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lunes, 27 de septiembre de 2021

CAPACES DE OBEDECER AL ESPÍRITU

"El propósito de la obediencia religiosa no es mantener la rutina y la disciplina en el seno de una institución. Es inculcarnos la obediencia al Espíritu Santo, hacernos capaces de obedecer al Espíritu. No implica una subordinación de por vida a la autoridad. Nosotros mismos hemos desvirtuado la idea de obediencia porque siempre la hemos visto en el contexto de la autoridad, o de la institución. En este contexto tiene alguna validez, pero se la ha llevado demasiado lejos. También se ha asociado la obediencia con una suerte de alienación, la noción de que debemos, lisa y llanamente, obedecer y de que eso es lo único que cuenta. 

La obediencia tiene por finalidad flexibilizar a una persona, liberarla del apego a su voluntad propia. Pero no hay que suponer que es sometiéndose a la autoridad como uno se convierte en santo. Si dejas que la autoridad quiebre tu voluntad, puedes convertirte en un bicho raro o en un robot. El sentimiento de autarquía es un problema y tenemos que renunciar a él, de eso no cabe duda. En la muerte y la resurrección de Cristo hay una verdad absolutamente válida e inmutable: el hecho de que tenemos que morir a nuestra propia voluntad, pero no de la forma en que esa muerte ha sido presentada, como una especie de sadismo jurídico e incluso a veces sistemático. Si un superior sabía que no te gustaba hacer una cosa, era esa cosa la que tenías que hacer. Hasta podía haber en ello cierta complacencia morbosa. Esas prácticas eran perniciosas y a causa de ellas la obediencia religiosa ha caído en descrédito. 

La obediencia religiosa es importante porque libera. Cuando libera, cumple su función. Libera si el Espíritu nos libera. Así pues, es posible ser libre, inclusive cuando hay abuso, si uno ve las cosas correctamente. Pero ahora, a partir del Concilio, es preciso modificar la situación. Hay ocasiones en las que uno no puede permanecer absolutamente pasivo ante la autoridad, situaciones en las que uno debe respetuosamente explicar las razones por las que no está dispuesto a obedecer. Y ver qué dice entonces la autoridad. En otras palabras, poner el problema sobre la mesa y discutirlo".

Thomas Merton
Los manantiales de la contemplación

domingo, 26 de septiembre de 2021

DIOS ESTÁ ACTUANDO EN EL MUNDO

"Todos los que, de alguna manera, luchan por la causa del hombre están con nosotros. «Secretamente, quizá, pero realmente, no hay un solo combate por la justicia –por equívoco que sea su trasfondo político– que no esté silenciosamente en relación con el reino de Dios, aunque los cristianos no lo quieran saber. Donde se lucha por los humillados, los aplastados, los débiles, los abandonados, allí se combate en realidad con Dios por su reino, se sepa o no, él lo sabe» (Georges Crespy).

Los cristianos hemos de valorar con gozo todos los logros humanos, grandes o pequeños, y todos los triunfos de la justicia que se alcanzan en el campo político, económico o social, por modestos que nos puedan parecer. Los políticos que luchan por una sociedad más justa, los periodistas que se arriesgan por defender la verdad y la libertad, los obreros que logran una mayor solidaridad, los educadores que se desviven por educar para la responsabilidad, aunque no parezcan siempre ser de los nuestros, «están a favor nuestro», pues están trabajando por un mundo más humano.

Lejos de creernos portadores únicos de salvación, los cristianos hemos de acoger con gozo esa corriente de salvación que se abre camino en la historia de los hombres, no solo en la Iglesia, sino también junto a ella y más allá de sus instituciones. 
Dios está actuando en el mundo".

José Antonio Pagola

viernes, 17 de septiembre de 2021

LA VÍA NEGATIVA (2)

Todas las cosas glorifican a Dios. La oscuridad, las privaciones, los defectos, el mal, también glorifican y bendicen a Dios
 (Meister Eckhart). 

La tercera forma en la que el sufrimiento nos da vida y energía es que al embarcarnos en el dolor y realizar ese viaje nos hace más fuertes. Existe una fortaleza que se aprende con el sufrimiento y que no puede aprenderse de ningún otro modo. El sufrimiento pone a prueba la profundidad de nuestro amor a la vida y a las relaciones interpersonales, incluso cuando a menudo la causa de nuestros sufrimientos son las relaciones, y especialmente por eso. Lo bello no se aprende ni se valora sin el sufrimiento, que nos hace bastante grandes y lo bastante fuertes como para ser receptáculos propicios de lo hermoso. 

Otra energía que también se deriva del sufrimiento es la forma en que al dejar que el dolor sea dolor nos conecta con los demás. Podemos estar tan solos, tan profundamente solos y vacíos en nuestro dolor, que tenemos que salir en busca de otras personas con las que compartir este viaje tan oscuro, facilitando la creación de nuevos vínculos sociales. La liberación se inicia cuando el sufrimiento es reconocido y se le permite ser sufrimiento. A partir de ahí, puede ser compartido. Y, cuando sea posible, resuelto. 

Pero todavía puede hacer algo más el sufrimiento, puede proporcionar energía abriéndonos, entendiendo que, así como compartimos la ciudadanía del universo, compartimos también el dolor del mundo. Todas las criaturas del universo sufren; es un sufrimiento que nos une. En lo más profundo de nosotros mismos somos uno con todas las criaturas y con todo lo que es Dios

En resumen, que el sufrimiento no es solo, como subraya cierta espiritualidad, el precio que pagamos por el pecado. Todo nacimiento lleva implícito un sufrimiento. El sufrimiento está incorporado en el proceso de nacimiento de todo el cosmos, y tiene que ver con el sacrificio y con ceder, con dar y recibir vida

Algunos sufrimientos, los que terminan en un nacimiento, pueden ser una bendición. Eso sí, es importante subrayar que el dolor no ha de ser glorificado, no debemos aferrarnos al propio dolor, ni revolcarnos en él. Porque, el propósito de dejar que el dolor sea dolor es soltar el dolor. No se nos pide que nos aferremos a nuestro dolor, ni que construyamos nuestra vida en torno a él. Lo que finalmente debemos hacer es dejar ir al dolor; la vía negativa no es un fin en sí misma, sino una parte del camino, que se repite incesantemente en nuestra vida.

 “Dios es un ser más allá del ser y una nada más allá del ser. Dios es nada. Ninguna cosa. Dios es la nada. Y, sin embargo, Dios es algo” (Meister Eckhart). 

Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada. Para venir a saberlo todo, no quieras saber algo en nada. Parea venir a poseerlo todo, no quieras poseer algo en nada. Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada” 
(San Juan de la Cruz).

Aprender a hacernos amigos de la oscuridad
significa aprender a hacernos amigos de la nada, a reverenciarla. A dejar que la nada sea nada. A confiar en la nada. Porque en el extremo de la oscuridad, en eso que Eckhart llama “nuestro conocimiento que desconoce”, suele saborearse la sabiduría misma. Aquellos que se comprometen con la liberación deben llegar a ese “punto cero” en el cual “no tienen nada que perder”. Aquí entra la imagen del DESIERTO, el lugar de la nada, del vacío, que es a la vez el lugar de la renovación. También la imagen de la NOCHE como vacío y como nada; así escribe el poeta: 

Tú, oscuridad, de la cual provengo/te amo más que todos los fuegos/que cercan en el mundo/porque el fuego forma/un círculo de luz para todos/y entonces nadie en el exterior sabe de ti//Pero la oscuridad lo atrae todo hacia sí:/formas y fuegos, animales, y a mí mismo/¡con qué facilidad los reúne!/poderes y personas/ Y es posible que una gran energía/se esté moviendo cerca de mí./ Tengo fe en las noches” 
(Rainer María Rilke). 

Se puede y se debe confiar en nuestras caídas en la nada; podemos aprender a dejarnos caer, a dejarnos sumergir. ¿No es eso lo que hace la semilla cuando cae en la tierra, para más tarde producir vida nueva? La noche oscura de nuestra alma es una ocasión especial para el nacimiento divino y la oportunidad divina, siempre y cuando dejemos que la oscuridad sea oscuridad y la nada sea nada, al menos durante un tiempo. Dios creó de la nada, sin la nada no habría creación. La nada es una parte esencial del viaje profundo y fructífero del espíritu.

(Resumen para encuentro de grupo, del libro "La bendición original", de Matthew Fox).

AHORA

Cuando Merton escribió su Diario de Asia, insertó en sus páginas con mucho acierto, a nuestro parecer, un apéndice en el que recoge un tratadito de Bhikkhu Khantipalo (Sobre la conciencia despierta), donde se cuenta una historia interesante y muy al uso en libros de iniciación a la sabiduría y a la contemplación.

"Un maestro zen fue abordado por un discípulo, que le hizo una pregunta sobre la esencia del dhamma, esperando oír, probablemente, una alentadora exposición de sutil filosofía budista, o tal vez algo maravilloso o misterioso. Pero no obtuvo nada de eso. El maestro zen, sencillamente, le dijo: "Cuando tengo hambre, como; cuando estoy cansado, duermo". El discípulo, decepcionado, le preguntó: "Pero ¿no es eso lo que hacemos todos? ¿En qué se diferencia, pues, el maestro de las personas comunes?".

A lo cual respondió el maestro zen: "La mayor parte de las personas comunes, en cuanto se sientan a comer, tienen millares de pensamientos; cuando duermen, tienen millares de sueños". Esto significa que la mayoría de las personas no está muy atenta a lo que hace, pues permite a la mente vagar a su albedrío sin preocuparse demasiado de sujetarla; por el contrario, quien llegó al fin de su tarea y alcanzó la iluminación, habiendo desechado de su corazón toda contaminación, no permite que su mente divague, ni alberga ilusiones ni fantasías, sino que mantiene la mente clara y consciente en el AHORA continuamente". 

Thomas Merton
Tomado de: Escritos Esenciales)

sábado, 11 de septiembre de 2021

UNA TRÁGICA INFIDELIDAD

"La experiencia viva del amor divino y del Espíritu Santo en la llama de la que san Juan de la Cruz está hablando es una verdadera toma de conciencia de que uno ha muerto y resucitado en Cristo. Es una experiencia de renovación mística, una transformación interior provocada en su totalidad por el poder del amor misericordioso de Dios, que implica la «muerte» del ego centrado en uno mismo y autosuficiente, y la aparición de un yo nuevo y liberado que vive y actúa en el Espíritu

Ahora bien, si el antiguo yo, el yo calculador y autónomo, se limita a tratar de imitar los efectos de esta regeneración para su propia satisfacción y ventaja, el efecto es exactamente el opuesto – el ego procura confirmarse a sí mismo en su propia existencia egoísta–. El grano de trigo no ha caído en la tierra y ha muerto. Permanece duro, aislado y seco, y no hay fruto alguno, tan solo un alarde mentiroso y blasfemo –¡una pretensión ridícula!–. Si la mentira y la invención son dañinas desde el punto de vista psicológico, incluso en las relaciones ordinarias con otros hombres (una esfera en la que es habitual una cierta cantidad de falsificación), toda falsedad es desastrosa en cualquier relación con el terreno de nuestro propio ser y con Dios mismo, que se comunica con nosotros a través de nuestra propia verdad interior. Falsificar nuestra verdad interior con el pretexto de entrar en unión con Dios sería una infidelidad sumamente trágica, primero a nosotros mismos, a la vida, a la realidad misma y, por supuesto, a Dios. Estas invenciones terminan en la dislocación de toda la existencia moral e intelectual de la persona".

Thomas Merton
El clima de la oración monástica

jueves, 9 de septiembre de 2021

LA VÍA NEGATIVA (1)

 

En su libro LA BENDICIÓN ORIGINAL, Matthew Fox habla de varias vías para el viaje espiritual: la vía positiva o camino I (hacernos amigos de la creación), la vía negativa o camino II (hacernos amigos de la oscuridad, soltar y dejar ser), la vía creativa o camino III (hacernos amigos de la creatividad y de nuestra divinidad), y la vía transformadora o camino IV (hacernos amigos de la nueva creación: compasión, celebración, justicia). Me interesa ahora, en la línea que estoy presentando, compartir algunas ideas de la vía negativa, que es también camino a las profundidades divinas.


Destaca tres ideas: vaciar o desprendernos de las imágenes; ser vaciados o dejar que el dolor sea dolor; sumergirnos en el vacío, en la nada, y finalmente (que no veremos ahora), apreciar una teología de la cruz.

Uno no encuentra a Dios en el alma añadiendo algo, sino mediante un proceso de sustracción” (Meister Eckhart).

El crecimiento de la persona humana tiene lugar en la oscuridad. Bajo tierra. En pasadizos subterráneos. Ahí donde “ninguna imagen ha llegado jamás hasta los cimientos del alma”, solo actúa Dios. Todo misterio habla de oscuridad. Toda oscuridad habla de misterio. Las personas necesitamos en ocasiones desprendernos de toda imagen si queremos producir imágenes auténticas con nuestras vidas, nuestro trabajo, nuestra oración y nuestro arte. Aprender a confiar en los espacios vacíos y en los silencios; en descender y no en ascender. Descendemos hasta la profundidad y ahí encontramos a Dios, “oscuridad sobre-esencial”, según Eckhart.

Recordar esto: Todo sufrimiento tiene su final. Y cualquier cosa que sufran auténticamente, Dios la ha sufrido antes” (Meister Eckhart).

Una cosa es vaciar. Otra cosa es ser vaciado. El dolor hace esto. Nos vacía, si permitimos que lo haga. Tapar nuestro dolor con drogas, alcohol, televisiones, compras, sexo, no nos libera de él. Esto es someterse más al dolor, es permitir que siga gobernando nuestra vida, en lugar de que sea el amor quien lo haga. Pero enfrentarse a la oscuridad, aceptar el dolor, permitir que el dolor sea dolor, nunca es fácil. Por eso la valentía (un buen corazón) es la virtud fundamental en el viaje espiritual.

El sufrimiento es nuestro enemigo, pero esa no es excusa para no acogerlo, besarlo, durante el tiempo necesario para que verdaderamente podamos dejarlo ir. No hay manera de dejar el dolor sin antes haberlo acogido y amado, no como dolor, sino como a una hermana o hermano en nuestro viaje. El dolor que aceptamos y abrazamos hasta convertirlo en energía positiva nos ayuda a comprender a otras personas que sufren, es la escuela de compasión más legítima. También nos enseña que los verdaderos placeres de la vida son los más simples, los que se pueden compartir. El sufrimiento destruye las ilusiones y placeres falsos, y nos hace sensibles a lo verdaderamente hermoso de la vida. Muchas veces el sufrimiento no deseado, siempre y cuando le recemos o entremos en él y no lo ocultemos o huyamos de él, puede devolvernos el amor a la vida.

“Oh, dinos poeta, ¿qué haces? Alabo.

Pero los días devastadores y los vientos violentos,

¿cómo los soportas, cómo los recibes. Alabo.

Pero lo indecible, ¿cómo elevas eso,

cómo invocas lo innominable? Alabo.

¿Qué derecho tienes, al pasar por cada fase,

en cada máscara, a permanecer fiel? Alabo.

¿Y a qué se debe que tanto la quietud como la salvaje reyerta

te conozcan, como estrella y tormenta?

Porque alabo.

(Raine María Rilke)

Lo anterior es un resumen del texto citado para un encuentro grupal.

domingo, 5 de septiembre de 2021

SANTOS Y HÉROES

 

"Uno admira en el otro aquello de lo que carece, y el héroe resulta atractivo por lo que tiene de uno mismo, por la identidad que devuelve. Las vidas ejemplares suelen tener, es cierto, esos dos componentes, que las acercan y las alejan de las nuestras. Santos y héroes se nos escapan, ¡y están tan cerca de nosotros! Dicen  que pasan por pruebas decisivas y extremas. ¿Y quién no pasa por pruebas decisivas y extremas todos los días y aún a cada hora?".

Carlos Ortega


jueves, 2 de septiembre de 2021

PRINCIPIANTES

"Las personas que intentan orar y meditar por encima del nivel que les corresponde, que están demasiado ansiosas por alcanzar lo que ellas consideran «un alto nivel de oración», se alejan de la verdad y de la realidad. Observándose a sí mismas y tratando de convencerse de sus avances, se convierten en prisioneras de sí mismas. Entonces, cuando se dan cuenta de que la gracia les ha abandonado, se sienten presas de su propio vacío y futilidad y permanecen impotentes. La acedía sigue al entusiasmo del orgullo y a la vanidad espiritual. ¡El remedio es un largo recorrido en la humildad y en el remordimiento! No queremos ser principiantes. Ahora bien, ¡estemos convencidos del hecho de que nunca seremos nada más que principiantes, toda nuestra vida!".

Thomas Merton
El clima de la oración monástica

CONOCER A CRISTO SIGNIFICA CONOCERLO TODO

"No basta el concepto del saber, de la ciencia, para describir lo que es el conocimiento cristiano, sino que hemos de volver a lo que en el Antiguo Testamento se llama sabiduría, —lo que el griego denominaba sophia y el romano sapientia—, para poder concebir el saber de la teología en su plenitud. Sapientia se diferencia del concepto, más estrecho, de ciencia. Sabiduría no se diferencia del saber por contenerlo también en sí, pero el concepto de sabiduría habla, además, de un saber práctico que comprende toda la existencia del hombre. Sabiduría es el saber, del cual nosotros podemos vivir prácticamente; es experiencia y es teoría; poderosa, en tanto es, al mismo tiempo, práctica, en tanto consiste en el mismo saber que domina nuestra vida y que es, realmente, una luz en nuestro sendero. No es una luz que observar o admirar, ni tampoco una luz con qué encender toda clase de fuegos artificiales (ni aún tratándose de las más profundas especulaciones filosóficas), sino que es la luz en nuestro camino, la que ilumina nuestras acciones v palabras, la luz de nuestros días sanos y enfermos, la luz en nuestra pobreza y en nuestra riqueza, la luz que no brilla solamente en los momentos en que pensamos entenderlo todo mejor, sino que nos acompaña también en nuestra locura y que no se extingue cuando todo se apaga, cuando en la muerte se hace visible el fin de nuestra vida. A esa luz y al vivir de esa verdad se denomina conocimiento cristiano

Conocimiento cristiano significa vivir en la verdad de Jesucristo
. Según el apóstol Pablo (Hech. 17), nosotros "vivimos, somos, nos movemos" en la luz de esa verdad para poder salir de ella, estar en ella, e ir hacia ella, como dice en Romanos 11. Por consiguiente el conocimiento cristiano es, en el fondo, la misma cosa que lo que llamábamos confianza del hombre en la Palabra de Dios. No hay que dejarse llevar por la tentación de buscar separaciones y diferencias en esta cuestión. No existe ninguna confianza verdadera, ni ninguna confianza realmente duradera y victoriosa en la palabra de Dios que no esté fundada en la verdad divina. Por otra parte, no existe ningún conocimiento, ninguna teología, ninguna confesión e incluso ninguna verdad bíblica que no tenga en seguida el carácter de esa verdad de vida. 

 Conocer el objeto de la fe en su verdad, quiere decir, realmente, conocer todas las cosas, incluso el hombre, el cosmos y el mundo. La verdad de Jesucristo no es una de tantas verdades, sino la verdad universal, creadora de toda verdad, y esto de modo tan cierto como que es la verdad de Dios, o sea, la prima veritas, que es también la última veritas. Y es que en Jesucristo ha creado Dios todas las cosas, incluyéndonos a nosotros mismos. Nosotros no existimos sin El, sino en El, lo sepamos o no; y el cosmos entero no existe sin El, sino en El, llevado y sustentado por El, es decir por su palabra omnipotente: conocerle a El, significa conocerlo todo. El ser tocado y tomado por el espíritu dentro de ese campo, significa ser conducido a toda la verdad. El que crea y conozca a Dios, ya no podrá decir: ¿Qué sentido tiene mi vida?; sino que mientras cree, ya está vivienda el sentida de su vida, el sentido de ser criatura, el sentido de su individualidad dentro de los límites de su condición de criatura y de su individualidad; y en lo imperfecto de su existencia, en el pecado, en el cual él está y del cual él es diariamente y a cada hora culpable; pero también está viviendo con el apoyo que diariamente y a cada hora se le concede, en tanto Dios intercede en su favor, a pesar de todo y sin contar con ningún mérito

Karl Barth
Esbozo  de dogmática

miércoles, 1 de septiembre de 2021

SOBRE LA IDEA DE DIOS

"La idea humana de Dios tiene una historia porque ha significado siempre algo ligeramente distinto para cada grupo de personas que se han servido de ella en distintos momentos. La idea de Dios que un grupo de seres humanos crea en una generación puede carecer de significado para otra generación. En efecto, la afirmación «yo creo en Dios» no tiene un significado objetivo en sí, sino que —como cualquier otra afirmación— sólo significa algo en un contexto, cuando es proclamada por toda una comunidad. Por consiguiente, no hay una idea invariable contenida en la palabra «Dios»; al contrario, la palabra contiene toda una gama de significados, algunos de los cuales son contradictorios o incluso se excluyen mutuamente. Si la noción de Dios no hubiera tenido esta flexibilidad, no hubiera sobrevivido hasta llegar a ser una de las mayores ideas humanas. Cuando una concepción de Dios deja de tener significado o importancia, es descartada discretamente y sustituida por una teología nueva. Un fundamentalista negaría esto, porque el fundamentalismo es antihistórico: cree que Abrahán, Moisés y todos los profetas posteriores experimentaron a su Dios exactamente del mismo modo en que hoy se tiene experiencia de él... Cada generación ha de crear la imagen de Dios que tenga un significado para ella

Lo mismo se puede decir del ateísmo. La afirmación «yo no creo en Dios» ha significado algo ligeramente distinto en cada periodo de la historia. Quienes han sido calificados como «ateos» a través de los siglos han negado siempre una determinada concepción de lo divino. ¿Es el Dios de los patriarcas, el Dios de los profetas, el Dios de los filósofos, el Dios de los místicos o el Dios de los deístas del siglo XVIII el «Dios» rechazado hoy por los ateos? Todos estos dioses han sido venerados como el Dios de la Biblia y del Corán por judíos, cristianos y musulmanes en distintos momentos de su historia. 

 El ateísmo ha sido a menudo un estado de transición: judíos, cristianos y musulmanes fueron llamados ateos por sus contemporáneos paganos porque adoptaron una noción revolucionaria de la divinidad y de la transcendencia. ¿Es el ateísmo moderno una negación similar de un «Dios» que ya no encaja en la situación de nuestro tiempo?".

Karen Armstrong
UNA HISTORIA DE DIOS

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.