrece
aquí nada sistemático y organizado, sino que solamente pretende compartir con el lector sus reflexiones.
Quizá la primera sorpresa del lector sea el hecho de que un monje quiera redimir su propia culpabilidad (la de haber
ocupado un largo periodo de tiempo dedicado a escribir sobre sí mismo y cuestiones «espirituales»). No tendría por
qué «redimir» nada, ni sentirse «culpable» ante acontecimientos que no dependen de él. Al fin y al cabo, cada uno
solo puede «manejar» un pequeño espacio de tiempo y la vida que le imponen las propias circunstancias, máxime si esa
vida ha sido elegida libremente.
La segunda sorpresa puede ser la variedad de temas tocados por Merton, fruto, como decíamos al principio, de sus
amplias lecturas y de su fina sensibilidad para captar los acontecimientos de su tiempo (con muchos menos medios
de información que los que hoy día tenemos a disposición).
Y, finalmente, la originalidad y novedad de sus aportaciones y la profundidad de sus reflexiones. Hoy día vivimos
dentro de una cultura «accidentada» y «fugaz», con poco espacio para la reflexión y el sosiego. Todos somos «víctimas»
y hay un exceso de «verdugos» empeñados en fraccionar y seccionar los espacios de información.
El esfuerzo por mantenerse despierto en medio del mundo podría resultar extraño en una persona que vive en un
monasterio trapense, aunque sea norteamericano, pero, curiosamente, algunos trapenses han dado muestras de una
gran sensibilidad hacia lo que hay más allá de la clausura, sensibilidad y atención propias de los grandes maestros espirituales
de la humanidad.
En el testamento espiritual de Christian de Chergé, uno de los monjes trapenses asesinados en Thibirine (Argelia) en
1996, hay unas frases que pueden interesarnos ahora, y de las que probablemente Merton hubiera disfrutado enormemente:
«Mi vida no tiene más valor que otra vida. Tampoco
tiene menos. En todo caso, no tiene la inocencia de la infancia…
He vivido bastante como para saberme cómplice
del mal que parece, desgraciadamente, prevalecer en el
mundo, inclusive del que podría golpearme ciegamente…
Desearía, llegado el momento, tener ese instante de lucidez
que me permita pedir el perdón de Dios y el de mis hermanos
los hombres, y perdonar, al mismo tiempo, de todo
corazón, a quien me hubiera herido… Yo no podría desear
una muerte semejante. Me parece importante proclamarlo...
Mi muerte, evidentemente, parecerá dar la razón a los que me
han tratado, a la ligera, de ingenuo o de idealista: “¡Qué diga
ahora lo que piensa de esto!”… Pero estos tienen que saber
que por fin será liberada mi más punzante curiosidad.
Entonces podré, si Dios así lo quiere, hundir mi mirada en la
del Padre para contemplar con Él a Sus hijos del islam tal como
Él los ve, enteramente iluminados por la gloria de Cristo,
frutos de su Pasión, inundados por el Don del Espíritu, cuyo
gozo secreto será siempre el de establecer la comunión y restablecer
la semejanza, jugando con las diferencias».
La «revelación» de Merton en las calles de Louisville coincide plenamente con lo que quiere y espera «ver» Christian.
La vida de este monje en Argelia estuvo marcada y fecundada especialmente por un «ribat el salam», un «vínculo
de paz» vivido con sufíes de Medea de la Tariqâ Alawiyyâ (en forma de reuniones regulares), pero de manera más general,
por sus numerosos y habituales encuentros con musulmanes argelinos. Christian de Chergé era lector del Corán, del que
con frecuencia cita suras en sus homilías.
Los monjes de Thibirine, como Merton en este libro, y como muchos otros grandes testigos espirituales de nuestro
tiempo, juegan con la precariedad de una existencia particular en medio de un mundo que no pueden abarcar y en el que apenas
pueden influir, y así se plantean el desafío bien real delmundo actual: la urgencia para que los seres humanos, especialmente
los pensadores y los místicos, aprendan a dialogar en el camino mismo de sus experiencias espirituales, y también
a verse juntos y dependientes totalmente del perdón de Dios, por causa de la respuesta tan fría, a veces incluso tan
vergonzosa, que los creyentes, monjes incluidos, dan a las exigencias más interiores de su Señor. En la práctica, tal clase
de diálogo apenas está empezado. Pocos lo creen posible.
El texto de Merton, pues, aparece hoy lleno de ricas perspectivas, y, sin duda alguna, puede ser un instrumento admirable
para situarse personalmente ante el mundo en evolución y profunda transformación que nos ha tocado vivir.
Conjeturas de un espectador culpable viene a «restablecer la comunión jugando con las diferencias» dentro de la
experiencia universal de un monje, es decir, de ese «arquetipo universal» de soledad y comunión que cada corazón humano
lleva inserto en sí mismo.
En medio de un mundo dominado por la infoxicación (tan bien definida por el psicólogo británico David Lewis), la lectura
de este libro de Thomas Merton puede enseñarnos a dar una nueva dimensión a las ideas aprendidas que ya tenemos,
a abrir la mente y comparar nuestros saberes con más fuentes que las ofrecidas por los mass media. Puede educarnos en
nuevas estrategias de comunicación y, en definitiva, estimular el espacio vital de nuestro ser-en-el-mundo para poder ser
«usuarios» conscientes y despiertos de lo que vemos y oímos, sentimos y tememos o, sencillamente, desconocemos.
sábado, 8 de octubre de 2011
SJ: FREDERIC DUNNE
“En el siglo, cuando un hombre se convierte en escritor, le es fácil adaptarse a ese estado con solo imitar a los demás escritores en los círculos literarios que frecuenta. Pero un autor en un monasterio trapense es como un pato en un gallinero. Y daría cualquier cosa por no ser pato” (113).
El abad Frederic Dunne jugó un papel fundamental en la vocación de TM, al estimular su condición de escritor y acompañar sus primeros pasos monásticos:
“Existe una persona que, en cierto modo, es más responsable de la obra que yo, como lo es también de mis otros escritos. Me refiero al padre Dom Frederic Dunne, mi padre espiritual, el abad que me recibió como postulante, quien me entregó el hábito de novicio un frío domingo de Cuaresma, hallándose gravísimamente enfermo de pulmonía, y aceptó después mis votos simples y mi profesión solemne. Dom Frederic formó y modeló todo mi destino monástico. Él y Dom Robert, mi maestro de noviciado, decidieron que yo escribiera libros. Con bondad y firmeza me alentó, e incluso me ordenó que continuara, ayudándome a vencer mis aprensiones. Al propio tiempo continuó haciéndome ver por todos los medios, paciente y discretamente, que mis escritos no tenían por qué perturbar mi vida de oración. Antes, al contrario, requerirían de mí una comunión íntima con Dios. Así, aunque en ocasiones no he sabido ver que esto fuera así, bien entiendo ahora que Dom Frederic no sólo fue quien me hizo escritor, sino quien ordenó mi vida, bajo la guía de la Divina Providencia, de tal modo que se me ofrecieron oportunidades mucho mayores que antes para convertirme en un contemplativo en Getsemaní”.
En la vida de cada persona hay siempre guías y maestros providenciales que le ayudan a encausarse en la vía espiritual; desde su autobiografía TM habla de algunos de ellos, y aquí dedica un breve capítulo de su libro a recordar agradecido a quien fuera su primer abad.
“Jamás olvidaré la sencillez y el afecto con que puso en mis manos el primer ejemplar del libro (se refiere a “La montaña de los siete círculos”). No dijo una palabra. Me entregó el volumen y se sintió satisfecho ante mi sorpresa. Pero me di cuenta de que su alegría superaba a la que yo pudiera experimentar.
Pocos días después me aconsejó que siguiera escribiendo, que amara a Dios, que fuera un hombre humilde y de oración, que mi conducta respondiera a la de un monje contemplativo y que enseñara a los hombres a penetrar el misterio del amor de Dios”.
Cuenta TM que esa fue la última vez que le habló, pues esa misma noche, viajando en tren a Georgia, falleció de un ataque al corazón. A Dom Frederic le sucedió Dom James Fox.
MÚSICA: NUEVO DISCO DE PEDRO GUERRA
Pedro Guerra presentará su nuevo CD «El mono espabilado»
EL PRÓXIMO 11 DE OCTUBRE EL TROVADOR CANARIO PEDRO GUERRA PRESENTARÁ EL MONO ESPABILADO, SU DISCO NÚMERO 13, CON 13 NUEVAS COMPOSICIONES, PUBLICADO CON SU PROPIA COMPAÑÍA, MANSI PRODUCCIONES Y LAS COLABORACIONES DE MIGUEL POVEDA E IVÁN FERREIRO.
(Redacción/Nacho Sainz de Tejada)
El 11 de octubre de 2011, Pedro Guerra (Güimar, Santa Cruz de Tenerife, Canarias 1966) publica su nuevo álbum, El mono espabilado, que presenta en concierto el 25 octubre en Madrid (Teatro Arteria Coliseum) y 12 de noviembre en Barcelona (Teatre Coliseum) y serán el inicio de una gira por varias ciudades de España a partir de enero de 2012...
Después de 16 años y 12 discos trabajando con Sony Music, Pedro Guerra publica su nuevo disco con su propia compañía Mansi Producciones. Es el disco de la independencia, de la emancipación, el comienzo de una nueva aventura. “Lo edito yo y lo distribuye Resistencia”, dice. “Con el álbum Vidas ya me enfrenté a un abismo porque empezamos a trabajar nosotros el management y funcionó. Hice más de 70 conciertos en España y América. Un disco es un objeto que anuncia que estás ahí, que tienes canciones nuevas. Es todo tan complicado… Ahora estamos ante otro abismo, pero creo que es la tendencia natural para un artista como yo. Si sabes lo que haces, nadie mejor que tú para saber cómo tienen que ser las cosas. Pero hay mucha incertidumbre por la situación. La crisis revela que nuestra profesión está en el aire”.
Una situación nueva que no afecta al aspecto creativo, a las canciones, al álbum. “A nivel creativo, sigo manejando las cosas igual”, continúa. “A la canción no le interesa cómo va a llegar a la gente. Desde los 14 años tomo la guitarra y hago canciones porque me gusta, porque sin eso no podría vivir. El disco está al margen de la nueva situación y en la medida que la gente compre El mono espabilado podré grabar el siguiente, por lo que hay que intentar que la mayor cantidad de gente se entere de lo que has hecho”.
Pedro Guerra compuso las 13 canciones de El mono espabilado entre septiembre de 2010 y mayo de 2011. “En estos meses, que fueron muy activos, me entregué a la composición”, afirma. “Componía todos los días con una intensidad que no tenía desde hace tiempo y salieron casi 40 canciones y en esta intensidad quizá tenga alguna conexión con Golosinas. En otros discos busqué ritmos y sonoridades nuevas; en El mono espabilado hablo del ser humano a través de historias”.
Historias que se convierten en canciones que se inspiran en el director de cine ruso Andrei Tarkovsky, en las maestras de escuela republicanas, en descubrimientos antropológicos, en personajes literarios de R. L. Stevenson, en emperatrices bizantinas del siglo VI, en tipos de mariposas, en cuentos de Perrault… “En algunas cuento mi corazón a través de la vida de otros”, dice. “Me he centrado mucho en las canciones, en la composición, en tocarlas y los arreglos son muy directos”.
Producido por Pedro Guerra (“Sé como tienen que sonar mis canciones”) y con Miguel Poveda e Iván Ferreiro como artistas invitados especiales, El mono espabilado es un disco sereno, tocado por músicos de postín: Osvi Greco (guitarra eléctrica, acústica, portuguesa, española, ukelele), Luis Fernández (teclados), Vicente Climent (batería), José Gómez (bajo), Andreas Prittwitz (flauta, clarinete) y el propio Pedro con la guitarra española. “Es el disco en el que he hecho más porque, por primera vez, lo he coordinado yo absolutamente todo”, afirma. “Hemos ensayado en un local de Rivas Vacias [Madrid] y grabado toda la parte instrumental en directo en cinco sesiones, ya estaba todo amarrado, en los estudios Red Led. Después he cantado en el estudio de Ángel Martos, que ha hecho las mezclas”.
El resultado es El mono espabilado, un disco con 13 nuevas canciones que se abre con Caperucita roja (“Las cosas son porque suceden y ella las toma cuando llegan. Si ese camino es el más corto ha de seguir esa vereda”), un tema sobre el candor y la perversidad que se mueve con cadencias ondulantes de inspiración latina marcada por la sonoridad de la guitarra portuguesa. Después, El mono espabilado (“Puede mentir y se sonroja, pensar el universo y sentirse tan pequeño. Puede vivir con pocas cosas, hablar de las estrellas y saber tan poco de ellas”) es la canción que da título al disco a ritmo de candombe y con una larga parte final rapeada. “Robert Sapolsky, profesor de biología y neurología en la universidad de Standford, escribió el libro El mono enamorado. Mi cabeza pensó que el mono es espabilado… y se enamora”, dice Pedro Guerra para explicar el origen de la canción.
El álbum continúa con La maestra (“Quién negó la luz al corazón de la maestra, qué violencia pudo detener esa ilusión, quién segó las flores que regaba la maestra, quién a sangre y fuego deja muda la canción”), dedicada a las maestras republicanas y una de las canciones más emocionadas del álbum. “Se ocuparon de la alfabetización de las clases populares dando la oportunidad a los niños pobres de conocer y de aspirar a algo más que la marginalidad y el hambre de por vida”, explica Pedro Guerra de una canción de gran riqueza lírica que da paso a Mi locura (“Deja que corra el aire, que llegue el día, que encuentre paz el fugitivo. Deja que no me importe el renglón torcido”) que con la sensualidad del bolero y la melancolía del fado presenta la colaboración extraordinaria de Miguel Poveda interpretando de una manera sentida, original y desconocida en el cantaor. “Estoy contento con la canción, con el encuentro con Miguel Poveda, excelente artista y persona. Creo que ha quedado muy bonito”, afirma Pedro.
La que camina (“No le bastaron los cálidos valles del África ardiente; no le bastaron las ramas del árbol, la vida frugal; alzó los brazos, se puso a dos patas y muy lentamente, la que camina echó a andar”) presenta un estupendo balance rítmico con inspiración melódica en una canción que explica Pedro: “Últimamente me intereso en los estudios del cerebro, en la evolución del ser humano. La canción la escribí pensando en el Australopithecus Afarensis, un homínido que vivió hace más de tres millones de años. Le llamaron Lucy porque cuando le descubrieron en 1974 en Etiopía sonaba Lucy in the Sky With Diamonds de los Beatles. Podía caminar erguido y se acepta que puede ser uno de los ancestros del género Homo, conformando la primera familia”.
El baúl de Billy Bones (“Alguien que se enfrenta con la vida y crece mientras dice adiós al tiempo en que adolece; alguien que responde, alguien que pregunta, invade los salones de la edad adulta”) es otra excelente canción, una especie de infancia recuperada que se inspira en el personaje de La isla del tesoro de R. L. Stevenson, en el marinero de la mejilla cortada, adicto al ron, cuya única posesión es aquel viejo cofre que contenía el mapa del tesoro. Sigue Aquella vieja canción (“Ni los Beatles, ni los Stones, ni Gardel, ni Bola de Nieve, nadie habrá que la recuerde. Se perderá aquella vieja canción”) se enriquece con la colaboración de Iván Ferreiro (“Me gusta mucho lo que hace, me parece que tiene un universo muy particular”, dice Pedro) en un tema de corte clásico y magnífica artesanía en su construcción.
Asteroide Tarkovski (“El asteroide Tarkovski revela lo que no enseña; la vida no está en la prisa, la vida está en el poema”) recoge algunos de esos ambientes universales que envuelven la música de Pedro Guerra (portugueses, de la música popular latinoamericana…) para recordar al director de cine ruso. “Tarkovski pensaba que si el cine se podía emparentar con otra forma de arte, no sería con la literatura o el teatro, sino con la poesía, y sus planos eran auténticos viajes poéticos”, dice Pedro. “En los años 80, una científica rusa descubrió un asteroide y le puso su nombre. La canción habla sobre su cine”.
Teodora fue una emperatriz bizantina del siglo VI, esposa de Justiniano I y antes actriz y meretriz. Impulsó las primeras leyes sobre el aborto y el divorcio, permitió el matrimonio libre entre diferentes clases sociales, razas o religiones, prohibió la prostitución forzosa… “Hija de los arrabales quisiste querer, dar a los pobres su carta de iguales sin castas sociales. Diosa amasada en el fango, ir desandando fue tu quehacer” canta Pedro en Teodora, otra canción que musicalmente se puede leer desde muchos lados, con un estribillo impecable y ambiente jazzy.
Gente tóxica (“Gente tóxica armada de una mente fláccida, que anidan en miradas diáfanas e incuban intenciones sórdidas”) presenta un arreglo original, casi minimalista, con sonoridades nuevas en Pedro Guerra y una letra sin desperdicio, mientras Nunca más estar triste (“Te traeré la lluvia encerrada en un beso de cielo y así, sin mojarte, la miras llover; el agua que guarda la reina de Hungría, la breve promesa del amanecer”) está inspirada en La bella durmiente de Perrault. “Es una canción contra el desánimo. Decían que el agua de Santa Isabel, reina de Hungría, con vino y flor de romero, curaba, la tristeza”.
En la recta final del álbum, Monarca (“Esa mariposa es un ejemplo firme y claro de constancia; nada la detiene, ni el temor del cielo ni el de las aduanas”) toma aire de valsecito en una canción suave y tranquila que explica Pedro Guerra: “Es una clase de mariposa, negra con manchas naranjas. Viajan de Canadá a México donde ponen sus huevos, pero no viven lo suficiente para hacer el viaje de regreso y son las crías las que lo continúan. La canción habla sobre las migraciones”. Finalmente, El rey de la selva (“No creas todo lo que cuentan, lo que dicen; a veces la verdad no es la verdad tal cual la ves. Las cosas quedan del fervor que las repite y a veces la verdad se encuentra en el revés”) cierra el disco con ese aire suave, profundo, inspirado, que baña El mono espabilado, una obra de madurez y calado que confirma el por qué Pedro Guerra es uno de los autores de referencia de la escena musical española de las últimas décadas.
El mono espabilado es Pedro Guerra en estado puro en 13 nuevas canciones que se publican el 11 de octubre de 2011 con el canario arriesgándolo todo, dirigiendo su carrera hasta las últimas consecuencias. “La fuerza de la vocación, del amor a la música está por encima de todo. Se lucha contra el desánimo y lo importante es la canción, una melodía y una letra que pueda cantar cualquiera”.
Ser parte de todo...
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros
Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.