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sábado, 26 de mayo de 2018

TRINIDAD


Tomas Merton comenta los “nombres” de las tres personas de la Trinidad.

En un pasaje fascinante de The Inner Experience [La experiencia interior] -un pasaje que impresiona por su profundidad, aunque algunos puedan creer que inclina la balanza a la ortodoxia-, Merton comenta los “nombres” de las tres personas de la Trinidad. Aunque sabemos el nombre de la primera y el de la segunda, no podemos nombrar la tercera. ¿Se debe esto quizás, se pregunta Merton, a que el nombre de la tercera persona es nuestro nombre secreto, que toma el Espíritu cuando nos une al Padre y al Hijo?, ¿un nombre que solo aprendemos cuando recibimos del Espíritu la revelación de nuestra propia identidad en ese mismo Espíritu?

 “El Padre es un Espíritu Santo, pero le llamamos Padre. El Hijo es un Espíritu Santo, pero le llamamos Hijo. El nombre del Espíritu Santo solo lo saben el Padre y el Hijo. Pero ¿puede ser que, cuando Él nos lleve a Sí mismo y nos una con el Padre a través del Hijo, tome sobre Sí, en nosotros, nuestro propio nombre secreto? ¿Es posible que su inefable Nombre se convierta en el nuestro? ¿Es posible que lleguemos a saber, por nosotros mismos, el Nombre del Espíritu Santo cuando recibamos de Él la revelación de nuestra propia identidad en Él? Puedo plantear estas preguntas, pero no contestarlas

 (La experiencia interior, 35-36).

Lo anterior,  escrito por JOSÉ LUIS NAVARRO, en Facebook.


viernes, 25 de mayo de 2018

NAVEGAR MAR ADENTRO...




En el epílogo de DIARIO DE ASIA, escribe Francisco R. de Pascual sobre Thomas Merton: habla de agradecer a Merton la posibilidad de compartir con él su viaje a Asia, pero también el viaje de toda su vida a través de sus otros diarios; así fuimos “compartiendo con un monje peregrino sus sorpresas ante diversos manantiales de sabiduría que él nunca antes había probado”.  De Merton, dice también que “Quizá ningún contemplativo cristiano se haya acercado con tanta profundidad y humildad a esta capacidad universal del ser humano que lo lleva a tratar de descubrir los manantiales de la sabiduría, de su propia razón de ser en este mundo”. Finalmente resume: “Solo quien asciende encuentra nuevas perspectivas, solo quien navega mar adentro descubre nuevos mares y solo quien se despoja continuamente es capaz de lucir nuevas vestiduras”.

martes, 22 de mayo de 2018

EL VALOR DE TODA PERSONA HUMANA


Algunas ideas de THOMAS MERTON sobre PERSONALISMO Y HUMANISMO EN CLAVE CRISTIANA (Tomadas de “Los Manantiales de la Contemplación”, Editorial Sudamericana, 1993).

Lo que realmente cuenta es estimar a una persona pura y simplemente por lo que ella es. Querer a una persona por lo que es, y no por cualquier otra razón, es un apoyo genuino. Nosotros no amamos a nuestros prójimos por lo que ellos hagan o dejen de hacer. Nadie tiene que pagar por la estima que recibe. No es como aprobar un examen y pasar de grado. Si todo el discurso en torno a la libertad no presupone esto, es una falacia, o es sospechoso. Las personas pueden ser raras o diferentes, y hasta tener ideas abstrusas. Sin embargo, cada una de ellas merece respeto. No es necesario que entren dentro de una u otra categoría o clasificación para ser dignas de respeto” (97).

Hay tantas cosas que nos parecen más importantes que escuchar a los demás o concederles nuestro tiempo. Pensamos que podríamos emplear nuestro tiempo mucho mejor. Pues no, no podríamos. Debemos tener la convicción de que no podemos hacer nada mejor que amar a alguien natural y espontáneamente, y de una manera improductiva” (102). Quiere decir, gratuitamente, sin esperar nada a cambio.

Ser cristiano no significa estar del lado bueno. Un cristiano no siempre sabe dónde está la justicia, no siempre ve todas las cosas claras. Pero el cristiano es consciente de que, mientras que en el ser humano hay falsía e infidelidad, en la misericordia de Dios hay siempre una absoluta fidelidad. Así pues, no rechacemos a nadie, pero procuremos, sí, disociarnos de todo cuanto pueda perjudicar o dañar a otras personas” (43). Me recuerda lo que una vez entendí: la diferencia entre “ser bueno” y hacer el bien.

El texto anterior continúa diciendo lo siguiente, y creo que es un complemento importante para entenderlo bien, aunque se sale un poco del tema que me ocupa aquí: “Todo cristiano debe defender la verdad de que la misericordia de Dios es infinita. Dios nunca escatima su misericordia. Éste es un mundo en el que un número incontable de seres humanos viven desesperados. Es entre ellos donde la presencia de Dios es realmente necesaria. Pero nuestro testimonio cristiano de la misericordia de Dios no es creíble para muchos porque no es lo bastante profundo” (43). Lo habitual es poner límites a nuestra misericordia, no llegar hasta el fondo, hasta el final; nuestros prejuicios limitan la misericordia, y así damos testimonio de un Dios que pone siempre condiciones.

Al hablar de la mística femenina y lo que puede tener esa idea de esquema y manipulación, Merton dice: “Ser una persona: esa es la idea que es preciso enfatizar. Nosotros mismos, aquí, recibimos la resaca de esa mística contemplativa: somos monjes de clausura, tenemos que ser misteriosos, tenemos que ser pasivos y almas bellas; estamos en un atolladero muy semejante al de ustedes (se refiere a las religiosas). No nos está permitido ser personas. Un contemplativo es supuestamente alguien que estará más consagrado que cualquier otro a una vida impersonal. Todos nosotros tenemos que luchar contra esa idea. Necesitamos una nueva antropología teológica, una nueva comprensión de lo que significa ser un ser humano, qué es una mujer, qué es un hombre” (161). De interés lo que sigue diciendo en el texto sobre la complementariedad de lo femenino y lo masculino; me gustaría revisarlo mejor en otro momento.

En el libro DOS SEMANAS EN ALASKA, Merton afirma: “La personalidad no se identifica con la individualidad. La individualidad es exclusiva; la personalidad no. Cada uno de nosotros posee una individualidad que es exclusiva, pero no se acaba todo aquí, y desde luego no es esa la persona que ustedes tratan de realizar. Si tú tratas de hacer realidad una individualidad exclusiva como si esta se identificase con la persona, terminarías en una perfecta contradicción, porque lo que realmente caracteriza a la persona es el hecho de existir para otros” (139). 

Creo que esta idea es un importante complemento para entender todo lo anterior, lo mismo que lo que sigue: “La auténtica dificultad a la hora de definir una conciencia cristiana consiste en que ésta no es ni colectiva ni individual. Es personal y, a la vez, una comunión de los santos” (200). Hablar de persona implica siempre apertura; la persona no está cerrada en sí misma, sino abierta, interactuando con todo y con todos.


miércoles, 16 de mayo de 2018

OBEDIENCIA RELIGIOSA


El propósito de la obediencia religiosa no es mantener la rutina y la disciplina en el seno de una institución. Es inculcarnos la obediencia al Espíritu Santo, hacernos capaces de obedecer al Espíritu. No implica una subordinación de por vida a la autoridad. Nosotros mismos hemos desvirtuado la idea de obediencia porque siempre la hemos visto en el contexto de la autoridad, o  de la institución. En este contexto tiene alguna validez, pero se la ha llevado demasiado lejos. También se ha asociado la obediencia con una suerte de alienación, la noción de que debemos lisa y llanamente obedecer y de que eso es todo lo que cuenta.
La obediencia tiene por finalidad flexibilizar a una persona, liberarla de ataduras a su sentimiento de autarquía.  Pero no hay que suponer que es sometiéndose a la autoridad como uno se convierte en santo. Si uno deja que la autoridad quiebre su sentimiento de autarquía, puede convertirse en un bicho raro o en un robot. El sentimiento de autarquía es un problema y tenemos que renunciar a él, e eso no cabe duda. En la muerte y la resurrección de Cristo hay una verdad absolutamente válida e inmutable: el hecho de que tenemos que morir para nuestro sentimiento de autarquía, pero no de la forma en que esa muerte ha sido presentada, como una especie de sadismo jurídico e incluso a veces sistemático. Si un superior sabía que a ti no te gustaba hacer una cosa, era esa cosa la que tenías que hacer. Hasta podía haber en ello una cierta complacencia morbosa. Esas prácticas eran perniciosas y a causa de ellas la obediencia religiosa ha caído en descrédito.
 La obediencia religiosa es importante porque libera. Cuando libera, cumple su función. Libera si el Espíritu nos hace libres. Así pues, es posible ser libre, inclusive cuando hay abuso, si uno ve las cosas correctamente. Pero ahora, a partir del Concilio, es preciso modificar la situación. Hay ocasiones en las que uno no puede permanecer absolutamente pasivo ante la autoridad, situaciones en las que uno debe respetuosamente explicar las razones por las que no está dispuesto a obedecer. Y ver que dice entonces la autoridad. En otras palabras, poner el problema sobre la mesa y discutirlo.
Pero no por la simple razón de no querer obedecer, sino en aras de una obediencia más alta. Tomemos la cuestión de los objetores de conciencia… Algo semejante podría suceder en la vida religiosa. Si a mí me ordenaran que predicara para ustedes algo en lo que no creo, no podría hacerlo… Necesitamos tener las cosas claras: la obediencia tiene por objeto liberarnos para que podamos seguir al Espíritu Santo. Nosotros respetamos la autoridad de otros y la obedecemos, pero también tenemos que seguir los dictados de nuestra conciencia” (206-208).

 Tomado de “Los manantiales de la contemplación”, Ed. Sudamericana, Thomas Merton.

lunes, 7 de mayo de 2018

ALGUNAS IDEAS DE THOMAS MERTON que aparecen en sus cartas a JEAN LECLERCQ


Luego de defender a capa y espada su vocación de solitario, le escribe Merton a Leclercq el 3 de diciembre de 1955:
“¡Resulta que ahora soy maestro de novicios! De hecho, soy más cenobita de lo que suponía. Pueden suceder cosas muy extrañas en la vocación de cada uno… ¿Me concederá Dios algún día llevarme después de todo a la perfecta soledad? No lo sé. Una cosa es segura, he hecho tantos esfuerzos en esa dirección como uno puede hacer sin traspasar los límites de la obediencia. Mi única tarea ahora es mantenerme en calma, abandonado, y en las manos de Dios. He encontrado una sorprendente soledad interior entre mis novicios, y hasta cierta soledad exterior que no esperaba… Por eso doy gracias a Dios por colmar mucho de mis deseos cuando parecía ignorarlos. Sé que estoy muy cerca de él, y que todas las pruebas y dificultades pasadas este año forman parte de sus planes. Estoy en paz con su voluntad… y my feliz explicando a Casiano. Aunque no puedo vivir como el Abba Isaac, Nesteros o Poemén, siento que son mis padres y mis amigos”.

Luego continúa hablando de su nueva experiencia en una carta del 6 de febrero de 1956:
Mi nueva vida como maestro de novicios progresa cada día. Es una existencia poco habitual, en la que tengo aun dificultades de adaptación. A veces me siento abrumado de puro horror por tener que hablar tanto y aparecer ante los demás como un ejemplo. Pienso que Dios está probando la calidad de mi deseo de soledad, en el cual quizá había un componente de escapar de responsabilidades; con todo, el deseo sigue siendo el mismo, el conflicto está ahí, aunque yo no puedo hacer nada sino ignorarlo y mirar hacia adelante para cumplir lo que es evidentemente la voluntad de Dios. He abandonado completamente toda escritura por el momento. Pida, por favor, al Señor que me guíe en la nueva etapa de desierto que Él ha abierto delante de mí”.

LECLERCQ le escribe a Merton el 26 de octubre de 1963: “Por todas partes he encontrado jóvenes que le deben a usted su vocación”.

Merton, el 11 de mayo de 1965: “En muchos aspectos mi vida y mi trabajo son ciertamente muy equívocos, y si alguien quisiera medirme con parámetros normales sería muy fácil descubrir que me faltan requisitos, como a cualquier otra persona, porque, a la larga, ¿cuáles son los parámetros normales, y quién los satisface, salvo superficialmente? Y, por supuesto, también yo soy un Geheimnis [misterio] incluso para mí mismo. Y he dejado de esperar cualquier otra cosa. Tampoco abrigo ninguna secreta esperanza de encontrar pleno sentido a mi existencia, que debe seguir siendo paradójica. Así, pues, a fin de cuentas, debo hacer lo que todo el mundo hace y acogerme a la misericordia de Dios y tratar, en la medida en que me sea posible, de no defraudarle en su amor por mí. Ciertamente, si tratase de agradar a todos, le defraudaría, y si lo que quiero es agradarle, inevitablemente debo desagradar a mucha gente seria y bienpensante. Continúo pues, haciendo esto sin escrúpulos”.

LECLERCQ a MERTON, desde el continente africano (Tanzania): “Usted es muy conocido aquí, como en todas partes” (29 de mayo de 1965).

MERTON a LECLERCQ, el 17 de febrero de 1967: “Con Roma, siendo como es, la renovación será siempre una lucha lenta… Las ideas muertas continuarán un tiempo usurpando el lugar de las que pertenecen a la vida… Vamos todos a confiar en que podremos manejar las cosas de modo que seamos al mismo tiempo obedientes y libres. No es fácil. Pero Dios es fiel, y es mi única esperanza”.

LECLERCQ a MERTON, el 21 de enero de 1968: “La Iglesia le necesita a usted para progresar y que pueda compartir su experiencia con otros, no sólo escribiendo. Su propia personalidad (y algunos dicen lo mismo de mí, pero, por supuesto, yo no soy un gigante) es un testimonio de libertad en Cristo, y esto debe ser mostrado”.

MERTON A LECLERCQ: “Tengo un gran problema para seguir viviendo en América (USA), lo mismo que para seguir identificado con una sociedad que me parece está bajo el juicio de Dios y en cierto sentido bajo una maldición por los crímenes de la guerra de Viet Nam. Pero otra parte, tampoco me parece que sea muy honesto dejar el país… Si es que esta sociedad está bajo el juicio de Dios, yo también me debería quedar y aguantarlo como todo el mundo, puesto que después de todo yo no soy  muy diferente de los demás”.

LECLERCQ a MERTON: “Acabo de regresar de una gira por los monasterios ingleses. En Caldey [monasterio de Gales] y en otras partes, una sola voz: ¡Tráiganos a Tom! No hay nadie que no haya sentido su influencia”.

El 23 de junio de 1968 Merton se prepara para su viaje a Asia y escribe a LECLERCQ: “La vocación del monje en el mundo moderno, especialmente el marxista, no es supervivencia sino profecía. Estamos demasiado ocupados tratando de salvar nuestro pellejo”.

martes, 1 de mayo de 2018

DOROTHY DAY.

Lo que siempre me ha gustado de Dorothy Day es que ella misma fue una más entre las personas a las que dedicó su vida. Ella fue real,  no fue una filántropa de la zona residencial. No fue una monja que buscaba una buena obra par hacer. No fue una burócrata del gobierno que distribuía dinero y luego tomaba el tren para volver a su barrio rico. Ella fue real.

Madre soltera, ciudadana desilusionada, mujer pobre, feligresa rebelde, observadora desempleada de la raza humana. Había abandonado la Iglesia. Había vivido en un edificio de viviendas de alquiler del que se había avergonzado en la infancia. Se había hecho un aborto y más tarde dio a luz una hija sin estar casada. Había trabajado mucho para no ganar nada y vivir en un apartamento barato y miserable porque no podía costearse algo mejor….Podría haber sido la pordiosera por excelencia…”

Su conversión al Cristo pobre enrumbó su vida. Y a la lucha por  los trabajadores, los inmigrantes, a la lucha por los derechos de la mujer, la consagró.

“La gente quiere paz, pero no las cosas que conlleva la paz”. 
(D.D.)

Para Dorothy, las cosas que conllevan la paz eran  las obras diarias, generosas, ilimitadas…

"Inició The Catholic Worker, un periódico barato, para advertir, instruír y consolar a las personas de todas partes que, como ella, no le encontraban sentido al mundo que se llamaba a sí mismo cristiano pero se había vuelto oficialmente loco porque trituraba a las personas bajo el tacón de su zapato en nombre de la empresa privada, destruía naciones en nombre de la libertad y esclavizaba personas en nombre de los derechos humanos…. Organizó comedores comunitarios…abrió albergues…hospedó desposeídos….se opuso a la guerra.. ”

Para este trabajo, durante la vida de Dorothy se iniciaron más de 75 grupos fundamentalmente independientes, pero unidos en la filosofía cristiana de compartir una forma alternativa de vida. Después de su muerte se formaron todavía más gupos con estos objetivos.  

“Cada vez más gente perdía su trabajo, más familias eran desalojadas, los grupos comunistas formaban Consejos de Desempleados y la Alianza de Trabajadores había comenzado a existir. Era hora de que surgieran grupos de presión, de acción directa. El radicalismo bullía en todos los grupos, menos en el catolicismo. Me sentía fuera de lugar. ..Como dijo el Papa Pio XI con tristeza: La iglesia había perdido a los trabajadores del mundo”..(D.D.)

 “...Dorothy Day persistió en su postura pacifista radical advirtiendo que cosas peores ocurrirían si la violencia se oponía a la violencia y permaneció erguida e inquebrantable en el corazón mismo de la Iglesia. Al principio, su Movimiento Católico Obrero fue tratado, cuanto mucho, como un descarrilamiento molesto pero básicamente inofensivo. En el transcurso de los cinco años posteriores a su muerte… Dorothy Day permaneció firme y la iglesia terminó avanzando hacia ella…”

"La tentación, por supuesto, es lamentar la pérdida de una líder así en una época que necesita a gritos liderazgo. La diferencia aquí, sin embargo, puede ser que lo que Dorothy Day lideró fue una revolución de actitudes y una revolución de responsabilidad personal. Ella es el icono de la clase de líder que todos, cualquiera, podemos ser, no cambiando a otras personas, sino cambiándonos a nosotros mismos”

Resumen del capítulo "ICONO DE LAS CALLES" escrito por Joan Chittister para el libro VIDAS DE FUEGO, GRANDES FIGURAS ESPIRITUALES DE LA HISTORIA DEL SIGLO XX. Edit. Lumen-Edibesa 2006

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.