“Supongamos
que el mensaje de un supuesto contemplativo a un supuesto hombre del mundo
sea
parecido a este:
Querido
hermano: ¿puedo decirte que he encontrado respuestas a las preguntas que
atormentan a los hombres de nuestro tiempo? Yo no sé si he encontrado
respuestas. Cuando me hice monje, sí, estaba más seguro de las ‘respuestas’.
Pero a medida que envejezco en la vida monástica y me adentro más en la
soledad, tomo conciencia de que sólo he empezado a buscar las preguntas. ¿Y
cuáles son las preguntas? ¿Puede el ser humano encontrar sentido a su
existencia? ¿Puede el ser humano honestamente dar sentido a su vida limitándose
a adoptar un cierto conjunto de explicaciones que pretenden decirle por qué
empezó el mundo y dónde terminará, por qué existe el mal y qué se necesita para
una vida buena?. Hermano, quizás en mi soledad me he convertido, por decirlo
así, en un explorador para ti, en un buscador de ámbitos que tú no eres capaz
de visitar -excepto, tal vez, en compañía del psiquiatra-. He sido llamado a
explorar un área desierta del corazón humano donde las explicaciones ya no son
suficientes, y donde uno aprende que lo único que cuenta es la experiencia. Una
región árida, rocosa y oscura del alma, a veces iluminada por extraños fuegos
que los hombres temen, y poblada por espectros que los hombres evitan
cuidadosamente, excepto en las pesadillas. Y en esta área he aprendido que uno
no puede conocer verdaderamente la esperanza si no ha descubierto cuánto se
parece a la desesperanza. El lenguaje del cristianismo ha dicho esto durante
siglos con otras palabras menos desnudas”.
THOMAS
MERTON.
(tomado de “El Libro de las Horas”. Sal Terrae)
“El Camino no comienza hasta que el discípulo ha abandonado
todo y ha superado dos etapas importantes de su evolución: la primera, en la
que todo gira alrededor de su ego, el egocentrismo, y la segunda, en la que
todo gira en torno al prójimo, una obra a los valores de una comunidad.
Entonces entra en una tercera etapa en la que todo gira alrededor de lo divino
y de la transformación en una persona deificada. A partir de ese momento, las
dos primeras etapas, el compromiso consigo mismo y con el prójimo o con el
mundo, adquieren un aspecto de naturaleza radicalmente distinta. El Camino
representa para el discípulo una entrega total y sin condiciones para seguir al
Maestro. Lo Absoluto no puede surgir más que cuando lo relativo le cede su
puesto”.
K.G. Dürckheim
“La vida contemplativa no es algo objetivo que está ahí y a lo que, tras de dar muchas
vueltas, se gana acceso finalmente. La vida contemplativa es una dimensión de
nuestra existencia subjetiva. Descubrir la vida contemplativa es un nuevo
descubrimiento de uno mismo. Podríamos decir que es el florecimiento de una
identidad más profunda en un plano completamente diferente de un simple
descubrimiento psicológico, una nueva identidad paradójica que tan sólo se
descubre con la pérdida del ego. Encontrarse perdiéndose: eso es parte de la
contemplación”. (147)
“El secreto de la vida contemplativa está en esta capacidad de estar activamente alerta,
en un alerta activo y expectante en que la actividad es una profunda respuesta
personal en un nivel que está, por decirlo así, más allá de las facultades del
alma”. (148)
“La oración contemplativa es una profunda actividad
interior, en las raíces mismas de nuestro ser, en respuesta a Dios quien tiene
la iniciativa y, sin embargo, nos lleva por nuestra parte, a ciertas formas muy
sutiles de iniciativa obediente. Esta combinación de iniciativa y pasividad
expectante es diferente en cada persona, pues muchas cosas intervienen en ella.
En la renovación de la vida contemplativa, no debemos reducir las posibilidades
de desarrollo individual como ha sido antes el caso”. (148)
Thomas Merton. “Acción y
contemplación”
“No nos auto engañemos hablando ahora y viviendo después. Si
nuestro replanteo es válido, también es un revivir. No nos perdamos en
palabras. Vivamos ahora. No nos proyectemos demasiado lejos. Vivamos en el presente.
Nuestro
replanteo de la vida contemplativa es parte de nuestra contemplación presente.
Nuestra nueva vida surgirá de la autenticidad del ahora. Este no es sólo un
vacío momento de transición. No estamos en un intervalo de reconstrucción
dinámica en el que simplemente vamos a reconstruir una vida estática para
descansar en ella. Nuestro descanso está en la reconstrucción misma. La
transición también es plenitud”.
“El cambio es uno de
los grandes factores de toda vida. Si no somos capaces de ser
contemplativos en medio del cambio, si insistimos en ser contemplativos en
alguna situación completamente estable que nos imaginamos que vamos a construir
en el futuro, entonces nunca vamos a ser contemplativos”.
“Movámonos de manera tranquila y confiada; estemos
contentos. No intentemos estar demasiado pendientes de nuestro propio
movimiento y no pidamos que todo sea seguro. Primero, vivamos en Cristo,
totalmente abiertos a su Espíritu, sin preocuparnos de la seguridad
institucional, libres de toda preocupación por estructuras ideales que nunca
serán construidas, y conformémonos con la Noche Oscura de la fe, la única en la
que realmente estamos seguros, porque somos verdaderamente libres".
THOMAS MERTON. "Acción y contemplación". Pág. 146
Ser parte de todo...
¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-
Santidad es descubrir quién soy...
“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).
LA DANZA GENERAL.
"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.
ORACIÓN DE CONFIANZA...
“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros